Miguel Méndez Rodulfo Caracas
22 de marzo de 2013
De
coberos está llena la fauna de los personajes de este régimen, sólo que ya
llegó la hora de decir las cosas por su nombre y desnudar las mentiras en la
búsqueda de la verdad. Cierto es que quién se oculta a la sombra de un
personaje, quién anula su personalidad para fingir ser otro, quién imita la
gestualidad ajena, siempre termina siendo un mentiroso. Resulta grotesco, por
lo demás, vestirse de verde oliva, con símbolos equívocos de un uniforme militar,
ponerse un brazalete, utilizar un lenguaje de guapetón de barrio, proferir
amenazas y ser el albacea de un culto. La autenticidad reside en ser quienes
somos, actuar conforme a nuestro carácter y opinar según nuestro particular
punto de vista. Cuando sacrificamos esto no solamente se nos ven las costuras,
sino que trasmitimos una imagen falsa, poco creíble de uno mismo y por
añadidura corremos el riesgo de disfrazarnos y encarnar una imagen que
representa lo contrario de lo que somos, tal como el típico “fascio” que
simboliza Nicolás, vestido de oscuro con ese brazalete.
Ya
en el artículo anterior mencionamos que constituye una gran mentira de Nicolás
la promesa de construir 380.000 viviendas en este año 2013, pero igualmente
calificamos de inverosímil la cifra de 358.000 viviendas construidas en 2011 y
2012. Para ponernos en contexto, según cifras del BCV, en 2009 se construyeron
en el país casi 100.000 viviendas, de ellas 75.000 correspondieron al sector
privado. Para 2010, la cifra total bajó a 60.000 unidades habitacionales, de
ellas el gobierno apenas hizo 15.000 viviendas, pero es significativo como el
privado disminuyó su aporte en 30.000 unidades. Esto se explica por la
exclusión y persecución del gobierno, el cerco legal y las expropiaciones
efectuadas bajo la excusa de la estafa inmobiliaria. Con todo este marco de
referencia y una clara tendencia a la baja, nadie podría creer que el sector
privado en 2011 hizo casi las mismas 45.000 viviendas que el año anterior. La
realidad es que el sector privado siguió cayendo en su participación en el
total de viviendas construidas en el país, al edificar alrededor de 30.000
viviendas en ese año preelectoral, mientras que a pesar de la enorme inyección
de recursos financieros que hubo con motivo del lanzamiento en abril de la Gran
Misión Vivienda Venezuela, el gobierno apenas pudo construir un total de 30.000
soluciones habitacionales, con lo cual por segundo año consecutivo, en el país
se construyeron en total 60.000 viviendas.
Para
2012, se mantuvo el total de viviendas construidas y entregadas (no estamos
hablando de viviendas en proceso de construcción, o sea no terminadas):
alrededor de 60.000 viviendas; pero ahora se invirtieron los términos: el
sector privado hizo 15.000 viviendas y el público 45.000. De manera que en los
últimos tres años, a pesar de la alharaca, se han construido 180.000 viviendas.
Cabe aclarar que en la cifra de los totales se incluyen tanto las viviendas
nuevas como la sustitución de ranchos por viviendas.
Aquí
vale la pena recordar que el último boletín trimestral veraz que dio el BCV fue
al término del mes de marzo de 2011 porque después no cumplió con su obligación
los siguientes trimestres, sino que a comienzos de 2012, avaló las cifras que
pregonaba el gobierno y en esa tónica ha seguido hasta ahora. Los propios
técnicos del BCV confesaron que mientras auditan las cifras del sector privado,
toman de buena fé lo que dice el gobierno, sin verificar la data. Así que
denunciemos las mentiras de Nicolás sobre construcción de viviendas y cuestionemos
la parcialidad del BCV. La incapacidad del gobierno es tal que contando con
ingentes recursos no puede construir una cantidad significativa de viviendas
para paliar las necesidades de los más pobres del país. ¡Nicolás no hará lo que
su mentor no pudo!
Miguel
Méndez Rodulfo
Caracas
22 de marzo de 2013
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