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miércoles, 20 de agosto de 2014

De la historia de los ajustes y otros cuentos, Pedro Vicente Castro


Por Econ. Pedro Vicente Castro, 10/08/2014
Boletín 188 AIPOP

El gobierno y la oposición coinciden hoy en la necesidad de un ajuste de la economía venezolana, pero no de la misma manera ni por las mismas razones justo es señalarlo, no se trata de una coincidencia mecánica. Mientras que la oposición ha pasado los dos últimos lustros denunciando la perversidad de un sistema de controles y de estatizaciones que conducirían a la ruina del país, “lo cual ocurrió”. El Chavismo con el hiperuranico en el timón se hundió en la burbuja de la bonanza petrolera y se dieron a la tarea de reproducir el comunismo cubano en Venezuela financiado con la renta petrolera, tamaño dislate no era ni más ni menos que el delirio del Supremo.

Un ajuste como bien ha sido señalado por buena parte de la academia y de consultores privados de la economía es algo más que la corrección de variables puntuales de la macroeconomía de un país, máxime si hablamos de una situación, que como la venezolana no está en un mero momento de ciclo recesivo, sino en la más profunda crisis global que se haya conocido en nuestra historia republicana. La situación es supremamente compleja.

Cuando se produjo la necesidad urgente de una ajuste de la economía venezolana a finales de los ochenta, que fue abordada por el 2do. Gobierno de CAP, Venezuela aún contaba con algunas ventajas importantes para emprender tan exigente tarea. Una institucionalidad democrática resentida pero intacta, Instituciones del Estado aún con niveles de credibilidad aceptable y aún confiables y modernas instituciones económicas; lo que se complementó con el hecho de el Presidente Pérez, trajo a su gobierno para la tarea de ajuste a profesionales de solventes credenciales intelectuales y profesionales y el apoyo del FMI y el BM. Y sin embargo, este proceso de ajuste conocido como el “gran viraje” no devino en los resultados deseables por fallos y olvidos de extrema importancia. Como por ejemplo, el hecho de que se emprende en medio de falsas expectativas en donde CAP en su campaña dejo pensar que repetiría sus políticas populistas de su primer gobierno; la falta de gestión política por parte del Jefe del Estado de este cambio brusco e inesperado de política económica y social: de las expectativas populistas a la política de ajuste contractivo; produjeron descalabros sociales que comprometieron el éxito del programa. También influyeron negativamente la falta de un acuerdo nacional en torno al programa económico y las luchas intestinas en los partidos políticos.

Hoy se quiere emprender un ajuste sin ni siquiera contar con algunas de las ventajas con las que se pudo contar en el pasado inmediato, sino que además se agregan otros factores negativos para iniciar un ajuste severo de la economía. No hay un programa claro de ajuste que cuente con el respaldo de los Organismo Financieros Internacionales, sino que se dice que unos banqueros franceses o el Bank Of America, están haciendo el Coach al gobierno para tramitar un nuevo crédito externo.

El sistema de información clave para un ajuste por la situación de desdibujamiento de organismos claves como el BCV y el Min. PP de Finanzas podemos presumir que no existe. La Industria petrolera que es el único soporte del ajuste está fuertemente resentida en su capacidad de producción que viene cayendo desde hace algunos años y por ende disminuida su capacidad de aportes al Estado, con lo cual el esquema de financiamiento del ajuste luce desde el principio con un desbalance que compromete sus posibilidades de éxito.

No hay unidad en el gobierno y existen fuertes fracturas fratricidas en el seno del partido de gobierno; y si en los ochenta existían fracturas sociales inocultables hoy las mismas son abismales, pero además en una sociedad donde los niveles de violencia se han disparado a niveles estratosféricos. En cuanto a la posibilidad de que el ajuste se pueda apoyar en parte en el sector privado, esto luce poco realista dado el proceso de destrucción masiva a que han sido sometido los factores de producción decisivos: Niveles de Reserva Internacionales exangüe, caída más que significativa de los niveles de inversión interna y externa; y además a que los factores esenciales para el desenvolvimiento productivo de un país están en niveles críticos de desempeño como por ejemplo, la infraestructura eléctrica, vial y comunicacional en general, de servicios, legal, capacidad laboral. Con lo que podemos decir sin temor a equivocarnos que estamos chavista – maduristamente a punto de emprender una carrera hacia ninguna parte.



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