Redacción 22 de mayo de 2017
La OEA
se reunirá este miércoles con el fin de preparar la reunión de consulta de
cancilleres con el tema de la situación en Venezuela que se celebrará el 31 de
mayo en Washington.
El
Consejo Permanente de la OEA, formado por los embajadores ante el organismo, se
reunirá el miércoles a las 11.00 horas (15.00 GMT) en la sede de la
organización en Washington para abordar el temario y el calendario de la
reunión de ministros de Exteriores.
El
proyecto de temario figura en la convocatoria oficial la frase “Situación en la
República Bolivariana de Venezuela”.
La
agenda propuesta comienza con una reunión “preliminar” privada de una hora,
cerrada a la prensa, seguida después de la sesión plenaria abierta.
Cualquier
decisión que se tome en ese encuentro -por ejemplo, una resolución- deberá
contar con el apoyo de dos tercios de los países representados en la sesión, un
número que aún se desconoce.
Nadie
en los pasillos de la OEA niega que será difícil llegar a un acuerdo si no se
modifican sustancialmente las divergentes posiciones actuales, entre quienes
quieren contundencia para presionar al Gobierno venezolano a hacer cambios y
quienes prefieren que la OEA esté en un segundo plano al respecto.
Para
“poder buscar un acercamiento al respecto”, el presidente de turno del Consejo
Permanente de la OEA, el embajador boliviano Diego Pary, llamó la semana pasada
a celebrar una reunión informal, privada, esta semana.
La
intención de celebrar ese encuentro se mantiene, aunque no han trascendido
nuevos detalles al respecto, según las fuentes diplomáticas.
El
pasado miércoles ya se celebró una reunión informal abierta a todos los países
a iniciativa de algunos de los Estados promotores de la reunión de cancilleres,
como México y Perú.
Conscientes
de la dificultad para alcanzar acuerdos en el tema más divisivo en la OEA, la
crisis de Venezuela, algunas delegaciones plantean que la reunión debería
“quedar abierta” para continuar el debate en posteriores sesiones si fuera
necesario.
Se
supone que Venezuela no acudirá al encuentro debido a que el Gobierno solicitó
la salida de la OEA el 28 de abril, precisamente ante la convocatoria de esta
reunión, a la que se opone frontalmente.
Aunque
su retirada no será efectiva hasta 2019, Venezuela ha dejado de acudir a la OEA
y ha anunciado que no volverá más.
La
reunión de consulta de cancilleres, como precisa su convocatoria, la establece
la Carta de la OEA (1948), y no la Carta Democrática Interamericana (2001), por
lo que en ese encuentro no podría votarse una eventual suspensión de Venezuela
del ente.
Eso
solo puede hacerse en la Asamblea General extraordinaria de la Carta
Democrática, que requiere tanto para convocarse como para aprobar una eventual
suspensión los dos tercios (24) de los 35 Estados miembros.
Los
países de la OEA han expresado su preferencia de agotar la vía diplomática y
consideran la eventual suspensión solo como “un último recurso”.
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