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sábado, 30 de noviembre de 2019

Los vecinos de Madrid toman la calle para apoyar a los refugiados venezolanos que duermen a la intemperie, por @alnaviocom




David Placer 29 de noviembre de 2019
@alnaviocom

Los vecinos del barrio La Latina, en Madrid, se han manifestado por primera vez frente al Samur Social, el lugar donde los solicitantes de asilo político sin recursos piden una cama de emergencia para no dormir en la calle. Los vecinos del barrio, en su mayoría españoles pero también de otras nacionalidades, presencian desde sus balcones una escena hasta ahora nunca vista: decenas de venezolanos duermen a la intemperie en plena ola de frío.

Los manifestantes salieron esta semana a la calle San Francisco 10, frente a la sede del Samur Social, con pancartas que decían “Ni una familia en la calle”. Unos 150 vecinos se congregaron frente a los solicitantes de asilo que aguardan en la acera para ser atendidos por los servicios de emergencias sociales en Madrid. “Hay niños en la calle y no le importa a nadie”, coreaban los manifestantes en su primera concentración frente a las dependencias de los servicios sociales de la capital española.

Los vecinos se congregaron allí para después marchar hacia el distrito La Latina, donde está una de las sedes del Ayuntamiento de Madrid. Allí volvieron a entonar consignas exigiendo soluciones de emergencia para las familias refugiadas, en su gran mayoría venezolanas.

La manifestación coincidió con el primer paro de los trabajadores del Samur Social, que se quejan por la falta de recursos para atender a los solicitantes. “Necesitamos una evaluación completa del sistema de acogida para los solicitantes de asilo”, explicó Azucena Pérez, trabajadora del Samur Social, que anunció nuevas movilizaciones de protesta por la falta de recursos.

Tanto los vecinos como los trabajadores piden refugios de emergencia para que nadie pase la noche en la calle. España garantiza alojamiento gratuito para los solicitantes de asilo político de cualquier nacionalidad. El gobierno central mantiene varios albergues para dar un techo de emergencia a los solicitantes de protección internacional al menos los seis primeros meses.

Pero la crisis de Venezuela ha hecho que las solicitudes de asilo político se disparen. Cada día, más de 100 venezolanos piden asilo y protección internacional en España. Los centros de atención al refugiado y las ONGs están colapsados por la llegada masiva de venezolanos que están comenzando a dormir en el aeropuerto, en las calles y en las estaciones de metro.

En medio del caos, los trabajadores de los servicios sociales organizaron un paro el pasado lunes en protesta por la falta de recursos ante la llegada masiva de inmigrantes, principalmente de Venezuela, pero también de Colombia y de países africanos.

La crisis humanitaria por la llegada masiva de venezolanos también ha abierto un conflicto político entre el Ayuntamiento de Madrid, en manos del Partido Popular, y el gobierno en funciones de España, presidido por Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha culpado al gobierno de no cumplir sus funciones, ya que las solicitudes de asilo son competencia del gobierno español. “Cuando llegan al aeropuerto de Barajas, el gobierno de España en vez de atenderlo, les da una tarjeta con la dirección del Samur Social (gestionado por la alcaldía)”, se quejó Martínez-Almeida.

El alcalde de Madrid asegura que solicitó al gobierno regional (presidido por Isabel Díaz Ayuso, también del Partido Popular) destinar al menos seis colegios en desuso en la Comunidad de Madrid para convertirlos en albergues de emergencia para los asilados políticos. Se trata de una medida de urgencia para evitar que las calles y las paradas de metro se llenen de inmigrantes sin techo. El gobierno regional todavía no ha respondido.

El alcalde se reunió hace pocos días con el embajador designado por Juan Guaidó, Antonio Ecarri, quien pidió ayuda a las instituciones madrileñas para paliar el drama humanitario de los venezolanos en España. Los organismos gubernamentales reconocen el colapso producido por la avalancha de venezolanos y, ante la falta de recursos, han sido los propios vecinos del barrio La Latina los que han tomado medidas.

“Los vecinos nos traen comida al mediodía y en la noche. Cuando el Samur cierra, y la gente se queda en la calle, bajan y ofrecen a los refugiados una noche en su casa, en el sofá o en algún lugar”, cuenta Isabela Alchaer, venezolana de 20 años y solicitante de asilo que está en espera de un puesto en uno de los refugios desde el lunes pasado.

Los vecinos del barrio de La Latina han organizado un grupo de Whatsapp para gestionar la emergencia al margen de la estructura de ayuda oficial, colapsada por la emergencia humanitaria en Venezuela. Han comenzado a organizar cenas para los refugiados. Algunos vecinos de otros barrios también les llevan bebidas y bocadillos.

“En las tardes organizamos meriendas y actividades para las madres con niños. La idea es que los pequeños tengan un tiempo para refugiarse del frío y para que jueguen y se distraigan”, explica Carmen Martínez, una vecina del barrio que se sumó a la protesta.

En los últimos días, la ayuda vecinal también ha mejorado en estructura y organización. Se ha creado un fondo con aportaciones de voluntarios para pagar una noche en albergues y hostales para los casos con mayores necesidades: familias con bebés y enfermos. El movimiento vecinal ya cuenta con un organigrama y se ha designado hasta un portavoz oficial.

Los concejales del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid culpan al Partido Popular de negarse a aumentar las partidas presupuestarias. Se trata del primer conflicto político por la llegada masiva de venezolanos a España.

Y en medio de la tensión entre administraciones por el aumento de los sin techo, los venezolanos comienzan a elogiar la acogida de los españoles. “Viví dos años en Ecuador. Aquí no noto nada de racismo en comparación con lo que viví allí. Ahora estamos esperando una cama en algún refugio. Hasta ahora no nos han dado nada, porque todo está colapsado, pero los vecinos bajan y al menos nos dan comida”, explica Angélica Gutiérrez, una de las inmigrantes venezolanas recién llegadas a España.

Los venezolanos son la primera nacionalidad solicitante de asilo político en España. Entre enero y septiembre de este año, más de 28.000 venezolanos han solicitado ese estatus, es decir, un promedio de 105 cada día.


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