Por Jesús
Torrealba, 24/08/2014
1)¿Por qué
razón el gobierno del camarada Nicolás Maduro está pretendiendo imponer una
tarjeta electrónica de racionamiento (el llamado “sistema biométrico”) en un
país petrolero, en el que nosotros, sus habitantes, deberíamos tener dinero
suficiente para comprar lo que queramos, cuándo lo queramos y dónde lo
queramos? ¿Si nosotros el pueblo somos “El Soberano”, porque no podamos
determinar soberanamente qué, cuánto y cuándo comemos?
La
respuesta profunda a esa pregunta está en eso que antes llamábamos “El Legado.
¿Recuerdan cuando nuestro Presidente Chávez en cadena de radio y TV paseaba por
el centro de Caracas, señalaba un edificio y preguntaba: “¿Y eso que es? ¿Y que
queda ahí?”, y luego, casi sin esperar respuesta, ordenaba: “¡Exprópiese!”? ¿Lo
recuerdan? Bueno, eso que algunos creían que era una “gracia
revolucionaria” terminó siendo una tragedia nacional, pues mediante
procedimientos similares durante los 12 años de su gobierno fue desmantelado el
aparato productivo del país.
En efecto,
¿Recuerdan aquella imagen de un Ministro de Agricultura y Tierra, vestido con
una franela del Che Guevara y luciendo un pistolón 9mm en la cintura,
expropiando una finca en el Sur del Lago, Zulia? De la misma forma
fueron expropiadas, estatizadas, invadidas o simplemente confiscadas más de
cuatro millones de hectáreas productivas, que en su mayoría hoy no producen
NADA. ¿Recuerdan también cuando el gobierno estatizó o expropió
empresas como Venceramica, Owens Illinois, Venepal, Cemex, Lácteos Los Andes o
Sidor? Hoy TODAS esas empresas y muchas más producen menos que cuando
eran privadas, y sólo en el centro del país otras seis mil seiscientas empresas
cerraron sus puertas o se fueron de Venezuela, ante la inseguridad
jurídica impuesta por el gobierno y la inseguridad ciudadana impuesta por el
hampa.
Las
empresas que están en manos del gobierno producen cada vez menos, y maltratan
cada vez más a nuestros camaradas que son obreros allí. En Sidor, en
Ven-Vidrios, en Cemex y en muchas más empresas estatizadas los obreros
chavistas y opositores que exigen mejoras en sus condiciones de trabajo son
botados, perseguidos o reprimidos con perdigón, gas lacrimógeno y tanquetas. Por
eso, los mismos camaradas que hace unos años gritaron “así, así, así es que se
gobierna” cuando esas empresas fueron estatizadas, hoy están protestando en la
calle.
2)Pero, se
preguntará usted, camarada: ¿Si eso lo venía haciendo el gobierno desde
hace más de diez años, porque es ahora cuando viene el camarada Maduro a
imponer un paquetazo económico como el que él decía que aplicaría Capriles, con
medidas como la devaluación de la moneda, el alza de la electricidad y demás
servicios públicos, y con anuncios sobre el aumento del precio de la gasolina y
establecimiento de la tarjeta de racionamiento?
Hay una
respuesta, dura, que no viene de la oposición sino de las filas de nuestro
mismo gobierno. Y esa respuesta es que se robaron los reales que antes,
en tiempos de Chávez, se usaban para “medio parapetear” la situación.
En efecto,
el gobierno de nuestro Comandante-Presidente Hugo Chávez Frías destruía el
aparato productivo venezolano, expropiando fincas, haciendas, empresas y
negocios, pero por otro lado usaba parte del dinero del petróleo para comprar
en el exterior todo lo que aquí se dejaba de producir. Ahora es
evidente para todos que eso era una política mala, muy mala, porque generaba
empleo y riqueza en otros países mientras que aquí cada vez más venezolanos
quedábamos condenados al sub-empleo o al desempleo, pero por lo menos
cuando ibas a la farmacia hallabas medicinas y desodorante, y cuando ibas al
mercado encontrabas leche, aceite y papel higiénico.
