Ahiana Figueroa 20 de noviembre de 2019
@ahianaf
Las
medidas del BCV y de Sudeban propician la eliminación de las tarjetas de
crédito. Representantes del sector bancario sostienen que las autoridades
monetarias se equivocan al creer que con el encaje legal se controla el dólar
paralelo
El
aumento del encaje legal que impide a la banca aumentar los préstamos, así como
el proceso hiperinflacionario y de devaluación que vive la economía, impiden
que el sector pueda cumplir con el incremento del límite de las tarjetas de
crédito a un mínimo de 1 millón de bolívares, autorizado recientemente por la
Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban).
A
juicio de representantes del sector bancario, las medidas del Banco Central de
Venezuela (BCV) y de la propia Sudeban propician la eliminación de las tarjetas
de crédito como medio de pago, ya que los nuevos lineamientos para este tipo de
financiamiento serán difíciles de cumplir.
Como
al resto de los sectores de la economía, el sistema financiero también se ha
visto afectado por la recesión que lleva ya seis años, en medio de una serie de
controles de precio y de cambio que han impactado al país. Actualmente, el
tamaño de toda la banca venezolana medida a través de sus activos y patrimonio,
apenas alcanza a la entidad de mayor tamaño de una nación como Colombia.
A
pesar de la difícil situación de la banca, representantes del sector aseguran
que continuarán batallando para salir adelante, pero que es necesario concertar
nuevas políticas con las autoridades monetarias y financieras que impulsen el
desarrollo de la economía. Consideran -por cierto- las recientes medidas del
BCV y la Sudeban como contradictorias, lo que pone a la banca en una situación
complicada.
En
el foro "Presente y futuro de la banca en Venezuela", organizado por
la Escuela de Ciencias Administrativas de la Universidad Metropolitana
(Unimet), participaron Juan Carlos Dao, presidente del Banco del Caribe; Germán
García Velutini, presidente del Banco Venezolano de Crédito y Luis Xavier
Grisanti, presidente de la junta directiva del Banco Exterior. Todos
coincidieron en que a pesar de la crisis económica, la hiperinflación y las
tasas de interés reales negativas, el sector hace un enorme esfuerzo por
cumplir con rol de intermediación financiera, pero que cada día se hace más
cuesta arriba, hasta el punto de que las tarjetas de crédito han desaparecido
como medios de pago y que muy posiblemente sean eliminadas.
"Hasta
ahora contamos con una circular que establece los nuevos límites de las
tarjetas, pero aún falta la formalidad legal de que salga publicado en la
Gaceta Oficial. Si se da la medida, será un escenario muy complicado porque
tenemos que estar conscientes de que la tarjeta como medio de pago ha perdido
toda vigencia y que con los límites actuales la capacidad de compra es bajo,
por lo que este medio de pago está casi desaparecido", sostiene Juan
Carlos Dao, presidente del Banco del Caribe.
A
su juicio, hay la intención de rescatar un producto bancario que sea eficiente
y rentable, para que nuevamente vuelva a tener vigor en condiciones muy
distintas de tasas de interés y comisiones. "Esperamos que la medida sea
rectificada y se den cuenta de lo que significa. Muy posiblemente un segundo
paso de hacerse efectiva es que se eliminen las tarjetas,
lamentablemente".
Resalta
Germán García Velutini, presidente del Banco Venezolano de Crédito, que
independientemente de que se cambie esa resolución, los bancos deben moverse
muy rápido a sistemas de pago novedosos. Explica que lo más rentable es el
medio de pago persona a persona y persona a comercio, esto si es bien utilizado
va a minimizar las tarjetas de crédito haya o no cambios en la resolución.
Es
muy posible que se elimine la mitad de la cartera de tarjetas de crédito, hay
productos similares a las tarjetas de crédito que van directamente a las
cuentas corrientes o de ahorros y eso será promovido, pero el financiamiento a
través de las tarjetas de crédito se acabó, le guste o no a la clientela, la
única manera de ejecutar la medida de fijar nuevos límites es
eliminándolas", dijo.
Para
Luis Xavier Grisanti, presidente de la junta directiva del Banco Exterior, uno
de los puntos críticos que ha afectado la intermediación financiera son las
tasas de interés que han estado por debajo de la inflación, "por lo que
los medios de pago se ven afectados y dentro de ellos las tarjetas de crédito
tendrán una tendencia a su minimización o desaparición. De nuevo estamos ante
un problema estructural de política económica, donde los precios de equilibrio
de la economía tanto del dinero como de los bienes y servicios, así como del
tipo de cambio, no hay una política que oriente".
El
BCV se equivocó
La
banca ha tenido que ejecutar medidas para minimizar el impacto de la
restricción del crédito, debido al aumento del encaje legal y la creación del
encaje legal de 100%, medida impuesta por el Banco Central, el cual busca
estabilizar la cotización del tipo de cambio en el mercado paralelo de divisas.
Para los banqueros, esta intención lo que ha hecho es hundir aun más a la
economía, ya que los sectores productivos no cuentan con suficiente
financiamiento para su desarrollo.
Tenemos
dos entes reguladores: el BCV y Sudeban, pareciera que no existe comunicación
entre ambos ya que muestran políticas muy diferentes. Mientras que Banco
Central tiene una política de reducción de liquidez para disminuir el nivel de
devaluación del tipo de cambio, la Sudeban exige un mayor nivel crediticio. Esto
no cuadra. O damos más créditos o entregamos menos. ¿Le hacemos caso al BCV o a
Sudeban?, se pregunta García Velutini.
El
presidente del BVC recuerda que a pesar del encaje, el paralelo continúa con su
alta volatilidad, solo este mes la cotización del dólar ha aumentado 50% porque
en el mercado cambiario influye la liquidez monetaria que, a su vez, depende
del dinero que inyecta el Gobierno a través del gasto público.
"Sin
duda el Banco Central está equivocado con la política de restringir el crédito.
Son remedios a las consecuencias. Hay que cambiar el modelo económico para que
lo demás fluya", afirmó
Para
Juan Carlos Dao, el desajuste cambiario es producto del financiamiento
monetario del déficit fiscal del Gobierno. Más cuando el BCV ha emitido unos
500 billones de bolívares para financiar a empresas del Estado,
fundamentalmente a Petróleos de Venezuela (Pdvsa), lo que ha sido un factor de
distorsión de este mercado.
"Las
autoridades partieron de la hipótesis de que el crédito bancario estaba alimentando
la especulación en el mercado cambiario y el resultado ha sido una fuerte
contracción de los préstamos. Al cierre de septiembre, la cartera de créditos
de la banca fue de 3,8 billones de bolívares y el patrimonio suma 7,7 billones
de bolívares, es decir, todo el apalancamiento bancario se ha perdido, porque
la gran mayoría de los recursos que captamos están inmovilizados por el encaje,
el país está pagando un alto costo por este proceso de desintermediación".
Grisanti
coincide en que si la gestión fiscal es deficitaria y los bancos centrales
contribuyen a su financiamiento monetario, es difícil contener la presión
inflacionaria y la depreciación de la moneda. "La política monetaria se
optimiza cuando es compatibilizada con la política fiscal, cuyo equilibrio es
clave para eliminar la inflación y la presión sobre el tipo de cambio".
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