Por Carlos Romero M., 26/03/2013
Un 20 de octubre del 2012, el entonces Presidente
Hugo Chávez, en un Consejo de Ministros, regañaba a sus ministros, diciéndoles
que seguían entregando viviendas pero no se veían por ningún lado ni las
Comunas, “ni el espíritu de la comuna que es mucho más
importante en este momento que la misma comuna, la cultura comunal. [1]”
“¿Será que yo seguiré clamando en el desierto
por cosas como éstas?[2]“, se preguntó Chávez en relación a las Comunas. En esta reunión sugirió
eliminar el Ministerio de las Comunas para que todos los ministros se ocuparan
de conformar las Comunas y además se dirigió a Nicolás Maduro encomendándole,
como le encomendaría su propia vida, el desarrollo de las comunas, del estado
social de derecho y de justicia.
Chávez insistió en esa reunión que la autocrítica
no era para lanzarla al vacío, era para actuar de inmediato, y en ese sentido
le preguntó a Rafael Ramírez sobre la existencia de 20 comunas que en teoría ya
debían existir en la Faja del Orinoco.
Inmediatamente después de ese Consejo de Ministros,
un artículo en aporrea.org firmado
por Atenea Jiménez Lemon expone desde su visión, qué pasaría si Chávez
preguntara a otros actores sobre la conformación de las Comunas:
“Sí le pregunta al Ministerio de las Comunas,
seguramente le dirán que no se han registrado, que no llenaron un formato en
Fundacomunal, que les dé más tiempo para llevarlo a una comuna de verdad, de
esas que se arman con una sala de batalla, se monta rápidamente una bloquera
“comunal” o una carpintería “comunal”, o tal vez, le dirán que este pueblo es
muy irreverente y no quiere construir comunas.
Sí le pregunta a los Gobernadores y Alcaldes, le
dirán (con contadísimas excepciones) que no tienen recursos para ejecutar esa
“obra” de gobierno, que necesitan recursos, y además le dejarán la pregunta de
manera latente ¿eliminará las gobernaciones y alcaldías? Seguramente le explicarán que quienes andan conformando comunas son unos
anarcosos, ultraizquierdistas o finalmente el argumento más infalible, son una
cuerda de contrarrevolucionarios infiltrados.
Sí le pregunta al Partido Socialista Unido de
Venezuela, algunos líderes de la Dirección Nacional dudarán en responder, por
desatender ese principio fundamental que debe enaltecer un partido
revolucionario “todo militante socialista debe estar integrado de manera
orgánica al movimiento popular”, entendiendo a éste en sus diversas expresiones
territoriales y/o sectoriales. Otros podrán responder que existen unos
colectivos que promueven la comuna y que son autónomos. La mayoría argumentarán que somos una vanguardia, pero la “masa” aun no
está preparada para la Comuna.“
Luego de este relato, Jiménez Lemon, expone los
esfuerzos que desde las propias comunidades han realizado en función de
fortalecer el diseño Comunal, destacando más de 80 experiencias en conformación
de Comunas y la creación de la Red Nacional de Comuneros como forma de
articular esfuerzos en las comunidades. Por
lo tanto Jiménez parece decir que la cultura de las Comuna si ha sido asumida
por algunos ciudadanos como un compromiso, pero pone serias dudas, si así lo ha
asumido también autoridades y dirigentes políticos del propio oficialismo.
Unos meses después, en el mismo portal web de aporrea.org,
otro artículo firmado en esta ocasión por Claudio Domínguez formula una
pregunta similar al Gobernador de Anzoátegui[3], quien
prometió 25 Comunas en sus primeros 100 días de gestión y el tiempo está
pasando sin que se vean las comunas prometidas.
Reinaldo Quijada, firma un artículo en el portal
web Diario Vive, en el cual afirma que “Si
el movimiento popular, en su conjunto, incluyendo los Consejos Comunales no se
proponen conquistar el Poder Político no existirá Estado Comunal, ni espíritu
comunal.” En este sentido reconoce desde su experiencia que “en términos generales, las Instituciones Públicas, al igual que
nuestros gobiernos regionales y locales, y nuestro principal partido, no
confían en los Consejos Comunales, han contribuido a pervertirlos y los han
convertido en sus apéndices clientelares.[4]”
Quijada sobre las Comunas se pregunta: “¿Cuántas
de ellas están ajustadas a las leyes del Poder Popular? ¿Cuántas han elaborado
su Carta Comunal y su Carta Fundacional? ¿Cuántas tienen constituidos sus
Consejos de Planificación Comunal, y sus Consejos de Economía y de Contraloría?
¿Cuántas convocan periódicamente al Parlamento Comunal? No sabemos, aunque
tampoco es lo fundamental. Unas leyes, por sí solas, no generan cultura
comunal.[5]“
Las respuestas a esas preguntas, así como la
ausencia del reglamento a la Ley Orgánica de las Comunas, probablemente conduce
a concluir que el proceso de conformación de Comunas se caracteriza por el
desorden y la anarquía, como lo destaca Claudio Domínguez en su artículo de aporrea.org,
citado previamente, quien además advierte en ese mismo texto que la
improvisación en el fortalecimiento del Poder Popular puede llevar a las
Comunas por el mismo camino del fracaso que tomaron las cooperativas.
El reconocimiento de un déficit en la cultura
comunal en los herederos de la Revolución, la ausencia del liderazgo
carismático de Chávez, son dos elementos que llevan a pensar que está muy lejos
aún la consolidación del Estado Comunal en Venezuela, además, la realidad
social y económica del país, pareciera decirnos que no necesitan de las Comunas
para ejercer el control absoluto del Estado, más si necesitan el desorden y
anarquía acusada por sus seguidores para evitar que el pueblo soberano pueda
organizadamente demandar de manera efectiva sus legítimos derechos
políticos.
[1]Debate
Socialista Digital. 21 de octubre 2012. Online en: http://www.debatesocialistadigital.com/index.php/discursos/917-octubre-2012/1438-comandante-hugo-chavez-consejo-de-ministros-salon-simon-bolivar-palacio-de-miraflores-sabado-20-de-octubre-de-2012-fragmentos
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