Por Marcy Alejandra Rangel
Jaime Abello Banfi aún habla
de Gabriel García Márquez en presente. Ambos son costeños, signos de agua,
estudiaron derecho, les apasiona el cine, la música popular colombiana y se
dedicaron a la comunicación. “No soy escritor, pero amo la literatura; tengo
capacidades para escribir, aunque no lo haga”, dice. Abello, amigo personal de Gabo y Director General de la Fundación
para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, se ha convertido en el grado de
separación de muchos de los periodistas que no conocieron al Nobel de
Literatura en persona, pero siguen su legado a través de los talleres que
imparte la institución en los países de habla hispana y portuguesa, desde hace
21 años.
Abello conoció a García
Márquez cuando trabajaba al frente de la Cámara de Comercio de Barranquilla,
cargo que le permitió hacer gestión en el cine y pertenecer a la junta
directiva de la Asociación Colombiana de Cinematografistas y la Cámara
Colombiana de la Industria Cinematográfica. “Desde esos trabajos conocí a Gabo,
primero como personalidad representativa del cine en el país, luego cuando fui
director de Telecaribe (uno de los primeros canales de televisión pública
regional en Colombia). Ese fue mi primer acercamiento al periodismo, hasta que
Gabo me buscó en el año 90, cuando se dio cuenta que necesitaba crear una
institución que facilitara unos talleres para periodistas en Colombia”.
Desde entonces, el trabajo
de Abello se ha concentrado en construir un tejido de alianzas que busca
recaudar dinero para seguir promoviendo los talleres en cada vez más lugares y
no sólo en Cartagena de Indias, donde tiene sede la institución. Hasta
diciembre de 2015, la FNPI había organizado 886 actividades en las que han
participado 60.646 periodistas, según sus propios registros. Este es el tercer
año consecutivo que se promueve el Premio Gabriel García Márquez y el cuarto
del Premio Roche de Periodismo en Salud, que buscan premiar investigaciones
independientes en distintas áreas y formatos. Periodistas de Venezuela han sido ganadores en
ambas ediciones, lo que ha llamado la atención de los organizadores: a pesar de
la crisis de medios que existe en el país, de las continuas denuncias de
censura y compra encubierta de medios, los periodistas han buscado la manera de
profundizar en los datos. Abello señala:
“Cuando hay condiciones tan
adversas hay que ir con cuidado. Gabo decía que lo importante es estar vivo,
pero lo importante no es solo eso, sino poder dialogar con el público, producir
la información y hacérsela llegar a la gente. Si el contexto es muy negativo,
hay que tratar de decir las cosas hasta el punto que ese riesgo sea compatible
con el ejercicio periodístico”.
El Director General de la
FNPI visitó Caracas recientemente junto con los periodistas María Jimena Duzán y Alberto
Salcedo Ramos para presentar la edición venezolana de Gabo
Periodista, un libro homenaje que recopila crónicas, reportajes y columnas
escritas por Gabriel García Márquez y seleccionadas por los más importantes
periodistas del continente. Abello también viajó a Venezuela para establecer
alianzas que pudieran ayudar a los periodistas a tener acceso a los talleres de
la institución que dirige. En este sentido, anunció la creación de un fondo de
becas para quienes ejerzan el oficio de manera independiente en el país.
Ya
en 2009, Abello avizoraba un cuestionamiento profundo del modelo de negocios de
los medios tradicionales con la aparición de las redes
sociales y la necesidad de educar a los ciudadanos sobre el consumo en esos
nuevos medios digitales. La evolución de la conducta de consumo de las
audiencias y el traslado del periodismo a las plataformas que ofrece internet
continúa siendo el principal reto del periodismo en América Latina en el siglo
XXI:
“Los periodistas de espíritu
independiente que han visto que se han ido cerrando los medios tradicionales,
han optado por un periodismo basado en las estrategias digitales y ahí hay
muchos proyectos periodísticos, hay mucha gente trabajando su marca personal.
Todo esto nos parece valioso”.
La búsqueda de un periodismo
independiente, enfatiza, no tiene que ver con los medios de comunicación, sino
con los valores con los que está formado el periodista:
“Nosotros estimulamos,
promovemos, informamos. Lo que tratamos es de fortalecer a los periodistas en
su perspectiva para que den la batalla que tengan que dar. Las batallas no son
solo contra los gobiernos, sino también contra el propietario del medio o
contra el jefe. Y la independencia no tiene que ver con un medio sino con una
actitud de valores, de práctica cotidiana, búsqueda personal. Ese es un debate
ético en el que el periodista tiene que desconfiar hasta de sus propios sesgos,
porque también la independencia está ligada a la disponibilidad de recursos
para no ser coartado, que van desde dinero para moverse, hasta tiempo y acceso
a la fuente de información”.
La FNPI recibió en marzo de
2016 el premio español iRedes por su labor de formación a periodistas de
Iberoamérica, “utilizando las redes como canales de actualización y permanente
creación de comunidad”. En el discurso de entrega, la institución destacó el
rol de las redes sociales en el mundo periodístico actual:
“En medio de discusiones
acaloradas, de campañas de propaganda y desprestigio, de opiniones impulsivas,
de matoneo e irrespeto, de la facilidad de gritar con un simple tuit, el
verdadero desafío está en el autocontrol, en la serenidad para administrar la
fuerza casi ilimitada que nos dan las redes. En tiempos donde abunda el ruido,
creemos que la diferencia la marca quien aun pudiendo gritar opta por la pausa,
por el sosiego que permite aclarar la mente y la voz antes de hablar”.
Luego de 21 años de
trayectoria de la FNPI, lo más relevante para la formación de un periodista del
legado de García Márquez ha sido la promoción del buen periodismo como un
valor, en conjunto con la defensa del idioma, la investigación, verificación de
datos y la innovación, destaca Abello, quien explica:
“Nosotros tratamos de seguir
con la línea de nuestro fundador. Tratamos de promover un periodismo ético,
investigativo, que respete a las audiencias. Podemos poner en discusión las
prácticas periodísticas y estimular las mejores. Por eso tenemos dos premios
que nos permiten establecer una referencia. Un valor fundamental es que todo
esto se deriva de una práctica, y es en la práctica donde se encuentran las
respuestas de los retos éticos y profesionales. Pensamos en ver cuáles son las
nuevas oportunidades que se están abriendo para quienes tienen la vocación de
ser periodistas”.
La misión de la Fundación
para el Nuevo Periodismo Iberoamericano ha estado enfocada en trabajar con los
periodistas, desde el periodismo y para los periodistas. Sin embargo, el futuro
de la institución apunta hacia nuevos campos:
“Somos conscientes de que
tenemos una responsabilidad con el legado de Gabo y tenemos que convertirlo en
un legado en movimiento, en acción educativa y cultural que trabaja con
públicos diferentes al periodismo. Queremos aprovechar el oficio y
transmitirles esos aprendizajes a otros sectores: a jóvenes, a grupos sociales
que necesiten apoyo para salir adelante. Queremos trabajar progresivamente con
la idea de que contar historias es un poder que está al alcance de mucha gente
y facilitarles las técnicas narrativas y la ética necesaria para que puedan
compartirlas por todas las plataformas que ofrece internet”.
Abello concluye: “Yo
francamente creo que lo que vienen son buenas épocas”.
02-04-16
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