ANTONIO MARIA DELGADO 03 de diciembre de 2016
Muerto
Hugo Chávez, el padre de la Revolución Bolivariana, los capitanes del chavismo
se repartieron Venezuela como si fuera la herencia, y el grupo de Diosdado
Cabello se quedó con los ingresos fiscales, la minería y los alimentos,
mientras que el petróleo pasó a manos del grupo liderado por Nicolás Maduro,
confesó uno de los sobrinos del gobernante, arrestado en Nueva York.
La
explicación fue brindada por Efraín Campo Flores, el sobrino político criado
como un hijo por Maduro, cuando exponía el poder acumulado por Cabello –el
número dos del chavismo– frente a un presunto representante del Cartel de
Sinaloa que cooperaba con la agencia antidroga estadounidense DEA, según las
grabaciones realizadas por las autoridades de EEUU y obtenidas por el Nuevo
Herald.
La
declaración es solo una de las múltiples revelaciones que salieron durante el
juicio en el que Campo y su primo, Franqui Flores de Freitas, fueron declarados
culpables de conspirar para tratar de contrabandear 800 kilogramos de cocaína a
Estados Unidos.
Otras
de las impactantes revelaciones incluyen el uso de fondos del narcotráfico para
financiar las campañas electorales del chavismo y el uso arbitrario del sistema
judicial para encarcelar opositores o cualquier persona incómoda en Venezuela.
En una
de las grabaciones tomadas a finales de octubre del 2015 en Caracas, Campo
explicaba a quien creía que era representante del Cartel de Sinaloa, José
Santos Peña, que el poder de Cabello rivalizaba con el de “mi padre”, Maduro.
“Se
hizo un pacto, vamos a decir a puertas cerradas” y Cabello dijo: “Déjenme
ustedes estas tres cosas a mí (la recolección de impuestos, la minería y los
dólares preferenciales vinculados a la importación de alimentos) y ustedes
solamente dominan el petróleo completo”, explicó Campo en la conversación, que
había sido organizada para negociar múltiples envíos de cocaína a Estados
Unidos.
“Entonces
–que en paz descanse– Chávez muere. Y entonces esto quedó en manos de él, y
entonces el petróleo quedó en manos de nosotros. ‘Bueno, si yo les doy de esto,
ustedes me dan de esto’. Y dijimos: “Oh, bueno, las ganancias son básicamente
las mismas, de repente acá un poquito más que allá, o allá es un poco más que
acá, pero... entonces nosotros no nos metemos en el parche de ustedes”, agregó.
Fue un
arreglo que perjudicó a Campo y a Flores directamente.
“Trabajábamos
con oro, nosotros trabajábamos [...] con cemento, nosotros trabajábamos con
hierro y […] eso nos, nos lo quitamos, pero para nosotros es, es un conflicto
de poder”, agregó.
Cabello,
quien es a su vez investigado por la justicia estadounidense bajo la sospecha
de que lidera la organización de narcotráfico venezolana conocida como el
Cartel de los Soles, mantiene el control de los puertos y aeropuertos del país,
agregó Campo.
Pero
una de las tajadas más atractivas de los negocios en Venezuela es el acceso al
tipo de cambio preferencial para la importación de alimentos, los cuales son
adquiridos a una tasa escandalosamente inferior frente al tipo de cambio
paralelo, el que está disponible para la inmensa mayoría de los venezolanos.
El
tipo de cambio oficial para las importaciones prioritarias actualmente tiene
una tasa preferencial de 10 bolívares por dólar, frente a la tasa paralela que
el jueves fluctuaba por encima de 4,600 bolívares por dólar.
Operaciones
corruptas con dólares adquiridos con la tasa preferencial y luego desviados al
mercado negro, donde generan colosales ganancias, han costado a la nación más
de $25,000 millones, según denunció años atrás el ex ministro de Planificación
y Finanzas, y otrora gurú económico de Chávez, Jorge Giordani.
Campo
explicó en distintas conversaciones con Santos Peña que él estaba muy urgido de
iniciar lo que debían ser múltiples envíos de cocaína a Honduras y México.
La
meta era obtener $20 millones antes de las elecciones parlamentarias de
Venezuela de diciembre del 2015, monto que especialmente buscaba financiar la
campaña para la diputación de la esposa de Maduro, Cilia Flores.
Campo,
quien se refería a Flores como “mi mamá”, insistió en varias ocasiones que
necesitaba el dinero antes del 6 de diciembre.
“Porque
nosotros estamos en elecciones, ¿me entiendes? Mi mamá, mi mamá va para
elecciones, entonces yo necesito veinte millones de dólares”, dijo en una de
las grabaciones.
En
otras de ellas, Campo explicó que parte del dinero sería enviado a dirigentes
del chavismo ubicados en distintas parroquias para conseguir votos, cuyo costó
estimó en unos $100 por cada uno de los electores conseguidos.
Los
pagos sería realizados después de la elección, porque el chavismo ha tenido
problemas de incumplimientos cuando ha pagado por adelantado, y en alguna
ocasión optó por no castigar a quienes habían fallado, sabiendo que estos
dirigentes serían necesitados para futuras contiendas electorales.
Pero
esto no quiere decir que el chavismo es blando con las personas que se les
cruzan en su camino.
En
distintas oportunidades Campo alardeó de la posibilidad de usar las cortes para
encarcelar con 15 años de prisión a cualquier persona que se les cruzara en el
camino.
Campo,
quien junto a su primo espera recibir su sentencia el 7 de marzo, podría
enfrentar una sentencia mucho más larga que esa tras haber sido declarado
culpable en el caso que se le llevó en la Corte Federal del Distrito Sur de
Nueva York, dado que la fiscalía estuvo solicitando cadena perpetua
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