Apertura Opina, 18/03/2013
Convocada la nueva elección Presidencial para el 14 de abril (#14A)
apenas a cinco meses y medio del 7 de Octubre, donde el Ex Presidente fallecido
Hugo Chávez fue reelegido por el pueblo en unas elecciones con graves fallas de
transparencia y abuso de poder, volveremos a las urnas a elegir un nuevo
Presidente para el periodo 2013 – 2019.
El manejo mediático de la salud del Ex presidente, las larguísimas
exequias de 10 días de prolongadas cadenas de radio y televisión, la cobertura
total y en exclusiva del poderoso Sistema Nacional de Medios Públicos, el
posicionamiento del Candidato Oficialista como sucesor y heredero de la
Revolución Bolivariana y lo más importante, cumplidos los primeros 100 días de
gobierno de Nicolás Maduro, convierten inevitablemente esta elección en un
plebiscito.
Si revisamos el diccionario de la Real Academia y buscamos la palabra
“Plebiscito” encontramos lo siguiente:
“Consulta que los poderes públicos someten al voto
popular directo para que apruebe o rechace una determinada propuesta sobre
soberanía, ciudadanía, poderes excepcionales, etc.”
Y efectivamente no hay mejor definición para la
elección del #14A, donde dos modelos de país se confrontan, por una parte el Oficialismo
respaldado por todos los Poderes Públicos: TSJ, Asamblea Nacional, Defensoría
del Pueblo, Ministerio Publico, Contraloría General de la Republica y el CNE,
en descarada violación constitucional, con especial mención al Ministro de la
Defensa Diego Molero Bellavia, que incurrió en el atrevimiento y en la grave
falta de llamar a votar por el Candidato Oficialista, y por la otra parte, las
fuerzas de la Alianza Democrática agrupadas en la MUD con el Candidato Unitario
Henrique Capriles Radonsky, representando un modelo de país radicalmente
distinto al que hemos sufrido durante los últimos 14 años y en especial en los
últimos 100 días de gobierno liderizado por Nicolás Maduro.
Hablando de los numeritos del 7 de Octubre, Capriles
obtuvo 6,5 millones de votos, pero si sumamos los votos obtenidos en las
tarjetas donde aparecía la cara del Candidato Capriles, casi llegamos a 6,8
millones de votos, si le sumamos una cantidad no precisable con certeza, de los
venezolanos en el exterior que no pudieron inscribirse o que fueron migrados a
New Orleans en el caso de Miami, podemos estimar sin lugar a equivocarnos que
superamos los 7 millones de votos.
En el caso del Candidato Hugo Chávez, que obtuvo 8,2
millones de votos, no sabemos con precisión cuantos de ellos fueron obligados,
amedrentados, comprados o amenazados, pero estamos seguros que podemos
contabilizar varios cientos de miles, visto desde este punto de vista la
diferencia entre Alianza Democrática y el Oficialismo no supera el 5%.
Por nuestro lado sabemos que al menos volveremos a
obtener los mismos 6,7 millones de votos obtenidos el #7O, y lo decimos con
absoluta certeza pues esos votos fueron a conciencia, no fueron obligados y
sabemos que en esta nueva etapa, de ganar Nicolás, es evidente que vendrán por
nosotros y eso significa que buscaran doblegarnos o quitarnos del medio, a diferencia del Oficialismo que no saben
cuántos votos lograran respaldar al candidato Nicolás Maduro, pues el carisma,
la vocería y las propuesta de Nicolás se alejan muchísimo de su predecesor Hugo
Chávez, basta evaluar las medidas tomadas en los últimos 100 días de gobierno
que son apenas un pequeño anticipo de lo que podemos esperar de cara al futuro,
si alguien tiene dudas lo invitamos a leer:
El Plan de la Patria 2013 – 2019 del oficialismo, http://blog.chavez.org.ve/programa-patria-venezuela-2013-2019/#.UUdMNhxgf7U
Y Lineamientos
Programáticos para el Gobierno de Unidad Nacional 2013 – 2019 de la Unidad
Democrática, http://www.unidadvenezuela.org/lineamientos-programaticos-para-el-gobierno-de-unidad-nacional/
Muchos han descrito esta campaña electoral como la
Campaña Admirable de Capriles o la Campaña de Goliath contra David,
refiriéndose a la inmensa desventaja entre uno y otro Candidato en cuanto a
medios financieros, medios de comunicación, abuso y poca transparencia, pero
ese es el juego, y en nuestra opinión hay que jugarlo. Pero también hay otros
muchos que decimos que para lograr resultados distintos hay que hacer cosas
distintas y por lo que ya a estas alturas hemos recogido en la calle, cada uno
de nosotros se está convirtiendo en un integrante del Comando de Campaña Simón
Bolívar, denotando que le vamos a poner alma y corazón a la Campaña.
Aunque parezca cuesta arriba, hay claros indicadores
que nos presagian que el lema de campaña #MaduroNoTeVistasque NoVas puede
imponerse y podemos lograr una victoria contra todo pronóstico, dependerá de
cada uno de nosotros y de lo que hagamos desde ahora hasta al #14A.
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