Por José Luis Carrillo
El dirigente político, quien
se negó a firmar la Carta Magna de 1999, dice que la constituyente es una
"trampa" que se le hace al poder originario, el pueblo. Escuche el
mensaje que Fermín le envia al presidente Maduro y a los cuerpos de seguridad
“El presidente Nicolás Maduro
se encuentra muy, pero muy por debajo de los requerimientos de ese cargo.
Eso es muy grave para Venezuela. Para que funcionen los quirófanos en los
hospitales, ¿es necesario una constituyente? ¿Para qué está el ministro de Salud
y los directores de hospitales? Para que no haya apagones, ¿hace falta una
constituyente? ¿Para qué está Corpoelec? Para salir de la crisis lo que
necesitamos es el diseño de una política económica distinta a esta que es
errática. Necesitamos es la convocatoria de los mejores talentos y no estos
comisarios políticos que se han adueñado de las decisiones públicas.
Necesitamos un clima de consenso y amplitud y no este clima de agresión y
hostilidad permanente a todo el que demanda soluciones”.
La afirmación pertenece a
Claudio Fermín, ex alcalde del municipio Libertador y constituyente de 1999,
quien a pesar de considerar que la actual Carta Magna otorga un carácter
autoritario al Poder Ejecutivo y "ha sido dañina para el país", está
en desacuerdo con una nueva Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que ha
echado a andar el Mandatario nacional y que el dirigente político califica de
engaño para la nación.
Un tono de indignación se
percibe en Fermín, un político en cuya trayectoria siempre ha destacado la
ponderación. Pero es que al enumerar los síntomas del drama político, social y
económico que padece el país, no tiene ambages en señalar al Gobierno como el
gran culpable de la debacle, y advierte que "el Gobierno es capaz hasta de
disolver a la nación solo para mantenerse en el poder".
En la sede Contrapunto,
el también ex candidato presidencial de 1993 (quien quedó en segundo lugar de
preferencia electoral detrás de Rafael Caldera) expuso sus pareceres sobre lo
que fue el proceso constituyente de 1999 y su perspectiva sobre el proceso que
adelanta el presidente Maduro.
–¿Cuáles fueron sus
motivaciones para participar en el proceso constituyente de 1999?
–Por varios años formé parte
de esas corrientes de venezolanos que habíamos planteado cambios políticos, económicos,
gerenciales, en las relaciones de los ciudadanos con las instituciones, y esos
cambios se reclamaban desde diferentes escenarios. Algunos lo hacíamos dentro
de Acción Democrática y yo era partidario entonces, como lo sigo siendo ahora,
de profundizar el proceso de descentralización, fortalecer el municipio
venezolano, definir sus funciones, respaldar sus atribuciones y evitar la
duplicidad de las masas.
“El segundo elemento eran las
elecciones de doble vuelta, que es una gran necesidad para que quien gane una
elección, alcance posiciones ejecutivas, lo haga con el mayor respaldo posible.
En tiempos de gobernabilidad comprometida. El que un presidente obtenga 51% (de
los votos) daría una mínima gobernabilidad y además obligaría al entendimiento,
a las alianzas y a que el lenguaje se modere", explica.
Y agrega: "Yo creía en
reformar la Constitución; sostenía la necesidad de hacer algunas enmiendas,
nunca planteé el caso de la Asamblea Constituyente, que por cierto era una
violación a la Constitución de 1961 y por una infeliz decisión de la entonces
Corte Suprema de Justicia se le abrió paso. Una vez que la constituyente era un
hecho, quienes promovimos reformas a la estructura del Estado, como la creación
de las haciendas regionales, la concentración del Estado en servicios como
educación, salud e infraestructura, entonces postulé mi nombre”.
–¿Por qué se opuso a la
Constitución de 1999, que es nuestra actual Carta Magna?
