Prensa UNT Caracas, 27 de agosto de 2014
@partidoUNT
La Directora Política de Un Nuevo
Tiempo, Liliana Hernández, rechaza contundentemente la instalación de la
tarjeta de racionamiento electrónica, puesto que esta no resuelve el problema
de fondo que vive la economía venezolana. “Nuestro problema radica en que no
tenemos un aparato productivo y no tenemos divisas para poder salir a comprar
alimentos en los mercados”, señaló.
Hernández, acompañada por varios
miembros de la Dirección Nacional de UNT, aseguró que no solo en el partido,
sino también en la calle, la gente está convencida del fracaso de la implantación
de este sistema: “la tarjeta de racionamiento electrónica no va a ocultar la
ineficiencia, la corrupción, la incapacidad, y la falta de decisión de este
gobierno y de Nicolás Maduro”.
La Directora Política de la tolda azul
enfatizó que el verdadero problema que hay que resolver en el país es la caída
de la producción que se ha vivido en los últimos años. Subraya que la
estrategia destructora del aparato productivo no solo atacó a empresas, sino
también fincas, haciendas, pequeñas parcelas productoras que “algún alto
militar o algún alto funcionario del gobierno señaló con antojo de propiedad o,
en segundo término, que pasara a manos del Estado.” Destacó que es del
conocimiento público que todo lo que ha sido expropiado ha dejado de producir.
También hace énfasis en el segundo
problema, la falta de divisas. Explica que, al no producir y solo hacer uso de
los dólares obtenidos por una menguante venta de petróleo, nos hemos quedado
sin tener con qué importar. “Decidieron hacer una economía de puerto, y violentar
el principio establecido en la Constitución de la soberanía alimentaria”.
Ante la gravedad de estos problemas el
gobierno propone como solución esta tarjeta de racionamiento electrónica,
calificada de “locura” por el Presidente Nicolás Maduro en junio del 2013;
Hernández propuso la interrogante: “¿Qué pasó para que eso dejara de ser una
locura?”, señalando que ha sido tanto el fracaso del modelo económico, como la
expectativa de negocios particulares, para algunos funcionarios, lo volvió a
colocar el sistema biométrico en la agenda del gobierno.
Resalta las contradicciones en las
declaraciones del gobierno a partir del anuncio de la implantación de este
sistema; por ejemplo, la forma de control de compras, del cual primero explican
que es un control previo y, días después, señalan que el control será
posterior. Hernández señala que ese factor de control le recuerda al empleado
por CADIVI o Sicad: “con el control posterior se llevaron 25 mil millones de
dólares, y nadie ha reportado qué pasó con eso”.
Un Nuevo Tiempo insiste en que, si
Nicolás Maduro hace un año hubiera decidido producir e invertir, no estaríamos
pasando por esto. “La obligación constitucional del estado, del Presidente
Maduro, es que haya abastecimiento de los productos que requerimos, en el
mercado.”
Liliana Hernández, en representación
del partido, plantea varias propuestas para que la producción aumente y el
desabastecimiento acabe: primero, reactivar el aparato productivo; las pequeñas
y medianas empresas, el campo; a través del abastecimiento de sus suplementos
de producción. Y segundo, atacar el contrabando, lo cual se logra
reinstitucionalizando la FAN, que esta cumpla con sus funciones; y que se
investigue los grupos oficiales de la Guardia Nacional y del Ejército que están
involucrados con este delito. Hernández finaliza señalando que “ya está bueno
de señalarnos a todos los venezolanos como contrabandistas; el contrabando es
un delito, y nosotros no somos delincuentes; porque para meterse en el negocio
del contrabando hay que tener poder.”
Recibido por correo.
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