Editores VenEconomía 25 de agosto de 2014
Hoy 25 de agosto, se
cumplen dos años de una tragedia que nunca debió ocurrir. Una tragedia que
conmovió a toda Venezuela: El incendio de gran magnitud en dos tanques
contenedores de gas propano y butano de la Refinería de Amuay, una de las dos
refinerías del Complejo Refinador de Paraguaná, el más importante del país.
El devastador incendio y la
inexplicable gran explosión que le siguió, arrebató la vida de 45 personas, más
cinco personas aún desaparecidas y unos 150 lesionados, algunos de gravedad,
amén de grandes pérdidas materiales, tanto en el complejo como en viviendas
cercanas a la Refinería.
Como todo aquello que
acontece en esta Venezuela de la revolución bolivariana, las causas y
responsables de estos hechos quedaron encubiertos por la opacidad de un
gobierno que siempre evade su responsabilidad, para endilgársela a un tercer
intangible, que nada tiene con la realidad.
Esta vez, un tardío informe
de PDVSA (el lunes 09 de septiembre 2013) adjudicó las causas del accidente a
una acción de "sabotaje", afirmando que "se encontraron
aflojados siete de ocho espárragos de la base de la bomba de olefinas P-2601
del Bloque 23", situación que atribuyeron a una "acción intencional
de terceros interesados en provocar una catástrofe". Aseguraron entonces,
que no tardarían en dar a conocer a los responsables. Pasado casi un año de esa
“promesa” todavía no se ha informado quiénes son los responsables, y ante la
justicia no hay quien pague ni por las vidas perdidas ni por las pérdidas
materiales.
Una declaración del Centro
de Orientación en Energía (COENER), CEDICE-Centro de Estudios de Energía de
Venezuela, el Grupo Orinoco de Energía y Ambiente y la Sociedad Venezolana de
Ingenieros de Petróleo (SVIP), con motivo de este segundo aniversario, exigen a
la "Comisión de Energía de la Asamblea Nacional y a la Fiscalía General de
la República, acometer las acciones inherentes a sus funciones de contraloría y
ejercer las acciones necesarias para que se responda, tal como lo establece la
Ley y sus Normas Internas, por el grave accidente ocurrido en la Refinería de
Amuay y, en particular, se adopten las medidas requeridas para evitar que
vuelvan a ocurrir tragedias similares".
Se afirmó en esta
declaración que la gravedad de los hechos imponía que el Gobierno Nacional
designara a la prontitud del caso un "Comité de Investigación
independiente” que, "en un plazo perentorio", determinara las causas,
identificara los elementos necesarios para establecer las responsabilidades del
caso y emitir sus recomendaciones para evitar la ocurrencia de otra fatalidad
similar"… Pero, esas acciones no se ejecutaron.
COENER, ante el silencio
del Ejecutivo Nacional en agosto de 2013, presentó a la opinión pública
resultados de su investigación realizada por un equipo de técnicos y
especialistas, donde extensamente indicó que las causas potenciales no tenían
absolutamente nada que ver con sabotaje alguno y, por el contrario,
"reforzaba la tesis que las causas de la fuga de gas, la secuencia de
eventos previos a la explosión e incendio, y la lamentable ausencia de los
sistemas de alarma, del accionar efectivo del sistema contra incendios y de la
aplicación oportuna de adecuados procedimientos de evacuación, fueron
consecuencia de serias deficiencias operacionales y de mantenimiento".
Lo grave del silencio
cómplice del Ejecutivo y de PDVSA para revelar la verdad de lo acontecido, es
que aún están en plena vigencia las causas que llevaron a que se registrara ese
siniestro. Un siniestro, que nunca debió ocurrir en una industria que se
caracterizó durante más de 90 años por ser una de los más eficientes del mundo
en términos de la seguridad industrial; cuyas instalaciones siempre llevaban
carteles que se actualizaban diariamente, señalando los miles de miles de
horas-hombre trabajados sin accidente qué lamentar.
Como afirman quienes
suscriben la declaración: "Para superar la crisis de esta corporación, se
requiere retomar el modelo de una empresa eficiente, productiva y orientada a
la mejora continua de su gestión, concentrada en el negocio de los hidrocarburos,
que fue la razón de ser y caracterizó a Petróleos de Venezuela, S.A. en sus
primeros veinticinco años".
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