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domingo, 7 de mayo de 2017

No caer en la tentación del chisme y la murmuración, por @Pontifex_es



Papa Francisco 06 de mayo de 2017

Evangelio según San Juan 6,60-69

La profesión de fe de Pedro: "En aquel tiempo, después de oír a Jesús, muchos de sus discípulos decían: "¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?" Sabiendo Jesús que sus discípulos murmuraban, les dijo: "¿Esto los escandaliza? ¿Qué pasará, entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir donde estaba antes? El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son Espíritu y Vida. Pero hay entre ustedes algunos que no creen". En efecto, Jesús sabía desde el primer momento quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y agregó: "Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede". Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de él y dejaron de acompañarlo. Jesús preguntó entonces a los Doce: "¿También ustedes quieren irse?" Simón Pedro le respondió: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios". Palabra del Señor

Reflexión del Papa Francisco

Muchos de los discípulos de Jesús comenzaron a murmurar y a escandalizarse. Murmurar y escandalizar. Algunos se alejaron diciendo:

"Este hombre es un poco especial; dice cosas que son duras y nosotros no podemos… es un riesgo demasiado grande seguir por este camino. Tenemos buen sentido, ¿eh? Vamos un poco detrás y no tan cerca de Él".

Éstos, tal vez, tenían una cierta admiración por Jesús, pero un poco a distancia: no entrometerse demasiado con este hombre, porque dice cosas un poco extrañas.

Éstos no se consolidan en la Iglesia, no caminan en la presencia de Dios, no tienen el consuelo del Espíritu Santo, no hacen crecer a la Iglesia.

Son cristianos sólo con buen sentido: toman sus distancias. Cristianos satélites, por así decirlo, que tienen una pequeña Iglesia, a la propia medida. Para decirlo con las palabras de Jesús en el Apocalipsis, son cristianos tibios.

La tibieza que se da en la Iglesia es aquella de quien camina sólo siguiendo el propio buen sentido, que frecuentemente coincide con el sentido común. Son aquellos que caminan con una prudencia mundana, una tentación para muchos.

Pienso en muchos de nuestros hermanos y hermanas que en este momento, justo en este momento, dan testimonio del nombre de Jesús, incluso hasta el martirio. Éstos no son cristianos satélites: éstos van con Jesús, por el camino de Jesús.

Éstos saben perfectamente lo que Pedro dice al Señor, cuando el Señor le pregunta: "¿también ustedes quieren marcharse, ser cristianos satélites?". Le responde Simón Pedro: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna".

Así, de un grupo grande, se convierte en un grupo un poco más pequeño, pero de aquellos que saben perfectamente que no pueden ir a otra parte, porque solamente Él, el Señor, tiene palabras de vida eterna.

Ir con Jesús, por lo tanto, sin temor, por el camino que Él indica. Recemos por la Iglesia, para que siga creciendo, consolidándose y caminando en el temor de Dios y con el consuelo del Espíritu Santo.

Que el Señor nos libre de la tentación de aquel "buen sentido"; de la tentación de murmurar contra Jesús, porque es demasiado exigente; y de la tentación del escándalo. (Homilía en Santa Marta, 20 de abril de 2013)

Oración de sanación

Señor mío, gracias por el regalo de la vida y por cuidar de mí, haciéndome sentir amado y valioso para Ti. Quiero sentirme que estoy en tu redil, me entrego en tus manos y me siento protegido.

Quiero escuchar siempre tu voz, sentirla, practicarla y vivirla porque sólo Tú tienes Palabras de Vida Eterna, Palabras que sanan, dan vida y aumentan mis fuerzas en mis momentos de quiebre

Dame la gracia de permanecer siempre fiel y no seguir otros falsos pastores que me encaminan por el odio y la mentira. Quiero ser tuyo, seguir y amarte sólo a Ti. Enséñame a despreciar al pecado con todas mis fuerzas

Quiero acercarme a Ti con un corazón sencillo y confiado como lo hace una oveja con su pastor. Te reconozco como el enviado del Dios vivo, que provienes de Él y que has estado con Él desde el principio de los tiempos.

Tú eres el Mesías verdadero, el Dios de poder que nunca falla que has venido a manifestarnos la compasión de nuestro Padre, el que ha venido a enseñarnos el verdadero amor transformándonos el corazón

Levanto mis ojos al Cielo en este momento y en oración te doy gracias por el misterio de tu sacrificio, porque con tu muerte nos diste vida invitándome así a vencer mis miedos y confiar en tu poder infinito.

¿A quién podré acudir en mis momentos de necesidad? ¿A quién iré? Solo tu Palabra consuela y me ayuda a salir victorioso en todas mis batallas

Cuéntame ya entre los tuyos, que siempre pueda seguirte aún en medio de las dificultades del mundo. Confío en tu protección y en tu amor. Amén

Propósito para hoy

Escribiré un mensaje lleno de caridad a esa persona que se ha alejado de la Iglesia, con la esperanza de que, en nombre de Jesús, pueda convertirse en una semilla de fe en su vida

Frase de reflexión

"Estamos llamados a vivir cada día nuestro Bautismo, como nuevas criaturas, revestidos de Cristo". Papa Francisco

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