–Trabajé con mucho afán en esa
ANC y muchos diputados lo hicieron con gran devoción. La discusión de los
primeros 65 artículos fue fructífera, franca y abierta, pero después que el
presidente Chávez regresó de una gira al Oriente y teniendo él gran influencia
sobre los asambleístas, ocurrió algo inaudito. Tanto Luis Miquilena (presidente
de la ANC) como Isaías Rodríguez y Aristóbulo Istúriz (vicepresidentes),
comenzaron a aplicar la ley del silencio. No se daba la palabra, las
intervenciones se cortaban al minuto o dos; se tenía una política deliberada de
impedir el debate y el análisis. Existió un fenómeno contra natura. La Asamblea
Constituyente, que estaba concebida como un cuerpo para discutir un proyecto de
país, a partir de los artículos 67 y 68, se convirtió en una herramienta de
opresión para silenciar los diversos pareceres y comenzó un clima autoritario,
arbitrario en su conducción.
“En ese contexto represivo
Chávez se manejó como un autócrata. Nuestras voces no eran escuchadas; quienes
fuimos a promover la descentralización, a rechazar el derecho de los naturales
de cada región a expresar su sentido de pertenencia, a conducir sus asuntos
locales, poner sus talentos al servicio del mejoramiento de cada uno de sus
estados, no encontramos en la Constitución nada que aportase a ello. La
Constitución de 1961 ponía un piso; hablaba de un mínimo, de aportes al situado
municipal y regional; la Constitución de 1999 le coloca un techo, impide que se
sigan haciendo transferencias del situado" asegura el dirigente.
"La Constitución de 1999
está diseñada para darle hegemonía y preeminencia al Poder Ejecutivo por encima
de los demás poderes. No es cierto que la Constitución haya sido consensual, la
abstención al referendo aprobatorio fue de la mitad de la población electoral.
No fue por el deslave (ocurrida en el estado Vargas), que fue la coartada del
chavismo para justificar la abstención, y segundo, porque (la aprobación) se
ganó por un estrecho margen".
"Es una constitución
centralista que de manera astuta, comunicacionalmente hablando casi que de
manera cínica, concentra el poder en el Ejecutivo y lo disfrazaron creando dos
poderes más (Poder Moral Republicano y Poder Electoral). El tiempo ha
demostrado cómo toda esa división de poderes ha estado bajo el solo puño del
Presidente, quien instruye a todos esos supuestos poderes autónomos sobre su
desempeño. Fíjese el exabrupto de la Constitución, que si el vicepresidente
recibe un voto de censura por parte de la Asamblea Nacional (Parlamento) por
tres ocasiones, en vez de ser sancionado el que recurrentemente está incurso en
desviaciones y fallas, entonces el Presidente está autorizado para disolver la
Asamblea".
"El referendo, que según
el artículo 72 permite retirar (revocar) el mandato a un funcionario electo,
para el Presidente es requerido que se espere a la mitad del mandato para
iniciar los procedimientos y como es de seis años, hay que esperar al tercero
para iniciar la recolección de firmas. Esa Constitución que es un engaño, que
presume de introducir el referendo (revocatorio) como una gran reivindicación,
dice que si la consulta se instrumenta en el quinto y sexto año del mandato,
entonces no procede. Le pone restricciones al referendo revocatorio para
burlarla, y luego tiene otro contrasentido, ya que en el hipotético (caso) de
que el mandatario sea sancionado, que es una pena muy grave, en vez de serle
disminuidas sus funciones, se le recompensa, porque queda al frente del país el
vicepresidente, la persona que fue designada por el sancionado. Además, el
estamento militar, que antes estaba sometido a los civiles, pasa a ser una
casta, un grupo de privilegiados. Son muchas las razones por las cuales me
negué a firmar esa Constitución", acota Fermín quien se ha concentrado a
dictar charlas y conferencias por todo el país durante los años recientes.
–¿Considera que esta nueva ANC
es una trampa?
