Gonzalo González 27 de noviembre de 2019
Es
temprano para afirmar tal cosa. Lo que sí es cierto, es que no han podido
lograr el objetivo central e innegociable de producir la salida de la dictadura
chavista.
Y
digo innegociable, porque con el continuismo chavista nada ganan ni el país en
su conjunto ni las fuerzas democráticas. Ésta afirmación no es ni mucho menos
una arbitrariedad de este opinador. El régimen no muestra voluntad ni propósito
de enmienda ante los perjuicios que su gestión causa tanto a la calidad de vida
de los venezolanos como a los intereses del Estado.
Es
verdad que el movimiento democrático dirigido por la Asamblea Nacional y su
presidente Guaidó ha logrado avances significativos en la lucha contra el
régimen y sus objetivos de eternizarse, pero no se ha logrado todavía construir
la fuerza suficiente ni generar tal masa crítica tanto en Venezuela como en la
Comunidad Internacional para derrocar la dictadura u obligarla a negociar una
salida electoral o a asumir el acto responsable de hacerse a un lado y dejar
que otros, que tienen el apoyo ciudadano, la voluntad política, la experticia
necesaria, la credibilidad y contactos para superar la tragedia en progreso y
enrumbar al país por la senda de la libertad, la Justicia y la prosperidad.
En
otras ocasiones he escrito que el régimen no tiene, por los momentos,
incentivos para asumir su relevo. Sabe que la gobernabilidad no está amenazada
y su resiliencia y voluntad de aguantar apalancada en su control férreo de la
FAN, del aparato del Estado y la cooperación de sus aliados la garantiza por
algún tiempo.
El
diagnóstico expuesto arriba y que comparto con otros, de ser correcto, y así lo
parece, obliga a las fuerzas del cambio y a su dirección política
(principalmente) a reflexionar y debatir con realismo, rigor y amplitud de
miras la situación y adoptar los cambios que sea menester hacer.
De
no ocurrir ese proceso de reflexión y cambios se estará ayudando al régimen a
ganar una confrontación que solo significa la consolidación de la versión
Venezuela de la Cuba Castrista, con las consecuencias nefastas del caso.
Gonzalo
González
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