Pablo Pérez agosto de 2014
Otro de los síntomas terribles de la
profunda crisis que vive el país, es la postración en la cual está el sector
salud. El problema es tan grave, que cuando hablamos de postración no sólo
hablamos de los hospitales públicos, sino también del servicio privado que está
experimentando momentos bien difíciles.
La clave que muestra la verdad de lo
que ocurre en el sector salud en
Venezuela, la expresaron los voceros de los hospitales y clínicas privadas,
cuando solicitaron la declaración de la emergencia humanitaria en el país por
el muy bajo nivel de inventarios de medicamentos e insumos que están padeciendo
estas instituciones.
Otro dato clave lo dio también esta
semana el presidente de la Federación Médica Venezolana, Douglas León Natera,
quien aseguró que el 97% de los hospitales en el país apenas cuentan con el
2-4% de los insumos que son básicos para cumplir con el acto médico.
Todos los días podemos leer en los
medios de comunicación titulares que indican que escasean medicamentos normales
como antihipertensivos, analgésicos y antibióticos de uso común. Los niveles de
escasez preocupan al máximo cuando se trata de medicamentos para tratar
enfermedades graves como el cáncer, por ejemplo.
¿Cuál ha sido la respuesta del
gobierno ante todas estas evidencias? Negarlo todo. Para ellos aquí no pasan
nada. Por eso maniobran con el discurso para que el pueblo sienta que todo es
parte la supuesta guerra económica.
El colmo de la desfachatez fue la
respuesta de la supuesta Defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez, quien negó que
la escasez de medicamentos fuera grave y en vez de defender al pueblo que
recorre decenas de farmacias buscando un “remedio”, como siempre asumió la
postura de la militante del PSUV que es y sólo defendió al gobierno.
Hay venezolanos que están muriendo
irremediablemente porque es imposible conseguir un medicamento para tratar su
problema. Esa es la realidad. Esa es la dura verdad que están viviendo los
venezolanos, por más que el aparato de propaganda oficial trate de minimizar el
problema.
Si añadimos el estado de los
hospitales públicos, la verdad se convierte en una película de terror. En 15
años no han hecho mucho para mejorar la dotación de equipos, medicamentos e
insumos de los hospitales públicos. Crearon un sistema paralelo de salud a
través de la Misión Barrio Adentro y ésta también se encuentra en crisis.
En el Zulia hemos retrocedido mínimo
15 años en esta materia. La democracia social dejó hospitales públicos que si
funcionaban. Dónde el paradigma de la salud gratuita era una realidad. Hicimos
cuantiosas inversiones en tecnología, dotación e infraestructura. Hoy la
realidad es distinta.
Quienes ocupan “temporalmente” el
poder han destruido lo que hicimos y abandonado a los pacientes. Los hospitales
hoy están en ruinas. No hay salud gratuita. Sólo quedan recuerdos. Hoy los
pacientes tienen que llevarlo todo, bueno lo que consiguen en el mercado.
La salud en Venezuela está en coma.
Ahora los venezolanos vivimos de un solo milagro: conseguir la medicina o
encomendarnos a Dios.
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