Trino Márquez 05 de marzo de 2020
@trinomarquezc
El
gobierno necesita una oposición mansa que le lave el rostro. Que no lo muestre
tan autoritario como lo presenta el más reciente informe de Freedom House.
Venezuela aparece entre los únicos tres países de América Latina donde no hay
libertad o está reducida a su mínima expresión. Los otros dos son, desde luego,
los socios ideológicos del socialismo del siglo XXI: Cuba y Nicolás Maduro
requería desde hace tiempo que alguien distinto a Jorge Rodríguez le limara un poco las filosas aristas con las
que ataca sin tregua a la oposición mayoritaria parlamentaria, a esa que obtuvo
las dos terceras partes de la Asamblea Nacional en 2015. El trabajo para conseguir
ese interlocutor comenzó hace tiempo. Al final lo logró. Encontró a los
integrantes de la llamada, de forma eufemística, Mesa de Diálogo Nacional. El
argot popular resulta menos piadoso. La trata de ‘mesita de noche’.
Sus
integrantes más prominentes se reunieron en Miraflores hace pocos días con
Maduro y otros representantes del régimen. Uno de los temas centrales de la
tertulia giraba en torno a la necesidad de despolarizar el país y nombrar un
nuevo CNE. Llama la atención que en esa
conversación no se encontrara Luis Parra, ‘presidente’ oficialista de la
Asamblea Nacional. Había que suponer que los voceros de los acuerdos de
Miraflores en materia electoral, tendrían que haber sido Parra y sus
parlamentarios. Sin embargo, no fue así. Tan poco crédito le da la nomenclatura
madurista a ese oscuro personaje, que no fue convocado al encuentro, a pesar de
que la MDN no cuenta con representantes que puedan intervenir en la Asamblea
con motivo del debate y las decisiones en torno al CNE.
Por
lo que ha trascendido a los medios de información, el intercambio entre el
gobierno y la MDN fue muy cordial. No podía ser de otro modo, pues se evadió el
análisis de los principales problemas del país, entre ellos la violencia y el
terrorismo de Estado. Dos días antes, las bandas armadas del gobierno, en este
caso también del gobierno regional de Lara, habían atacado en Barquisimeto a
Juan Guaidó y a la comitiva que lo acompañaba. En la cita, el tema fue eludido.
Caballeros tan decentes como los que integran la Mesa, no podían colocar a
Maduro y sus allegados en la incómoda posición de tener que pronunciarse frente
a una agresión tan cobarde e injustificada como esa, que comprometió la vida de
Guaidó y sus acompañantes. Diosdado Cabello aprovechó el silencio para señalar
exhibir su acerado cinismo: todo fue un montaje opositor. Un ‘falso positivo’.
Guaidó pagó para que lo agredieran y victimizaran.
En
el encuentro en Miraflores tampoco se habló de los responsables de la ruina de
Pdvsa, el desplome de la producción petrolera, la destrucción del bolívar, la
dolarización salvaje, que ha empobrecido aún más a la ya golpeada clase
trabajadora, el colapso de los servicios públicos, la devastación de la
industria nacional, el incremento de la pobreza y la desnutrición infantil, la
deserción escolar y la diáspora, que ha expulsado a millones de venezolanos de
la nación y descapitalizado al país.
Estos temas resultan demasiado irritantes para tratarlos con pieles tan
sensibles como las de Maduro y sus colaboradores, quienes después de haber
provocado la tragedia nacional que vivimos, se niegan, con la colaboración de
agentes como los de la MDN, a ventilar esos asuntos públicamente.
Preferible
era hablar de las elecciones parlamentarias, como lo hizo Claudio Fermín con
José Vicente Rangel en Televen. Ese caballero llevó el onanismo a la zona del
éxtasis. La prioridad en 2020, según Fermín, es realizar las elecciones
parlamentarias. Los comicios presidenciales ya se efectuaron en 2018 y no es
necesario repetirlos. Para que el gazapo no resultara tan burdo, se alió con
Rangel para magnificar la polarización entre el gobierno y sus adversarios, y
las posibilidades de una invasión extranjera.
Ningún patriota que ame y le
duela Venezuela pueda aplaudir una aventura tan irresponsable. Ambos saben que
la incursión extranjera es una posibilidad remota. Casi inexistente en la
actualidad. En realidad, se trata de un ardid utilizado por el régimen para
opacar los verdaderos y urgentes dramas reales que padecen los venezolanos.
Esas
carencias no se resolverán mientras Nicolás Maduro permanezca en Miraflores. El
centro de la crisis nacional reside en el Gobierno. El principal problema
nacional se encuentra en la economía y su expresión más agresiva es la
inflación. El causante de ese daño es el Ejecutivo, con Maduro al frente. Este
dato lo registran todas las encuestadoras serias. Otro dato que también recogen
es que Juan Guaidó representa el principal líder nacional, y los partidos que
estuvieron agrupados en la MUD, la referencia partidista más atractiva de la
oposición.
A
los miembros de la MDN les conviene contener la envidia. Saben que continúan
ocupando el sótano en las preferencias, el reconocimiento y la representación
del país. Deberían convencerse de que el gobierno es tóxico. Peor que el corona
virus. Se puede dialogar con él, pero sin dejarse utilizar. Sin comicios
presidenciales, Freedom House no le mejorará la calificación a Maduro.
Trino
Márquez
@trinomarquezc
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