Por Eddie Ramírez, 03/12/2013
En el régimen y en la oposición hay
descalificadores de oficio. A los primeros les pagan del erario público y el
principal descalificador es el bocón inquilino de Miraflores. Hoy no vamos a
referirnos a esa clase de fauna oficial. En vísperas electorales debemos llamar
la atención sobre los descalificadores que son opositores, pero arremeten
injustamente en contra de dirigentes y de equipos humanos que trabajan para
intentar neutralizar las trampas del régimen.
Estamos convencidos de que no actúan de mala
fe, sino solo guiados por un fanatismo que les impide aceptar que hay otros
puntos de vista. Parten de las siguientes premisas: 1- Este gobierno totalitario
no sale por elecciones. 2- Los eventos electorales desde el 2004 han sido
fraudulentos y el oficialismo tiene muy pocos seguidores. 3- Los ciudadanos
solo esperan que sus dirigentes hagan un llamado a la insurrección para
seguirlos, pero estos no proceden porque son “colaboracionistas”. 4- Los
representantes de la oposición ante el CNE están vendidos y el grupo de
expertos electorales de La Colina le hace el juego al gobierno. 5-Las máquinas
de votación son manipuladas para favorecer al oficialismo y las captahuellas
identifican por quien se vota. 6- Las encuestadoras están compradas por el
gobierno y nunca pegan los resultados 7- La Fuerza Armada está dispuesta a
actuar apenas los civiles demos una señal contundente.
Al respecto nos permitimos comentar las
citadas premisas: 1- Evidentemente no es fácil salir de un régimen como este
por medio de elecciones. Algunos “analistas” adoradores del voto sacan a
relucir algunos ejemplos como el de Chile y Nicaragua, pero las circunstancias
son diferentes en cada país y hay muchos otros ejemplos donde fue necesaria la
fuerza. El punto está en evaluar con qué y con quiénes contamos para decidir el
camino. 2- Hoy somos mayoría, pero en el pasado no lo fuimos y ello no debe
darnos piquiña. 3- Betancourt señalaba que “uno de los prerrequisitos para que
un régimen pueda ser subvertido es la incompatibilidad de todas las clases
sociales con el orden de cosas existentes”. ¿Se da esta condición? 4- Esta es
una acusación grave que se lanza alegremente y sin pruebas. En el caso de La
Colina no dudo de la honorabilidad de los profesionales que la integran. 5-
Ciertamente las máquinas pueden alterar los resultados y la captahuella
identificar por quien se vota, pero siempre que no se realicen las auditorías
técnicas. Estamos convencidos que allí no radica el problema. 6- A veces las
encuestadoras se han “pelado”, pero la mayoría de las veces han acertado. Hay
algunas que no son confiables.7- En este punto “paso agachado”.
En conclusión, hoy lo procedente es votar el
8D para frenar el avance del totalitarismo y quizá lograr algo más. La trampa
la realizan cuando no tenemos testigos o estos no son confiables. No nos
enrollemos sobre si determinado candidato nuestro no nos gusta. Elegiremos
entre la democracia y el totalitarismo, es decir entre la civilización y la
barbarie.
Como en botica: A votar por Ledezma, Ocariz , Blyde, Ismael,
Muchacho, Cochiola y todos los candidatos de la Unidad. ¡No más prisioneros
políticos, ni exiliados!
Eddie Ramírez
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