EDUARDO POSADA CARBÓ 21 de
Marzo del 2013
Al
haber querido emular a Stalin y embalsamar al líder venezolano como a Lenin,
Maduro desplegó una clara estrategia para permanecer en el poder.
A
fines de octubre de 1923 tuvo lugar una reunión secreta del politburó soviético
en el Kremlin de Moscú, de resonancia actual.
Stalin convocó a sus camaradas para discutir qué hacer tras la reciente muerte de Lenin: "La ciencia moderna es capaz de preservar su cuerpo por un tiempo considerable", sugirió. La propuesta fue recibida con furia por Trotski. "Convertir los restos de Lenin en una reliquia sería un insulto a su memoria", añadió Bujarin.
Stalin
los ignoró. También ignoró el clamor posterior de la viuda de Lenin, quien en
un artículo en Pravda pidió que no se levantaran monumentos en su honor. Pero
embalsamar el cuerpo de Lenin era central a la estrategia de Stalin.
Como
señaló Ilya Zbarsky años después, Stalin buscaba apoyarse en el sentimiento
religioso del pueblo para garantizar la sobrevivencia del régimen. Por décadas,
el cadáver embalsamado de Lenin, en el mausoleo de la Plaza Roja de Moscú, se
convirtió en centro de peregrinaje y adoctrinamiento santoral.
No
se sabe si el entonces vicepresidente Maduro convocó en Caracas alguna reunión
parecida a la del Kremlin aquel 1923. Ni si tuvo lugar un similar
enfrentamiento en el seno de la dirigencia chavista. La noticia que sí le dio
vuelta al mundo, casi con las mismas palabras, fue la anunciada por el titular
del India Times: 'Venezuela embalsamará a Chávez 'como a Lenin' ".
Los
titulares simplemente les hacían eco a las palabras de Maduro, ya como
presidente titular, quien poco después de la muerte de Chávez anunció que su cuerpo
sería embalsamado "como Ho Chi Minh, Lenin y Mao", expuesto en una
urna de cristal "hasta la eternidad".
A
diferencia de Stalin, sin embargo, los sucesores de Chávez parecen haber
concebido tardíamente la idea de embalsamar a su líder. Una comisión de
científicos rusos y alemanes, contratada para el evento, concluyó la semana
pasada que ya era muy tarde para embalsamar a Chávez con buenos éxitos.
El
frustrado embalsamamiento de Chávez es el último episodio de la trágica
historia de la sucesión presidencial en Venezuela. No es un epílogo alentador.
Invita a repasar Lenin's embalmers, un libro de Samuel Hutchinson con Ilya
Zbarsky, hijo de quien, con el profesor Vladimir Vorobiev, embalsamara a Lenin.
Zbarsky
hijo siguió los pasos de su padre e ingresó al grupo de bioquímicos
responsables de conservar la momia de Lenin entre 1934 y 1952. El laboratorio
del mausoleo se convirtió, según Zbarsky, en una multinacional especializada en
embalsamar cadáveres de exlíderes comunistas: Georgi Dimitrov, de Bulgaria; Horloogiyn
Choybalsan, de Mongolia; Ho Chi Minh, de Vietnam; Agostinho Neto, de Angola;
Lindo Forber Burnham, de Guyana; Kim Il Sung, de Corea del Norte. Tras el fin
del imperio soviético, el laboratorio utilizó su know-how en otros clientes:
mafiosos y nuevos ricos del capitalismo ruso.
Embalsamar
cadáveres es una "práctica bárbara y anacrónica", observó Zbarsky al
concluir sus memorias. Después de tantos años dedicados a la preservación del
cadáver de Lenin, la lectura del macabro y triste relato de Zbarsky les habría
ofrecido algunas lecciones a Maduro y sus colegas. En 1997, Zbarsky abogaba,
como ciudadano, que le dieran sepultura al cuerpo de Lenin.
Los
expertos rusos que embalsamaron a Burham en Guyana llegaron a Georgetown dos
semanas después de su muerte, cuando el cadáver ya estaba en descomposición. Es
posible que esta haya sido la razón de abandonar la idea original de embalsamar
a Chávez.
Lo
cierto es que, al haber querido emular a Stalin y embalsamar al líder
venezolano como a Lenin, Maduro desplegó una clara estrategia para permanecer
en el poder. Pero en la medida en que el chavismo dependiese de su líder, se
trataría de la imposible tarea de embalsamar a un régimen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico