La crisis de energía que
afecta a Venezuela combina el pobre mantenimiento del sistema eléctrico
nacional con el pésimo rendimiento de un parque térmico que, aunque creció, no
satisface la demanda. “El fenómeno “El Niño” es la guinda de una gestión
ineficiente
Un documento obtenido por
Runrun.es reveló que los cortes de luz que hoy se cumplen en el interior del
país, en períodos de dos horas, se planificaron desde febrero. Tales medidas
son insuficientes y apuntan a la intensificación
#SinLuz. La etiqueta que han
utilizado los venezolanos para informar, vía Twitter, que se han quedado sin
servicio eléctrico ha servido para medir el pulso de la ola de apagones que
desde la segunda quincena de marzo se ha cumplido en el interior del país. Se
trata de cortes de dos horas que suceden, al menos, tres veces a la semana en
estados como Portuguesa, Barinas,Táchira, Miranda, Carabobo, Aragua,
Anzoátegui, Bolívar, Zulia, Mérida y Lara. De allí proviene el grueso de los
reportes.
Tal esquema de
interrupciones de energía coincide con el contemplado dentro de un “plan de
contingencia” de Corpoelec que empezó a elaborarse a mediados de febrero pasado
y que daba las directrices para que se restringiera el servicio en el sur de
Miranda en caso de que los circuitos sobrepasaran 60% de la carga del sistema
eléctrico.
El documento, obtenido
por Runrun.es, fue revisado hace varias semanas por expertos en la materia
y ex trabajadores de Corpoelec, quienes coincidieron en que se trataba de un
plan que debía ser completado por los ingenieros de distribución de la empresa
estatal de energía. Serían ellos quienes sugerirían cuándo y cuánto racionar.
La última decisión provendría de los niveles superiores de la industria.
Uno de los ingenieros
consultados fue José Aguilar, consultor internacional de generación de energía,
quien explicó que el documento incluía tan sólo una fracción de lo que se
conocía como el “centro eléctrico” de Venezuela, compuesto por el sistema
eléctrico que concentra la “mayor demanda de potencia del país y el mayor
requerimiento regional de energía (GWh diario del Sistema Eléctrico Nacional)”
y que comprende los estados Aragua, Carabobo, Cojedes, Yaracuy, Guárico,
Portuguesa, Falcón, Yaracuy, Amazonas, parte baja de Apure y el sur de Miranda.
Precisamente, sobre esta última zona se enfoca la planificación obtenida
porRunrun.es.
El plan de la Corporación
Eléctrica Nacional (Corpoelec) comprendía cortes a alimentadores industriales y
circuitos expresos industriales y excluía a los “circuitos con usuarios sensibles”,
es decir, zonas donde estuvieran hospitales, comandos policiales, de la Guardia
Nacional y fuertes militares.
A pesar de que se trata de
una pequeña porción de territorio, Aguilar insistió en que tal modelo serviría
como una suerte de guía para aplicarse a otros estados. Era un esquema de
racionamiento de la energía, específicamente de 210 MW, que cambiaría de turno
entre los circuitos cada dos horas. Bajo este modelo, una zona que se quedara
sin luz por ese lapso de tiempo, podría sufrir apagones similares durante la
jornada. “Se estaría rotando la escasez durante todo el día”, apuntó. Además,
añadió que un blanco principal del plan de restricción energética serían los
alimentadores del Sistema del Tuy, que surten a la Gran Caracas de agua.
Eso es lo que ha sucedido en
algunas ciudades del interior desde mediados de marzo. El sábado 19 se
reportaron apagones durante la madrugada en Zulia, Carabobo, Anzoátegui,
Aragua, Bolívar y parte de Miranda, con una duración aproximada de un par de
horas. Dos días después, el 21, hubo otro más en Portuguesa, Barinas, Táchira,
Miranda, Aragua, Zulia, Mérida y Lara, que se prolongó por varias horas. El 22
también hubo cortes del servicio eléctrico en esos estados por espacio de dos
horas y esto se repitió el lunes 28 en Carabobo, Lara, Maracaibo, Anzoátegui y
Aragua. Es en estos territorios donde se concentra la mayor demanda de energía
del país.
Documento disfrazado
Dos ex trabajadores de
Corpoelec revisaron los documentos y expresaron su preocupación por la restricción
de energía contemplada sobre alimentadores y circuitos industriales, clientes
que son considerados primarios. A esto, señalaron, se les suele conceder
esquemas de confiabilidad con circuitos de respaldo que evitan que se queden
sin servicio eléctrico en caso de una contingencia. Sin embargo, en este plan
nada de esto se tiene en cuenta.
Otro argumento que apunta
hacia un plan de racionamiento es que en Corpoelec, ni siquiera internamente,
jamás se ha admitido la planificación de los cortes de energía. Un ejemplo de
ello es que a la medida aplicada a los centros comerciales desde inicios de
febrero no se le ha tratado como una restricción de energía, sino como el
cumplimiento de la orden de “autogeneración” de energía que fue publicada en
Gaceta Nacional.
“Tienen el documento
disfrazado. Ellos siempre van a disfrazar un plan de racionamiento con un plan
de contingencia”, indicó una de las fuentes que trabajó en Corpoelec durante
los años de los apagones de 2010.
http://es.scribd.com/doc/306638831/Plan-de-Contingencia-Perdira-60-Sistema-Electrico-Miranda-1
Ambos ex trabajadores
dudaron que el modelo, tal como lo señaló Aguilar, sirviera para ser aplicado a
toda Venezuela. “Cada estado elabora su plan y luego este se sectoriza. No se
puede aplicar el mismo a varios estados porque cada uno tiene su
particularidad”, dijo uno de los consultados.