¿Recuerdan
la vergüenza que uno sentía cuando compraba en el mercado no las marcas
habituales de leche producida en Venezuela, sino unas marcas raras, de leche
ecuatoriana, argentina o chilena? Pero por lo menos la había, porque parte del dinero del petróleo era
usado para financiar importaciones desordenadas (en su mayoría hechas por el
propio Estado, o por “empresas de fachada” que fingían ser empresas privadas,
propiedad de amigos del gobierno), ¡pero los productos se encontraban!
A veces
quienes hacían las importaciones eran torpes, o corruptos, o ambas cosas, y
parte de la comida importada terminaba podrida, enterrada, escondida. Pero otra parte de esos productos si se
encontraba en mercados, abastos y bodegas, comprados en el exterior con la
parte del dinero del petróleo que no se esfumaba en manos de los corruptos o
que no se iba para Cuba, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, Argentina, etc..
3)¿Y qué
pasó entonces, camarada? ¿Por qué no seguimos importando esos productos? ¿No
dice el camarada Rafael Ramírez (y repite siempre el camarada Nicolás Maduro)
que en Venezuela “no hay problema de divisas”, que “aquí tenemos los dólares
que necesitamos”?
En
realidad pasó lo que dijo el principal vocero económico del Presidente Chávez,
el camarada Jorge Giordani, en su carta pública del pasado 18 de junio (aun la
pueden encontrar aquí: http://www.aporrea.org/ideologia/a190011.html ), donde
se puede leer con claridad esto: “En este camino del proceso
bolivariano era crucial superar el desafío del 7 de octubre de 2012, así como
las elecciones del 16 de diciembre de ese mismo año….La superación se
consiguió con un gran sacrificio y con un esfuerzo económico y financiero que
llevó el acceso y uso de los recursos a niveles extremos que requerirán de una
revisión para garantizar la sostenibilidad de la trasformación económica y
social”.
Y no sólo
el gobierno “botó la casa por la ventana” para ganar las elecciones del 2012.
Además de eso, según denunció el mismo camarada Giordani, otros “camaradas” que
quizá dudaron de la posibilidad de ganar esas elecciones se apresuraron a
garantizar su propio bienestar, y se dedicaron en ese 2012 a “raspar la olla” a
gran escala, robándose entre 20 mil y 25 mil millones de dólares de CAVIDI
mediante empresas fantasmas. En otras palabras, hoy el gobierno no
puede sostener el mismo ritmo de importaciones de leche ecuatoriana, trigo
argentino, aceite canadiense o “papel tualé” gringo porque los dólares que
antes se usaban para eso se los robaron.
4) ¿Cuál puede ser entonces la conducta de un
revolucionario ante una situación como esta?
“Sólo la verdad es revolucionaria”. Y la
verdad es que la escasez no es consecuencia del “contrabando”, ni del
“bachaqueo”, ni de que no hayan cajeros en los supermercados: El contrabando y
el bachaqueo es culpa del gobierno que devaluó la moneda; la escasez de cajeros
en culpa del gobierno que creo una legislación laboral que promueve el
ausentismo laboral. En realidad hay escasez y colas porque no hay comida ni
otros productos, y no los hay porque no se producen aquí (gracias a políticas
equivocadas del Presidente Chávez continuadas por el camarada Maduro), y porque
no se siguieron trayendo del exterior, ya que los dólares que se usaban para
eso fueron desviados o para la campaña electoral o para los bolsillos de la
boliburguesia. En ambos casos, corrupción roja y pura. La verdad es
que Maduro y Diosdado no pueden dar soluciones, porque ellos son parte del
problema.
La verdad, camaradas, es que la única revolución
que necesita este país es la del trabajo, la productividad, la decencia y el
respeto. Y para eso hay que cambiar al presidente, al gobierno y al modelo
económico. Y para allá vamos, siempre dentro de la Constitución, siempre con la
verdad, siempre en la calle-con-pueblo.
¡Esa es la huella que van a captar!
¡Palante!
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