Luis Manuel Esculpí agosto de 2014
Es justo reconocer que poseen gran
inventiva, imaginación y creatividad para idear consignas y pretextos con la
intención de justificar las más absurdas decisiones. Así inventan argumentos
para aducir y desviar la atención de los graves problemas, provocados por la
aplicación de sus erróneas políticas.
La escasez de productos de la dieta básica,
de aseo personal, de medicinas y repuestos para vehículos entre otros; según el
gobierno se debe a la existencia del llamado "contrabando de
extracción", por supuesto que este existe, pero es una falacia asignar a
ese factor la principal responsabilidad de la penuria que sufren los
consumidores para adquirir los productos. Han reducido, un tanto, el argumento
de la "guerra económica" porque sus propias encuestas indican que
carece de credibilidad. Es sabido también que ese contrabando se realiza con la
complicidad de las autoridades militares encargadas de resguardar las
fronteras.
El discurso gubernamental omite
cualquier referencia a la situación por la que atraviesa la industria nacional,
a lo improductivo de las empresas estatizadas, a la perniciosa política de
controles y a la inmensa corrupción que constituyen las principales causas de
la escasez.
El gobierno ha encontrado un gran
pretexto en la figura del contrabando. El "cierre nocturno" de la
frontera, la movilización militar, y las pintorescas declaraciones de diversos
funcionarios, no se traduce en la aparición de productos en los anaqueles.
Ahora decretan solemnemente la
"guerra a las colas" contradiciendo aquella declaración del
Viceministro de alimentación Carlos Franqui hace un par de meses , cuando
afirmó que el pueblo hacia colas porque estaba cuidando los alimentos, ahora el
Superintendente de precios ha concentrado su acción en las cajas registradora.
Según su prédica las colas no se deben a la escasez, sino a que los
automercados no abren todas las cajas. Lo insólito es que estas declaraciones
las hacen impostando la voz y con rostro solemne para la ocasión.
El propio Maduro al referirse a la
decisión de instalar el sistema biométrico para la adquisición de alimentos y
medicinas afirmó: "el sistema no va a racionar nada, sino permitirá
liberarnos de los contrabandistas para que el pueblo adquiera sus
productos" De tal manera que el gobierno le asigna a las máquinas tanto
registradoras, como a las captas huellas propiedades mágicas, no se trata del
modelo, ni de la política económica, si ambas máquinas funcionan a plenitud
aparecerán súbitamente en el mercado los productos que hoy provocan las
inmensas colas y no habrá escasez. Tamaña falsedad ni ellos mismos la creen,
mucho menos los que hasta ahora han sido sus seguidores; cada vez más
decepcionados y desencantados por la distancia entre el discurso de los voceros
del gobierno y la realidad. Y ya comienzan a expresar la necesidad de un cambio
y el rechazo al actual modelo. Las fuerzas democráticas tienen que ser
percibidas también por esos sectores descontentos como alternativa, no basta
conque lo seamos para los que siempre nos acompañan, es imprescindible para
garantizar el cambio y la estabilidad política contar con ellos. No nos cansaremos
de afirmarlo y de contribuir, de acuerdo a las posibilidades, en esa dirección.
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