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jueves, 21 de agosto de 2014

La peor decisión es la no tomada, Eduardo Páez Pumar


Por Ing. Páez- Pumar, 13/07/2014
Boletín 189 AIPOP

El país está inmerso en una crisis de múltiples aristas y el gobierno no termina de tomar una decisión, al mantener la actitud obstinada de no reconocer que los errores de conducción política de Hugo Chávez, heredados por Nicolás Maduro, están llevando al país a un colapso total.

El gobierno ha entrado en un default comercial y ha sometido al pueblo a una escasez extrema de alimentos, medicinas, repuestos y productos de primera necesidad; solo por continuar favoreciendo a los países amigos del Grupo de Río y CARICOM que fueron financiados por Hugo Chávez para exportar la revolución y siguen siendo financiados por Nicolás Maduro a pesar de la situación del país, con el suministro de crudo y productos en condiciones extremadamente favorables, así como con programas de construcción de infraestructura y de contratación de servicios profesionales.

Para prolongar el apoyo a los amigos del Grupo de Río y CARICOM el Gobierno se ha visto obligado a acumular altas deudas en divisas al no cancelar los compromisos con el sector privado, producto de importaciones, repatriación de dividendos, expropiaciones y servicios prestados. Esta deuda no financiera alcanza la cantidad de 56.215 millones de dólares (250% de las reservas internacionales). Además, para hacer frente al servicio de la deuda externa durante este año se requieren 6.300 millones de dólares y 5.100 millones de dólares para el año 2015. A esto se suma el hecho de que la deuda pública externa al cierre del 2013 llegó a 104.252 millones de dólares (un aumento de 292% entre 2006 y 2013) y la deuda pública interna llegó a 420.502 millones de bolívares fuertes, con un aumento interanual promedio del 68% entre los años 2010 y 2013.

A lo anterior se suma la presencia de uno de los períodos más secos de la historia del país, el cual se prolongará hasta abril de 2015 y que como no se ha construido en los últimos 15 años nueva infraestructura para enfrentar una hidrología seca, ha causado la muerte de 300.000 reses por falta de agua y de pastos, siendo el estado Zulia el más afectado por la muerte de gran cantidad de vacas productoras de leche. La sequía ha sido inclemente en los estados productores de maíz -Guárico y Portuguesa-, donde el rendimiento de la cosecha llegará a 30% y 60%, respectivamente, de la superficie que se estimaba sembrar.

Esta condición de sequía ha afectado al sistema eléctrico nacional, ya que Colombia dejó de exportar gas a Venezuela (el país tiene un déficit de gas de 2.950 mpcd) y se han tenido que surtir con gasoil importado las termoeléctricas del Zulia, a pesar de la falta de divisas. Además, no se han podido conservar los niveles de agua de las centrales hidroeléctricas (incluido Guri) y podemos entrar a finales de año, en una crisis mayor de desabastecimiento eléctrico. El servicio de agua potable es también hoy crítico en varias ciudades del país: Maracaibo tiene menos de 60 días de agua, esta situación es similar en Barquisimeto, Coro y Punto Fijo. En la Gran Caracas dependemos de Camatagua (Sistema Tuy III) y Taguaza porque los embalses de los Sistemas Tuy I y Tuy II están secos.

Ante este negro panorama, Maduro o no se atreve, o no tiene el poder de decisión para realizar los cambios estructurales y políticos que requiere el país; por lo que se ve obligado a convocar un congreso del PSUV para lograr la aprobación de las medidas. El tiempo se agota para hacer los cambios en economía, salud, seguridad, servicios públicos, producción de alimentos, transporte, etc. Maduro será responsable, por su indecisión, de la inmensa crisis social que se avecina. La peor decisión es la no tomada.


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