El Nacional 12 de septiembre de 2013
Miraflores conmemoró 40 años del golpe
militar contra Salvador Allende, sin representación del Gobierno de Chile
El presidente Nicolás Maduro reiteró
ayer la tesis de que se una conspiración de gran magnitud en desarrollo contra
su gobierno, orquestada por factores internos y externos. Aseguró que el plan
“es aún peor que el que aplicaron a Chávez”.
En un discurso con motivo de la
conmemoración de los 40 años del derrocamiento del presidente de Chile Salvador
Allende, Maduro comparó el acecho al que afirma está sometido su gobierno con
el que vivió Allende en 1973, previo al golpe militar que lo sacó del poder y
provocó su muerte.
“Nosotros tenemos muy bien identificados
a los periódicos que hacen las veces de El Mercurio aquí. Todo el mundo sabe
cómo se llaman los periódicos del golpismo en Venezuela. Uno de ellos se llama
¡El Nacional!”, exclamó a coro con los asistentes a la concentración frente a
Miraflores.
“Todo el mundo sabe cuáles son las
televisoras golpistas que no descansan. Todo el mundo sabe quiénes son los
jefes de la derecha conspiradora y golpista en Venezuela”, agregó en cadena de
radio y TV.
Paralelismos. Mientras el mandatario
establecía paralelismos entre Allende y Chávez, en una pantalla gigante
colocada detrás de la tarima se reproducían, entremezcladas, varias imágenes:
Augusto Pinochet y la represión contra la sociedad civil chilena dirigida por
su régimen; Henrique Capriles en ruedas de prensa del 14 y 15 de abril; Pedro
Carmona Estanga, juramentándose en Miraflores en abril de 2002; la PM
disparando hacia Puente Llaguno el 11-A y la violencia postelectoral de abril
de este año en Venezuela.
“¿Qué pasaría si en 2002 o en 2003 se
hubiera consolidado el gobierno de Carmona? ¿Cuántos jóvenes venezolanos
hubieran padecido la tortura y la desaparición forzosa? ¿Dónde estarían los
pensionados? ¿Qué pasaría con los planes de vivienda? ¿Qué pasaría con la
libertad de expresión?”, dijo a los presentes que le respondían a coro: “¡No
volverán!” y “¡Si salen como el 11 saldremos como el 13!”.
El jefe del Estado no se refirió a los
más de 120.000 venezolanos muertos desde 1999, víctimas del hampa, ni a las
decenas de radios y televisoras cerradas o multadas desde entonces, ni a la
inflación de más de 30% que se acumula desde que asumió el Gobierno en
diciembre de 2012.
Poder y amor. El Presidente llamó a
los asistentes a no confiarse en que el poder político esté asegurado. “Nadie
puede creer que la revolución es irreversible. Ahora es cuando comienza. Cada
vez más nuestras academias militares tienen que formar oficiales socialistas,
antimperialistas, revolucionarios, chavistas, bolivarianos”.
Maduro aseguró que los militares
venezolanos no se prestarán, como los chilenos de los años 70, para un golpe de
Estado. “La derecha sabe que en Venezuela no encontrará un Pinochet porque la
FANB ama a Chávez y a Bolívar por encima de cualquier cosa”. Aseguró que los
militares venezolanos están para defender y garantizar la revolución y la paz.
Ratificó tener conocimiento de una
reunión ocurrida en la Casa Blanca a finales de julio, en la que dirigentes
oposición “se repartieron tareas” para desestabilizar el país. Al respecto
acotó: “Todo tiene un límite, deben saberlo. No somos chantajeables ni
presionables por nadie. Yo no voy a permitir que la derecha vuelva a
embochinchar a la patria”.
Sin Chile. El acto inaugural del
Primer Encuentro Internacional Antifascista. 40 Años del Golpe en Chile, que se
lleva a cabo hasta el domingo, contó con la asistencia de dirigentes políticos
de varios países de la región, pero no del Gobierno de Chile. Así lo confirmó a
El Nacional el embajador de Venezuela ante la OEA, Roy Chaderton: "Del
Gobierno no, pero sí hay familiares de las víctimas".
De Chile vinieron representantes del
Frente Salvador Allende, un nieto del presidente derrocado y un escritor;
además estuvieron diputados del Partido Socialista de Brasil, integrantes del
Frente Amplio de Uruguay y miembros de la Izquierda Unida de España. También
asistió la ex canciller de Honduras Patricia Rodas. El único representante de
gobierno fue el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García.
En todas las actividades participaron
ministros, diputados, gobernadores y candidatos a alcaldías. Llamó la atención
la ausencia del primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello.
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