Carlos Romero Mendoza 16 de agosto de 2014
@carome31
Mario Briceño Irragorry en su
obra Mensaje Sin Destino (1951), dejó registrada una
pregunta que hoy resulta un legado importante para intentar buscar respuestas y
soluciones alternativas a la crisis que hoy experimenta Venezuela, esa pregunta
nos invita a reflexionar sobre:
“¿Cómo unirnos para la defensa de
nuestro canon histórico y de nuestros intereses nacionales, cuando pululan las
circunstancias que nos conducen a la feroz discordia?”.
Esa pregunta resulta de un Mario
Briceño Iragorry que respira un país que como advierte en sus reflexiones,
nunca antes “necesitó....de una atención mayor en el examen de sus
problemas de pueblo, porque nunca como ahora se hizo tan notoria la crisis de
sus valores sustantivos. Tampoco jamás desde la edad heroica nuestro país
se había confrontado con mayor numero de problemas a la vez.”
En este sentido, el autor reconoce que
“pretender que se resuelvan todos a la vez es cosa necia por imposible;
empero pareciera que reclaman mayor y más fácil atención aquellos hechos que
eviten el relajamiento de los valores fundamentales de la nacionalidad y que
vayan a al formación de una conciencia de deber frente a las otras -¡inmensas!-
manifestaciones de desequilibrio de la vida nacional.”
En sus reflexiones, Briceño Iragorry
reclama que como sociedad “subestimamos los valores comunes que podrían
uniformar nuestro genio de pueblo.”
Hoy desde varios ángulos sociales se
vuelven a escuchar, como en tiempos de Briceño Iragorry, “un angustioso
reclamo de ir no a la comedia de las palabras, sino a una efectiva concordia,
que permita realizar el derecho y dar su sitio a la justicia.”
Para Briceño Iragorry en tiempos de
profunda crisis “nuestro deber es ayudar al Pueblo, no a que grite, como
aconsejan los demagogos, ni a que olvide sus desgracias, como indican los
conformistas del pesimismos, sino a que reflexione sobre si mismo, sobre su
deber y su destino.”
Esa reflexión a la cual invita Briceño
Iragorry desde sus líneas que fueron escritas en 1951, resulta una tarea
pendiente, que se ha subestimado y en consecuencia, ha permitido la inercia
colectiva ante los debates públicos y políticos, que han facilitado el avance
de un proyecto político que hoy se traduce en el Plan de la Patria 2013-2019.
La iniciativa del Congreso de
Ciudadanos, anunciada recientemente, podría ser una importante oportunidad para
poder reencontrarnos en esos valores que históricamente nos une y que
permitirían reconstruir los consensos básicos y necesarios para lograr
enfrentar esta crisis que con palabras de Mario Briceño Iragorry “de
cambio en cambio, de sistema en sistema, de ensayo en ensayo, hemos llegado con
el afán de borrar el pasado, hasta frustrar nuestra
genuina fisonomía nacional.”
El Congreso Ciudadano, podrá ser un
espacio efectivo para la reflexión sobre nuestro deber y destino, sólo en la
medida en que sus participantes sean valorados y considerados como ciudadanos y
no como simples electores por quienes pretenden liderar esa iniciativa. Es
el momento de recuperar el valor del ciudadano y construir los consensos sobre
esa fisonomía nacional que hoy es difícil de identificar.
Es oportuno tener presente que esta
crisis de pueblo, como la califica Mario Briceño Iragorry, y que hoy la estamos
experimentando, es producto de los regímenes personalistas que como
sociedad hemos soportado y entre los cuales debemos agregar en la lista al
régimen de Hugo Chávez (1999-2013).
En tal sentido, Briceño Iragorry nos
recuerda, y oportuno es no olvidar, que “la Revolución de Octubre de
1945, afanosa de componer lo corrompido anterior, habló de hasta una
segunda independencia. Lo mismo habían hecho todos los movimientos precedentes
cuando tomaron el gobierno. Si leemos los discursos inaugurales
de los ejercitantes del Poder, hallaremos que Venezuela ha nacido tantas
veces como regímenes personalistas ha soportado.”
“Lo mismo que proclamaron Guzmán y
Betancourt, lo sintieron o lo mintieron Gómez y Castro, Crespo y los Monagas .
Cada uno se creyó en turno el mago de Venezuela, y preocupados los magos y los
brujos de cada momento en variar y mejorar a su modo el rostro de la patria,
hemos terminado por sufrir una fatal ausencia de perfiles determinante.
Creo que cualquiera conviene conmigo en que sea ésta la peor de
las crisis que sufre nuestro país.
Han pasado mas de 60 años desde que se
publicó por primera vez Mensaje Sin Destino, de Mario
Briceño Iragorry, y tristemente, la sociedad venezolana debe repetir las mismas
palabras de Briceño Iragorry: “en que sea ésta la peor de las crisis que
sufre nuestro país.”
Hoy Venezuela reclama por ciudadanos,
no por magos. ¿Cómo nos unirnos?. ¿Cuál es nuestro deber, más allá
de nuestra cualidad de electores?, ¿será la iniciativa del Congreso Ciudadano
un espacio para lograr estas respuestas?.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------
Bibliografía:
Briceño Iragorry, Mario. Mensaje
sin destino. Biblioteca básica de autores venezolanos. Monte Avila
Editores. Edición 2004
@carome31
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico