Miguel Mendez Rodulfo 22 de agosto de 2014
Citgo es una empresa norteamericana,
centenaria, con presencia global; hoy día es una propiedad venezolana fruto de
la estrategia de internacionalización efectuada por Pdvsa en los años 80. Es
notable destacar que para su adquisición no salió ni un céntimo de Venezuela.
El capital para la compra de sus activos provino de financiamiento externo que
se obtuvo dando como garantía los activos de Ruhr Oel y Nynas, así como de
suministro petrolero a cambio de acciones. La compra de Citgo por Pdvsa
obedeció a la necesidad de colocar los crudos pesados venezolanos, los cuales
por su alto contenido de metales pesados no conseguían (y aún no consiguen)
refinerías de conversión profunda para que los procesen y generen una cantidad
adecuada de refinados y poco residual.
Dada esta desventaja el precio de estos crudos en el mercado es
inferior.
Al invertir en refinerías capacitadas
para procesar esos crudos, Pdvsa elevó su valor como corporación energética,
pues además de conseguirle salida a los crudos medianos y pesados (las reservas
venezolanas están constituidas básicamente por estos crudos ya que la porción
de crudo ligero tiende a disminuir dramáticamente) y de asegurar mercado, se
zafó de la restricción de la cuota OPEP;
de manera que las inversiones hechas en Citgo son las que han permitido a la
nación apreciar los crudos venezolanos en el mercado. Por otra parte un negocio
como este, de alta ingeniería financiera, no podía concretarse sino mediante la
táctica ganar-ganar; así Pdvsa convino en establecer unos convenios de
suministro de petróleo basados en una fórmula de manera que aseguraran
descuentos en la orden de compra de Citgo en la época de vacas flacas y
sobreprecios en la factura de venta de Pdvsa, en la época de vacas gordas. Este
mecanismo funcionó perfectamente en el tiempo, permitiendo que la filial
dispusiera de capital para realizar sus inversiones y completara su conversión
a un eficiente complejo de refinación profunda.
Citgo Petroleum es un complejo que
posee tres refinerías: Lake Charles en Louisiana, Corpus Christi en Texas y
Lemont en Illinois; además tiene una en asociación con Lyondell Chemical en
Houston. Posee además, tres oleoductos y 48 terminales de embarque. También es
dueña de 13.000 estaciones de servicios. La Pdvsa roja rojita, vendió hace unos
años Savannah en Georgia y Paulsboro en New Jersey, que eran parte de este
complejo refinador. Al inicio de la compra de Citgo, para asegurar que sus
planes de conversión, fueran un negocio rentable, hubo de hacerla competitiva,
por lo que fue necesario dejar al frente de ella a un presidente
norteamericano, con el conocimiento y las relaciones suficientes para sacar
adelante al negocio, que se basa en ganancias marginales, pero que por su alto
volumen asegura buenos dividendos, y sobre todo logra un mercado cautivo para
el petróleo venezolano, permitiendo eludir la restricción de la cuota OPEP.
Citgo a lo largo de los años cumplió
con creces los objetivos que se plantearon cuando se planificó su adquisición
como parte de la política de internacionalizacion petrolera, de la que Pdvsa
fue pionera mundial (Arabia Saudita, luego haría inversiones en USA): acceso
seguro a un mercado internacional, colocación para los crudos pesados de la
faja y generación de ganancias. Aunque el régimen en 2005 también tuvo
intención de vender a Citgo, las circunstancias actuales que impulsan su venta
no obedecen a otra cosa que a la necesidad imperiosa de tener flujo de caja.
Este gobierno estrafalario, dilapidó las ingentes sumas que proveyó el petróleo
para asegurar sus triunfos electorales mediante un reparto político abusivo y
desproporcionado. Hoy las arcas fiscales están quebradas y el gobierno apela a
la liquidación de activos estratégicos como Citgo, aunque ello ponga en serio
peligro la venta futura del petróleo de la Faja Petrolífera del Orinoco.
Caracas, 22 de agosto de 2014
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