DANIEL LOZANO 03 de abril de 2020
La
hoja de ruta de la Administración Trump contempla que un Consejo de Estado
elegido por el Parlamento asuma los poderes ejecutivos de seis a 12 meses y
prepare al país para unas elecciones
La Unión Europea (UE)
ha dado su visto bueno al plan de EEUU para resolver la crisis venezolana, que
prevé una transición a la democracia, sin Nicolás Maduro ni Juan Guaidó, a cambio
de la retirada de las sanciones económicas y petroleras. "Ahora es el
momento para que todos los actores se reúnan y encuentren una forma unida de
abordar la emergencia del coronavirus en
beneficio del pueblo venezolano", subraya el comunicado público emitido
por Josep Borrell, Alto Representante para Asuntos Exteriores y Políticas de
Seguridad.
El espaldarazo a la propuesta estadounidense, basada a
su vez en el plan expuesto hace una semana por el presidente legítimo del
Parlamento, "va en la línea de la UE de proponer una salida pacífica a través
de un camino negociado hacia un Gobierno democrático, que ahora es más
necesario que nunca. También tomamos con interés el nuevo enfoque sobre las
sanciones".
La hoja de ruta de la Administración Trump contempla
que un Consejo de Estado elegido por el Parlamento asuma los poderes ejecutivos
de seis a 12 meses y prepare al país para unas elecciones presidenciales y
parlamentarias, a las que sí podrían concurrir tanto Maduro como Guaidó.
"Venezuela ahora está experimentado desafíos
sin precedentes con la pandemia, que corre el riesgo de tener un impacto
humano devastador en un país que enfrenta una situación económica, social y
humanitaria ya grave", prosigue el comunicado europeo.
El líder opositor también ha propuesto la puesta
en marcha de forma inmediata de un canal humanitario, así como la
aprobación de un préstamo internacional de 1.200 millones de dólares. EEUU
retiraría de forma gradual sus sanciones hasta llegar a la confrontación
electoral.
"Estamos dispuestos a contribuir a través del
Grupo de Contacto Internacional a un proceso significativo e inclusivo hacia el
restablecimiento de la democracia, a través de elecciones presidenciales libres
y justas", sentencia la UE. Hasta ahora, el Grupo de Contacto promovido en
el seno europeo con aportes latinoamericanos ha fracasado en su empeño.
"La UE toma nota positiva del Marco de Transición
Democrática sobre Venezuela propuesto por EEUU. La propuesta va en la línea de
la UE de proponer una salida pacífica de la crisis a través de un camino
negociado hacia un gobierno democrático", se congratuló Carlos Vecchio,
embajador de la Presidencia encargada en EEUU. De esta forma, la UE se suma a
la mayoría de los gobiernos de la región, a Alemania, Portugal y Reino Unido,
que ya se habían adelantado en el mismo sentido.
La UE también apoyó desde su inicio la negociación
directa entre Gobierno y oposición promovida por Noruega en Oslo y Barbados.
Una negociación que Maduro rompió cuando sobre la mesa se presentó un plan
parecido al actual. El 'hijo de Chávez', que asegura que no abandonará el
poder, se ha convertido en la principal piedra de tranca para el futuro de un
país amenazado por la pandemia.
"La solución a la difícil situación del país debe
ser dirigida y propiedad del pueblo de Venezuela. Es
fundamental que un proceso de transición sea inclusivo e impulsado por los
actores políticos venezolanos, de quienes la gente espera madurez y
generosidad", concluye el comunicado. Virtudes que siguen sin asomarse en
el chavismo, que de momento ha agregado sus filas en torno a la figura del
"presidente pueblo", como la propaganda oficial denomina a Maduro. El
Gobierno revolucionario ha radicalizado la represión contra opositores,
periodistas y médicos en los últimos días, decidido a atornillar a su líder en
el poder.
El plan propuesto por EEUU contiene un guiño al alto
mando militar revolucionario, ya que éste se mantendría al frente de sus
ejércitos mientras durase la transición.
"Somos muy conscientes del sufrimiento de la
población y continuaremos y reforzaremos nuestra asistencia al pueblo de
Venezuela para ayudar a abordar la pandemia y las muchas necesidades
humanitarias existentes previamente", adelanta Borrell.
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