Por Stephanie
Osuna, 16/03/2013
Una nueva alternativa al gas convencional se presenta en el sector de
hidrocarburos, pudiendo generar grandes beneficios a aquellos países que por
tradición han sido importadores de gas y petróleo.
El panorama de los combustibles fósiles, tales como el petróleo, el
carbón y el gas natural, ha ido presentando cambios en los últimos tiempos, ya
que poco a poco han surgido nuevas alternativas que pudiesen, de cierta manera,
sustituirlos.
Venezuela, como bien se sabe, se ha caracterizado por ser un país rico
en petróleo y uno de los principales exportadores de crudo. Por otro lado, hay
países que son tradicionalmente importadores de hidrocarburos pero que, gracias
al reciente auge que ha tenido el gas de esquisto o shale gas, se han vuelto
más independientes en este sector.
El gas de esquisto, es una nueva opción que se diferencia del gas
convencional por su ubicación, profundidad y técnicas extractivas, el cual se
ha ido descubriendo en algunos países que no poseen reservas de crudo o gas
tradicional y que podrían generar un cambio en su economía, pues esto podría
reducir la dependencia energética que han tenido de otros países.
Según algunos expertos en el tema, las reservas probadas de gas
convencional alcanzan unos 187 billones de metros cúbicos y se encuentran en
Rusia, Irán, Qatar, Arabia Saudita y Turkmenistán. Por su parte, se pudo dar a
conocer que el shail gas recuperable se encontró en 32 países, lo cual duplica
la disponibilidad de gas para el consumo. Entre algunos de los países que son
mayores productores de este hidrocarburo se encuentran China, Estados Unidos,
Argentina, México, Sudáfrica Australia, entre otros.
Esta fuente de combustible de energía se encuentra en el interior de una
roca sedimentaria porosa denominada esquisto. El procedimiento más conocido
para extraerlo es el fracking o fractura hidráulica y se aplica perforando la
tierra y abriendo grietas en las formaciones rocosas que lo almacenan,
seguidamente se inyecta agua con arena a una elevada presión en conjunto con
otra serie de químicos y luego de la extracción del gas, la presión acumulada
se libera y se devuelve el líquido a la superficie.
Otra técnica para extraer el shale gas es la perforación horizontal que
permite realizar pozos de mil a 3 mil metros de sección horizontal, a lo largo
de la cual se crean diversas fracturas. Este método permite una optimización de
los costos a la vez que se minimiza la huella en la superficie y de igual
manera proporciona un contacto más amplio del pozo con la capa donde se
encuentra el gas.
Es importante destacar que independientemente de las técnicas utilizadas
para la extracción del gas de esquisto, se deben tomar en cuenta todas las
precauciones y cautelas ambientales necesarias para reducir el gasto de
recursos así como los efectos dañinos que se puedan producir como movimientos
sísmicos, contaminación de las aguas o perjuicios al paisaje.
De este modo, para que esta industria sea sostenible en cuanto a
ecología se trata, es necesario aislar los pozos del subsuelo y los acuíferos
por medio de una barrera protectora de acero y cemento, así se almacena el agua
de retorno hasta su tratamiento y reutilización. Asimismo, la selección de los
terrenos a explorar debe excluir áreas protegidas, parques naturales, cultivos
permanentes, poblaciones y cualquier espacio que requiera modificaciones
considerables de los accesos.
En el caso de Europa, las legislaciones de protección ambiental son una
de las más confiables del mundo, pues incluyen estudios de impacto ambiental.
El desarrollo de shale gas en Norteamérica, está entusiasmando a otros
países a evaluar sus recursos de gas no convencional, ya que esta innovación ha
permitido que Estados Unidos considere la posibilidad de iniciar su
autosuficiencia energética, pues ha pasado de representar del 1% de la
producción doméstica en el año 2000, al 20% en el año 2010. Canadá, igualmente
ha presentado una gran evolución en este sector, es por esto que ambos países
ya se han propuesto numerosos proyectos de exportación de gas.
En el caso de Europa, los principales yacimientos están ubicados en
Polonia y Francia, y en Cantabria y País Vasco se están realizando algunas
exploraciones. Igualmente, en Sudamérica, Argentina, Brasil y Chile poseen
grandes depósitos de gas de esquisto y Uruguay y Paraguay también podrían pasar
de ser importadores a productores de este recurso.
En términos generales, el gas de esquisto podría ofrecer una importante
independencia a los países que actualmente son importadores de hidrocarburos.
Es un recurso que traerá beneficios económicos, pero que, como se mencionó
anteriormente, por los posibles riesgos ambientales que traen consigo, es de
suma importancia que las compañías del sector tomen en cuenta todas las medidas
que preserven el medio ambiente.
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