Por Jesús Alexis
González, 19/12/2016
En Venezuela, como
bien conocemos, la matriz relacional
Estado-Sociedad está marcada por el clientelismo
y el populismo lo cual ha generado una perversión
política difícil de romper en un hecho que se acentúa habida cuenta que en
nuestro país la Sociedad vive del Estado
y por ende del Gobierno, hasta conferirle (al “gobierno”) una posición de
ventaja frente a potenciales y necesarias opiniones contrarias al sendero
totalitarista, e igualmente frente a una estructura de organizaciones
partidistas oposicionistas que el ciudadano
identifica con la MUD.
Tal realidad explica
en mucho, que en su mayoría las protestas
ciudadanas bajo la figura de actos masivos de calle sean una reacción espontánea motivada por el
pésimo “gobierno” de N. Maduro, canalizada y movilizada a la luz de una
oportuna colaboración organizativa de la
MUD, quien por ello no puede asumir la potestad motora del descontento. Ese
binomio, venía funcionando relativamente bien hasta el momento de la nefasta “desmovilización” para
“dialogar” justo cuando la base popular estaba anímicamente dispuesta a exigir
con firmeza un punto de inflexión en el
desastre socio-económico sin que en ello estuviese condicionado a la
presencia de una “alternativa presidencial” oposicionista;era (y es) un clamor del pueblo en pro de revocar a
NM en una aspiración que hoy se encuentra “peligrosamente” adormecida al tiempo
de percibirse una “devaluación” de la dirigencia política apuntalada por un resentimiento (dolor profundo causado
por el desengaño) igualmente alimentado
por actuaciones de la AN. En relación al último punto, nos permitimos citar
una reflexión que formulamos en octubre
de 2016: “Hoy (25/10/16), la AN inicia el proceso de evaluación sobre la
responsabilidad política de N. Maduro en la crisis. Siendo así, vale
preguntarse: 1.- ¿Se ratificará el señalamiento previo de la misma AN
(23/10/16) en cuanto que el régimen de NM cometió un golpe de Estado? 2.- ¿Se
aplazará la evaluación para participar en un diálogo entre sordos? 3.- ¿Seremos
de nuevo tontos útiles de este nefasto gobierno?
Posteriormente, en
nuestro articulo semanal del 14/11/16: Decisiones
partidistas sin apoyo popular: ruta al apoliticismo señalamos: “A la luz de
los puntos “acordados” (12/11/16) entre el Gobierno y la MUD en el denominado
Diálogo Nacional (¿?), puede inferirse la presencia de un exceso de
interlocutores oposicionistas que contribuyeron a desmovilizar a los ciudadanos
en su clamor de calle para impulsar la realización del referendo revocatorio
presidencial (ni en 2016 o 2017) con una subyacente renuncia al más idóneo
instrumento de resolución de conflictos que permitiría interrumpir
constitucionalmente el nefasto mandato de N. Maduro; todo ello en una aparente
“complacencia compartida” que intenta “controlar” nuestra conducta al impedir
que sea escuchada la voz del pueblo”.
En honor a la perfectibilidad (sin negar nuestra
propia aspiración), la antes citada devaluación
de la dirigencia política puede fácilmente “corregirse” con un coherente plan de “ajuste” dentro de la MUD en su
manifiesto narcisismo (excesiva complacencia en la consideración de las
propias facultades u obras), que está propiciando un alto grado de apoliticismo que hace referencia a una
actitud de indiferencia/desinterés de los ciudadanos frente a la política
partidista y al conjunto de ideas que confluyen sobre ella, equivalente a una “disidencia pasiva” hacia toda manifestación
de política al punto de inducir la aparición de un individuo apolítico que rechaza y le aburre cualquier debate,
discusión y pensamiento relacionado con ese ámbito vital de la vida republicana.
En ese “plan de ajuste”, ha de incorporarse igualmente el ejercicio de la humildad asumiendo una virtud moral contraria a la soberbia (amor excesivo por el propio
ser) que le facilite reconocer sus debilidades, cualidades y capacidades, al
tiempo de aprovecharlas para obrar en bien de los demás dándole a la aspiración
ciudadana el valor que le corresponde;
con el fin ulterior de capitalizar el rechazo a la gestión “presidencial” que
bordea un 80% pero en un contexto donde más del 51% se siente totalmente indiferente.Superarlas deficiencias
funcionales de la MUD, pasa por revisar una “mesa” conformada por 18 partidos
(no incluidos MUD y COPEI) donde 4 de
ellos (G-4) inclinan las decisiones que afectan a todos los venezolanos a
pesar de haber obtenido en la Elección Presidencial 2013 el 30,2% de los votosy donde el de “mayor
votación” alcanzó apenas el 11,7%,
en una cuantificación numérica que no deja duda alguna sobre (i) la obligación de la unidad para vencer el fantasma de la dictadura, y (ii) la necesidad de integrarse (completar un todo con las partes que hacen
falta)másallá de sus “muros” apoyándose
en una amplia concertación con entes
destacados de la Sociedad y muy especialmente con representantes de la base popular poblacional; teniendo como
prioridad apuntalar el fortalecimiento de sí misma y del sistema democrático
bajo la mirada crítica de un venezolano
que sin duda estaría dispuesto a reanimarse si se
coincide en la ruta para alcanzar el destino.
Esta segunda oportunidad (siempre difícil de
aparecer) que se nos está brindando a una mayoría de venezolanos que nos
sentimos oposicionistas, en razón a
un nuevo error oficialista (ahora en
materia monetaria-cambiaria con corrupción implícita con el billete de Bs 100)
en su ineficiente terquedad de posicionar un utópico, caduco y obsoleto
Plan de la Patria Socialista; ha
de estimularnos a retomar la presión de
calle para propiciar la salida constitucional de NM ahora que se ha
verificado (i) que cuando el pueblo
ruge el “gobierno” se atemoriza, y (ii) que
perro que ladra no muerde.
Reflexión final: El éxito para el cambio constitucional de un régimen que “dialoga” con intenciones soterradas
procurando el sendero dictatorial, solo es posible alcanzar con una MUD despojada de narcisismoy refundada asumiendo la humildad como condición de su gestión;
bajo la premisa (i) que el liderazgo
es una realidad cuando los ¡protagonistas
se hacen accesibles a sus liderados!, (ii)
que la ¡población abandone la “zona
de confort”! que le reporta la externalidad
(la culpa siempre es de otro y nunca nuestra), y (iii) integrarnos para marchar juntos en monolítica actuación en
pro de ¡rescatar tanto a Venezuela como
a nuestra esperanza y recuperar la sonrisa del pueblo!
Economista Jesús Alexis González
@jesusalexisgon
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