Por Fausto Manrique, 19/03/2013
El actual presidente (e) de Venezuela estuvo en Cuba, entre los años 1986-1987, haciendo parte de la Escuela de Formación Política. En La Habana compartió grupo con el huilense Israel Silva Guarnizo, dirigente del sector solidario regional.
Desde 1992, cuando se convirtió en un activista a favor de la liberación del entonces militar golpista Hugo Rafael Chávez Frías, el revolucionario Nicolás Maduro Moros forjó una estrecha amistad con el fallecido mandatario venezolano que, al parecer, se ha mantenido más allá de la tumba.
En esa época también conoció a su actual esposa, la abogada y política
Cilia Flores, que en ese tiempo ejercía la defensa de Chávez y que
recientemente renunció a su cargo como Procuradora General de la Nación.
Sin embargo, seis años antes de esos sucesos que lo acercaron al poder y
a formar su familia, tuvo la oportunidad de hacer parte de la Escuela de
Formación Política cubana y en su capital estudió durante un año con otros
jóvenes dirigentes de América del Sur, Centroamérica, el Caribe y
África.
En ese espacio tuvo la oportunidad de relacionarse con Israel Silva
Guarnizo, que por esos tiempos militaba en la Juventud Comunista (Juco) y fue
escogido para hacer parte de ese selecto grupo que recibió formación en
filosofía marxista, economía política, historia de América Latina, historia de
la Revolución Mexicana, entre otras cátedras.
Grupo de estudiantes en una tabacalera en La Habana (Cuba), en el año 1987. Israel Silva (segundo izq.) y Nicolás Maduro (derecha). |
En el grupo donde estaba este huilense y el ahora Presidente encargado
de Venezuela, que era el de América del Sur, también habían representantes de
Colombia, Venezuela, Ecuador, Argentina, Chile, Uruguay, Brasil y Paraguay.
Para el dirigente del sector solidario fue una experiencia muy
importante desde el punto de vista de tener allí a distintas personas de
variadas ideologías que
“confluíamos a estudiar de manera académica y de enriquecimiento intelectual
porque éramos distintas tendencias de pensamiento las que estábamos
representadas en esa oportunidad, en una época en donde la discusión, el debate
y la lucha ideológica en el mundo estaba relacionada con dos grandes bloques,
el socialista, liderado por la Unión Soviética y Cuba, y el capitalismo en
cabeza de Estados Unidos”.
La Liga Socialista
Nicolás Maduro, de Venezuela e integrante del grupo de América del Sur,
pertenecía a la Liga Socialista, una organización juvenil del Movimiento al Socialismo.
Más adelante, entre 1991 y 1998 se desempeñaría como conductor en el Metro de
Caracas, donde llegó a dirigir su sindicato y como tal, fue miembro de la junta
directiva de esa empresa pública.
Nicolás Maduro Moros, subido en uno de los mecanismos de tracción animal más comunes para hacer las labores de arado en Cuba. |
“Obviamente se destacaba mucho, tenía una posición bastante crítica, muy
analítico, pero además, también era muy eufórico, como son en buena medida los
venezolanos y caribeños. Tengo una buena imagen y una muy buena referencia de
sus posiciones ideológicas. Su forma de pensar, a mi manera de ver, era muy
radical desde el punto de vista de defender sus ideas”, anota.
Durante ese año no solo compartieron amplias jornadas de estudio,
también se encontraron en muchos espacios fuera del aula: las playas en
Varadero, conciertos en La Habana y visitas a villas como Sancti Spíritus.
“Esas son anécdotas importantes en la vida de las personas. Yo tuve la
fortuna de haber estudiado con él, de haber compartido. Hoy en día él es el
Presidente de Venezuela, seguramente aspira a ser reelegido y es satisfactorio
haber conocido personas como Nicolás Maduro y hoy encontrarlo en la Presidencia
de su país”, dice Silva Guarnizo.
El dirigente huilense se siente orgulloso de haber estudiado con Maduro
y de que esté defendiendo sus ideas en un país como Venezuela, que busca
cambios sociales y políticos en América Latina.
“Toda esa formación y esa ideología que
tuvimos la oportunidad de compartir entre los años 1986 y 1987 creo que todavía
no se ha perdido y los que no estamos en esas posiciones tan altas como él,
pero que estamos haciendo grandes esfuerzos, también somos motivados a seguir
planteando nuevas realidades, formas de pensar que cambien la sociedad”,
reflexiona.
Una persona alegre
Maduro Moros es recordado por sus
compañeros de estudio en Cuba y en el mundo, no solo por su espeso bigote y su
aparente calma, sino porque es una persona muy alegre, pero además, muy
solidaria. “Yo debo decir que su alegría era permanente, del típico costeño que
se reía, que jugaba y charlábamos. Con nosotros estuvo un venezolano que llegó
mucho después que habíamos empezado las clases. Arribó tarde y en unas condiciones
económicas difíciles que traía de Venezuela”, asevera.
El dirigente del sector solidario
huilense recuerda que tan pronto conocieron las complicadas condiciones
económicas del estudiante venezolano, hicieron el ejercicio de apoyarlo y
Nicolás Maduro fue muy solidario con él.
“Aunque era joven, notábamos que Maduro
tenía ciertas condiciones económicas mejores y le prestó mucha ayuda y
colaboración a su compatriota venezolano”, expresa.
Conformaron un grupo con Maduro Moros,
Silva Guarnizo, otro venezolano, con ecuatorianos y brasileños, con los que
compartían de manera frecuente. Con el paso del tiempo llegaron a conocer y
aprender las palabras autóctonas de cada país.
Una de las remembranzas de Silva
Guarnizo es un concierto en La Habana en donde escucharon a Pablo Milanés,
Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa y Fito Páez. En esos años había un auge de la
música latinoamericana y de la trova cubana.
Desde el término de estudios en Cuba,
en 1987, han pasado casi 26 años y nunca tuvieron la oportunidad de hablar
nuevamente con ninguno de los integrantes del grupo de América del Sur, de la
Escuela de Formación Política. La verdad, considera que por su condición actual
será más complicado reunirse.
“Lo que puedo decirle a Nicolás Maduro
es que ojalá le vaya muy bien. Que logre seguir encausando toda esa lucha de
defensa, de trabajar en función de los sectores más excluidos. Lo que puedo
desearle es muchos éxitos, que continúe mejorando las condiciones de los
venezolanos”, dice Israel Silva.
Y por último, critica que algunos
medios y políticos solo han salido a decir que fue un conductor de bus y que
seguramente no será capaz de dirigir el país. “Pero siento que él, política e
ideológicamente, tiene muy claro su propósito en el Gobierno de Venezuela. Creo
que el haber estado como canciller, luego como vicepresidente y ahora como
Presidente encargado, le da todo el bagaje para que pueda gobernar el vecino
país”.
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