El ingeniero y ex director
de la Oficina de Planificación del Sistema Interconectado (OPSIS), Miguel Lara,
agregó que en cada estado del país hay varios “niveles decisorios” y que eso
dificultaba que el mismo plan se extendiera a toda la nación. Sin embargo,
acotó que en el plan se indicaba cuáles eran los circuitos más “racionables”,
es decir, aquellos que no tocaban a los usuarios sensibles.
En lo que sí coinciden ex
trabajadores y expertos es en que la ciudad menos afectada por el racionamiento
eléctrico será la capital venezolana. “Caracas es la única que no van a tocar,
eso nunca se ha hecho y no lo van a hacer ahora”, comentó uno de los ex
trabajadores. Para Aguilar, las interrupciones del servicio, al igual que en
2010, se concentrarán en la provincia.
El experto explicó que la
Gran Caracas tiene un déficit de 12 GWh diario que provienen, en este momento,
del embalse del Guri. “Es decir, racionamos para salvar al Guri, pero
mantenemos 100% de presión en él para consentir a la capital. ¿Con qué cara se
le pide un sacrificio a 75% de la población para consentir a 25% y manteniendo
un viciado antisocial apartheid eléctrico, después de haber dicho que Caracas
sería blindada y haber gastado desde 2010, 40 mil millones de dólares, en MW
térmicos en todo el país?”, cuestionó.
Según Aguilar, la inversión
que el Estado venezolano hizo en los últimos seis años en el sistema térmico
costó, diariamente,18,25 millones de dólares al país. “Es inaceptable e
inadmisible tener tan pobre servicio eléctrico. Ningún país de América Latina
ha malgastado tanta plata para tener tan poca luz”.
Sin mantenimiento ni energía
térmica
“Mientras más tardemos en
tomar medidas sensatas con suficiente poder de corrección para hacer entrar a
Guri en el carril que evite cotas críticas, peor será para el país”, confirmó
Aguilar, quien recalcó que fuera de Guayana debería racionarse entre 8.000 y
10.000 GWh – acción aplicada, según él, de manera encubierta en el sector
comercio e industria sin que se lograse su objetivo – para evitar que el mayor
embalse de Venezuela continúe su dramático descenso. En 2010, sólo se
restringieron 1.285 GWh, siete veces menos de lo que se necesita ahora. Por
eso, aseveró, los apagones de las semanas siguientes serán más largos y
frecuentes.
La crisis de energía que hoy
es aderezada con la sequía es una mezcla de la desatención del sistema
eléctrico nacional y el bajo rendimiento del parque térmico del país que, a
pesar de duplicar su crecimiento, no satisface la demanda. Vale destacar que el
consumo eléctrico ha tenido el menor ascenso interanual para cualquier período
de seis años desde 1969: apenas 1,3%, de acuerdo con Aguilar.
“El país lleva 34 meses sin
poder superar su máximo histórico de demanda eléctrica y en 2015 experimentó
una contracción superior a 2,2%. Por lo tanto el problema no es la demanda,
sino la falta de oferta, la generación”, resaltó.
Miguel Lara señaló como un
ejemplo del primer ingrediente de este cocktail del colapso a los apagones que
hubo en Caracas a mediados de febrero. El estallido de un transformador el día
22, así como una fuga de gas nitrógeno en El Rosal, Caracas, y el
incendio de un transformador en el oeste, ambos ocurridos el día 23, hicieron
que buena parte los municipios Chacao y Libertador se quedaran sin servicio
eléctrico durante varias horas. Ambos sucesos, afirmó, fueron una muestra del
mal estado de las unidades y subestaciones de la capital y no de un “sabotaje”,
como entonces apuntó el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez.
Lara recalcó que, cuando
Motta Domínguez tomó posesión del cargo en agosto pasado, supo que el nivel del
embalse del Guri estaba bajo y que las medidas debían tomarse de inmediato.
“Pero él no hizo nada, no racionó porque venían las elecciones, así que siguió
usando el embalse, negando la realidad”, dijo el antiguo director de la OPSIS.
“El problema viene de antes
y no es ‘El Niño’ sino que el abuso que ellos (las autoridades del gobierno)
cometieron contra el embalse sin tener un parque térmico”, advirtió.
“En 2010, 43,4% del
racionamiento fue manejado al reducir al mínimo la actividad de las empresas
básicas de Guayana, que dependen de la hidroelectricidad del Bajo Caroní. Pero
en este 2016, ya esa carta o baraja no tiene mucho más que aportar, por lo
tanto, la reducción adicional saldrá de todos de los estados del país, incluso
de Bolívar. Hoy, el racionamiento en Guayana es mayor que en 2010 y ni así se
ha logrado detener el descenso de Guri”, señaló Aguilar.
El experto sostuvo que pese
a que la frontera con Colombia se cerró, que muchos comercios han clausurado
sus puertas, que las industrias están muy contraídas, que los venezolanos
consumen menos electricidad en su casa por hacer colas para comprar alimentos,
y que en Guayana ha habido muchos racionamientos, el crecimiento poblacional ha
provocado que haya mayor demanda eléctrica.
Puntualizó que “el
rendimiento del parque térmico de generación en la actualidad es similar o no
mucho mejor que en los niveles del 2009 y 2010 y, en todo caso, no
conmensurable con el tiempo transcurrido y los recursos vertidos sobre el
mismo”, algo que resulta insuficiente en un país que requiere más electricidad
con urgencia.
“El gobierno pudo haber
arreglado más MW térmicos o, en su defecto, racionar más energía en los 23
meses anteriores para que hoy fuese menos intenso. Pero prefirió esconderse
detrás de su opacidad, en seguir con la corrupción y demás vicios, culpando a
todo el mundo cuando el único culpable es él”, sentenció.
01-04-16
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