Por Xabier Coscojuela
El correo recibido de
Voluntad Popular convocaba a una concentración en la plaza Brión de Chacaíto.
Era algo que se iba a replicar en todo el país para protestar contra la
“violencia generada por el régimen de Nicolás Maduro”. Los tuits de Freddy
Guevara el día lunes iban en la misma dirección aunque el lugar de encuentro
era otro: la plaza José Martí.
El boulevar de Sabana Grande
estaba concurrido. Gente que iba a su trabajo. Otros haciendo diligencias. Una
cola de gente salía de la agencia de Banesco de la calle Negrín. Hoy se cobra
la pensión. Frente a algunos negocios se agolpaban personas para aprovechar las
rebajas impuestas por el Sundee. El niño Jesús llega el sábado y hay que
cumplir.
NADIE CON BRIÓN
A una cuadra de la plaza
Brión esperamos escuchar algún alboroto o la palabra de alguna persona
dirigiéndose a la multitud que habría acudido a la concentración. Vemos a un
grupo de integrantes de la Policía Nacional Bolivariana. Son casi todas
mujeres. Están relajadas. Revisan sus celulares, hablan entre ellas, se
distraen de diferentes maneras. No llevan el traje de “robocot” que emplean
cuando tienen que reprimir manifestaciones. Pero están allí, prevenidas, para
impedir que la “derecha” entre al municipio Liberador.
Al llegar a la plaza veo que
Brión está muy solo. No hay gente concentrada para protestar contra la
violencia de Maduro. Me pregunto si habré equivocado la fecha o el sitio, pero
no. La convocatoria es para hoy martes 20 de diciembre a las 11 de la mañana en
esta plaza.
Esperaba encontrarla
rebosante de gente. Después del tremendo error gubernamental cometido con la
recogida del billete de 100 bolívares y la acción matutina de los dirigentes de
Voluntad Popular, Vente y Alianza Bravo Pueblo frente al Palacio de Miraflores
imaginaba una respuesta multitudinaria. Pero nada. No había nadie pendiente de
protestar.
JOSÉ MARTÍ Y LOS PERIODISTAS
Sigo en dirección hacia El
Rosal y veo que la estatua de José Martí recibe la atención de, por lo menos,
diez cámaras de televisión. Los periodistas se distraen de diferentes maneras
mientras esperan la llegada de los dirigentes de los tres partidos. Del lado
sur de la acera un grupo pequeño de personas también aguarda a los líderes.
Dos policías nacionales, un
hombre y una mujer, observan a los periodistas y algunos ciudadanos que esperan
bajo la mirada de Martí, quien tiene la mano levantada como preguntando dónde
están los dirigentes y sus seguidores. El policía con una tableta saca fotos de
los periodistas. La mujer se distrae con su celular.
Algunos en la
concurrencia hacen sus análisis de la política nacional. Reparten críticas a
diestra y siniestra. El que peor parado sale es el presidente Maduro a quien
nunca se refieren por su nombre sino por apelativos impublicables. Un Nuevo
Tiempo también recibe lo suyo y el presidente de la Asamblea Nacional tampoco
sale ileso.
El diálogo solo sirvió para
negociaciones, dice uno. Le piden precisiones y asegura que UNT acordó apoyar
el presupuesto del Gobierno para que Manuel Rosales pudiera ser candidato a
gobernador del Zulia, y por eso trataron de poner preso a Leste Toledo –“auténtico
líder de ese estado”, según el analista, “lo sacaron del camino”, remata.
Una señora aspira que la
experiencia chavista les sirva a los venezolanos para no confiar más nunca en
líderes mesiánicos, al tiempo que afirma que todos los que votaron por el
difunto expresidente le deben pedir perdón a Venezuela. Otro espera que un
estallido social saque a Maduro de Miraflores.
Comentan lo ocurrido en
Ciudad Bolívar y critican que en “Caracas no pasó nada. La gente ni salió ni
protestó”, dice un joven sin tono autocrítico. Los policías se retiran a la
sombra y el coro de analistas aumenta. Uno dice que hay que ir de una vez a
Miraflores, nadie le responde y él toma una dirección contraria a la sede del
gobierno venezolano.
LLEGAN LOS DIRIGENTES
El pequeño espacio que hay
frente a la estatua de Martí se va llenando. Empiezan a gritarse algunas
consignas. Luego de más de una hora de espera la gente voltea en dirección a la
plaza Brión. Se escucha un tumulto y aparecen María Corina Machado, Richard Blanco, Freddy Guevara, Manuela Bolívar y
David Somlansky, acompañados de unas cincuenta personas.
Jóvenes con franelas de
Vente o de Voluntad Popular conforman la mayoría de la comitiva. ABP demuestra
que es el menor de la alianza. Los periodistas toman sus micrófonos y sus
grabadores. Las cámaras se encienden. La concentración deviene en rueda de
prensa.
Los jóvenes de Vente trancan
el tráfico. Los policías bolivarianos no se dan por enterados. “A juro, a juro,
sacamos a Maduro”, corean la consigna. Luego de cinco minutos de cierre de la
vía, alguien sugiere que lo hagan solo cuando el semáforo esté en rojo.
Acceden. El corneteo impedía escuchar a los declarantes.
Con cada cambio de luz de
semáforo renuevan la consigna. El díalogo no es la salida, dice una de ellas.
El hombre de los papagayos también está presente con solo dos palabras “fuera
Maduro”. Unos espontáneos se suben a la estatua de Martí y colocan una pancarta
con la misma consigna y el consabido "Venezuela no aguanta más". La
rueda de prensa se va alargando porque todos hablan. Es una declaración coral.
No la hicieron en una oficina, sino en la calle. Más combativa.
Terminan las declaraciones y
también la concentración. Las encuestas dicen que 80% de los venezolanos
quieren salir de Maduro, pero parece que la mayoría de ellos no está dispuesto
a salir de su casa para lograrlo. La escasa concurrencia se dispersa. Cada
quien toma su camino y muy pocos lo hacen hacia el oeste.
20-12-16
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