–El primer gran engaño a la
población se encuentra en la exposición de motivos del presidente Maduro. Nos
dice que está convocando la constituyente para resolver la crisis y pacificar
el país. Yo me pregunto de qué sirve disponer de 42 ministerios y
vicepresidencias. Cuando el presidente Chávez llegó a Miraflores, Rafael
Caldera (1994-1999) le dejó 11 ministerios. De qué sirve haber gobernado todo
el pasado año y este con poderes especiales con un decreto de emergencia
económica y un estado de excepción. Los ingresos petroleros están en 42
dólares, que es un excelente ingreso. El promedio de producción (costo) de un
barril petrolero está en 15 dólares. El petróleo es inocente de que sus
administradores dilapiden su ingreso. En el Seniat, el superintendente Cabello
(José David) nos restriega en la cara cada año que rompe récord de recaudación.
En un período en el que hay ingresos abundantes, que hay un aparato del Estado,
con centenares de organismos públicos, cuando Maduro dice que la constituyente
resolverá la crisis declara su ineptitud y su incapacidad.
"Los venezolanos
conocíamos la figura del to’ero, el que guapeaba y era plomero, electricista,
albañil, barrendero, chofer, que aprendía diferentes oficios manuales para
llevar algo a su casa, pero nunca habíamos conocido al to’ero gerencial. Aquí
hay ministros que lo han sido de Educación, Energía Eléctrica, de Pdvsa ¿Por
qué? Porque no les interesa la especialización, sino que esa gente sean
comisarios políticos que garanticen que se contraten las empresas de sus
financistas, que se contraten a los suyos, se despida a los que no son suyos.
Necesitamos talentos, amplitud y humildad. Para Maduro todo lo que él hace es
perfecto y los culpables siempre son el imperio, la guerra económica, Julio Borges,
Henry Ramos, María Corina Machado. Maduro es una persona sumamente
irresponsable en sus argumentos", opina.
–¿Cuál en su opinión es el
objetivo real de la Constituyente?
–De la crisis no vamos a salir
con esa convocatoria de constituyente que lo que realmente está buscando es
distraer temáticamente al país. Está muy equivocado Maduro y su grupo que
toma las decisiones si cree que por una contituyente los venezolanos vamos a
dejar de manifestar, reclamar medicinas, alimentos, o protestar la inflación,
callar frente los 28 mil homicidios al año que ocurren en el país y ante las
corruptelas de civiles y militares.
"El primer objetivo de
Maduro es la distracción temática. El segundo objetivo es introducir un
elemento que retrase cuanto más cualquier consulta popular. Él sería feliz si
esa constituyente se tarda un año o año y medio. El tercer objetivo, que
es fatuo, es querer pasarle la mano demagógicamente a ciertos sectores
populares. Maduro cree que con la constituyente va a recuperar la popularidad
entre los consejos comunales y los sindicatos, diciéndoles que ellos son más
ciudadanos que los demás. Está introduciendo un elemento de discriminación, un
elemento corporativo de exclusión", dice.
"La popularidad se gana
en cualquier sociedad reactivando la economía, mejorando los servicios
públicos, haciendo funcionar el estado de derecho, haciendo que la gente se
sienta respetada y tratada con equidad, generando riqueza. Todo esto de la
constituyente es un gran engaño que se le está haciendo al pueblo”, añade.
–El argumento del Gobierno es
que la constituyente logrará la pacificación del país...
–¿Cómo es posible que Maduro y
su gobierno instauraron aquella cosa obscena de las zonas de paz donde los
sicarios, traficantes, maleantes podían andar en las suyas y los cuerpos
policiales tenían prohibido operar? ¿Cómo puede haber paz si en las narices de la
Guardia Nacional los pranes trafican con drogas en los establecimientos
carcelarios?. De alguien muy importante tiene que ser esa droga ¿Cómo puede
haber paz si esta Guardia Nacional, la hemos visto, ha ajusticiado a gente
herida en el asfalto, ha atropellado con tanquetas a manifestantes y utilizado
bombas lacrimógenas como proyectiles? Es un argumento falso.
–Hay quienes han advertido que
se quiere avanzar hacia la cubanización del país.
–La Constitución es una
herramienta del autoritarismo, del centralismo, del atraso. Yo no llamo a
violar la ley, a ignorar la Constitución. Una sociedad no puede vivir en el
caos y la anarquía. Esa Constitución es perfectible, se pueden utilizar
reformas, enmiendas.
"De Maduro no solo es
falso convocar una ANC para resolver la crisis y para la paz. Él y Chávez han
sido los promotores, con una multimillonaria inversión propagandística en estos
17 años de que es la mejor constitución del mundo, y ahora nos dice que hay que
cambiarla. Maduro tiene que decirle a los venezolanos qué es lo que quiere
cambiar de la Constitución de Chávez. No le ha dicho a los venezolanos por qué
esa Constitución es mala, según él".
"Por eso tiene razón el
país en sospechar que el Gobierno pretende establecer una sociedad comunista en
una nueva constitución. Con esa convocatoria a una ANC no solamente es darle
largas a las elecciones, sino intentar imponer en una nueva constitución lo que
el pueblo le negó a Chávez en referendo, que es el establecimiento de una
sociedad comunista. Pero le agrego otra cosa. No creo que Maduro vaya a
sostener ese argumento por mucho tiempo, porque es un improvisado. El billete
de 100 bolívares es una de las caricaturas más escandalosas de la ineptitud del
Gobierno. Lo han sacado de circulación seis veces y todavía todos tenemos
billetes de 100. Lo mismo le va a pasar con esa constituyente comunal. Por eso
esta ANC merece el mayor repudio".
–¿Quién es el responsable de
la violencia? El Gobierno asegura que la oposición ha tomado el camino de la
insurrección armada.
–La violencia se hizo
cotidiana en Venezuela, una conducta recurrente. Hay crimen organizado, mafias
de robo de vehículos, de tráfico de cabillas, de cupos de cemento, tráfico de
drogas y de armamento, sicariato, pranes en las cárceles, un comercio abierto
de armas y municiones. Hay un lenguaje hostil de los propios gobernantes que
llama a convertir en escombros a otra parte de la sociedad. Una promoción
vulgar de lucha de clases, violencia y odio; insulto permanente al llamar
apátridas y traidores a la patria a todo el que disienta de la línea
oficialista.
"Veo a muchachos tirando
piedras, gente quemando motocicletas de la policía. Son conductas reactivas que
son consecuencia de la indignación, la impotencia porque todos los días hay un
muchacho asesinado. Todos los días hay abuso de poder. La mejor manera de
detener las marchas es atendiendo los reclamos de la ciudadanía".
–¿Tiene sentido continuar la
protesta en la calle? El Gobierno no parece atender las demandas de la
oposición
–El camino de los ciudadanos
lo resuelven los ciudadanos en libertad. Si un gobierno no escucha el clamor
popular, no atiende las demandas de la gente, se convierte en un cuerpo extraño
al país porque no oye, entonces el pueblo reacciona. Ahí tenemos los resultados:
Nicmer Evans, Héctor Navarro, Ana Elisa Osorio, Jorge Giordani, el diputado
Eustoquio Contreras, la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, son líderes del
chavismo histórico y ni siquiera las voces de ellos se atienden.
–¿Nos encaminamos hacia una guerra
interna?
–El clima es de caos. El país
se encuentra paralizado. Este gobierno ha sido muy dañino. Ha destruido el
aparato productivo, abandonado los servicios públicos, y ha promovido el odio
entre los ciudadanos. Este gobierno es capaz de todo, cualquier cosa, hasta de
disolver la nación por quedarse en el poder. Parece que el lema del Gobierno es
‘vamos a ver quién puede más’. El país tiene que meditar profundamente, no solo
para que salgamos de este hoyo, sino para que no se repita nunca más esta tragedia
de creer que el que más insulta, el que más ofende, el que más grita y agita,
es el más capacitado para conducir los destinos del país. Quien tiene en sus
manos la pelota para fija el clima del debate es el Gobierno.
25-05-17
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico