ARQUIDIÓCESIS DE CARACAS
INDICACIONES PASTORALES PARA LA SEMANA SANTA 2020
Esto dice el Señor Dios:
Pueblo mío, les infundiré a ustedes mi espíritu y vivirán Ez. 37,12-14
Muy queridos Hermanos
1.- Un saludo fraterno, muy sentido y compartido, en medio
de esta cuaresma, novedosa e inédita, a causa del coronavirus. En primer lugar,
quiero expresarles mi admiración y agradecimiento por la gran entrega y
creatividad, en el acompañamiento a nuestra gente, sin distingos, dando de lo
que tenemos que no es oro ni plata sino la gracia y la esperanza de la fe que
nos anima y conforta en el servicio a todos, en particular a los más
necesitados y vulnerables.
2.- Cercanos a la Semana Mayor, se hace más comprometido el
compartir como bautizados, los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección
del Señor Jesús. Gracias por el esfuerzo de ofrecer consuelo, bálsamo, paz y
serenidad, espíritu de discernimiento y de búsqueda para no desfallecer. Al
contrario, es ejemplarizante, comprobar que no se abandona el arado, sino que
se está sembrando mejor semilla para que el fruto sea abundante, a pesar de las
dificultades.
3.- El Señor nos ha permitido vivir una Cuaresma única e
inesperada. Quiero expresarles mi afectuoso saludo y mis palabras de aliento y
esperanza para que sigan acompañando a sus comunidades con el amor y la entrega
que han venido manifestando en estos días de obligada cuarentena. Les agradezco
su iniciativa, su esfuerzo y su creatividad para estar cerca de nuestro pueblo
y sus muchas necesidades espirituales y materiales. Dios hecho hombre, nos hará
salir fortalecidos en nuestra vocación sacerdotal y nuestro compromiso
evangelizador tras vivir esta dura situación.
4.- Más que un Comunicado o una Exhortación, las siguientes
indicaciones, pretenden ser una hoja de ruta. Son el fruto de las consultas
hechas a los Arciprestazgos y Zonas Pastorales, asumiendo la mayor parte de las
sugerencias enviadas. Así surgen estas orientaciones pastorales elaboradas
-para todos- con aportes de varios sacerdotes que me han hecho llegar sus oportunas propuestas de
acompañamiento a través de los Obispos Auxiliares y Vicarios Episcopales. Dios
les pague por la generosa disposición y espíritu colegial.
5.- Quieren ser insumos para el trabajo común, que
evaluaremos permanentemente, a fin de servir mejor a nuestras comunidades y a
todos los hombres y mujeres de buena voluntad que tienen su mirada puesta en la
Iglesia, como madre amorosa y tierna en momentos de incertidumbre. No dejen de
seguir aportando iniciativas que nos enriquezcan a todos.
6.- Estamos en el tiempo cuaresmal, pero no olvidemos que
es tránsito hacia la Pascua, hacia la vida plena, que es la meta, del
seguimiento del Señor resucitado, porque “Jesús es modelo de humanidad.
Aceptarlo es asumir un proyecto de humanización: Ámense como yo los he amado
(Jn. 15-12). El encuentro con Jesús es transformador y exige conversión
personal y colectiva. No podemos pretender creer en Jesucristo y vivir en la
indiferencia, en la permisividad y sin compromiso alguno” (CPV. La proclamación
profética del Evangelio, 75-76).
7.- Dado que esta cuarentena abarcará el tiempo precioso de
la Semana Santa, les ruego para mantener la comunión y la armonía en nuestras
acciones litúrgico-pastorales, observar estas indicaciones prácticas de cara a
los cercanos días santos:
8.- Adjunto, les enviamos un conjunto de subsidios litúrgico-pastorales para
celebrar la Semana Santa en Casa, en
Familia. Esta circunstancia histórica que vivimos es una excelente ocasión para dar un voto de confianza a
nuestros fieles laicos, para potenciar su vocación de bautizados y discípulos
de Jesucristo, para ayudarles a asumir la hermosa realidad de la Familia como
Iglesia doméstica. Gracias a los seminaristas del Santa Rosa de Lima y al
equipo de la pastoral juvenil arquidiocesana por la elaboración y diagramación
del material litúrgico, que irá acompañado de otros subsidios para que puedan
ofrecerlos a los fieles.
9.- También nos debe ayudar recordar que el Espíritu Santo actúa, inspira y llena
los corazones de nuestros fieles,
de modo que dejémoslo actuar en ellos, favoreciendo la vivencia de estos días santos en calor de hogar, de
comunidad familiar viva, orante y creyente.
10.- Asimismo, nos permitirá recogernos para poder celebrar los oficios de la Semana Mayor,
en clave de sencillez y austeridad
litúrgica, lo cual no significa falta de profundidad y sincera espiritualidad; en nuestros templos y
capillas, en privado, con reducidos grupos de fieles que asistirían tomando en
cuenta todas las medidas sanitarias preventivas conocidas por todos y, con la
posibilidad, quien así pudiere, de transmitir esos oficios por las redes
sociales con el fin de llegar a los demás feligreses.
11.- EL DOMINGO DE
RAMOS, hacer uso de los Subsidios enviados para que se celebre en familia,
la entrada de Jesús en Jerusalén. Es una novedad, pero una manera de exaltar la
condición de bautizados. La costumbre de
la bendición de los Ramos en las iglesias no podrá ser como
todos los años. Pero así como pedimos la bendición a nuestros mayores,
también su bendición sobre nuestros
objetos de devoción, en esta ocasión los ramos, tiene el valor sacramental del
testimonio de nuestros padres y abuelos.
12.- LUNES Y MARTES
SANTO. Quedan estos dos días a la discrecionalidad de los Arciprestazgos y
Zonas Pastorales. Nada mejor que organizar algún acompañamiento que sea fruto
del consenso de cada sector. Sin olvidar la presencia en las zonas populares de
más difícil acceso. Por supuesto, sigan ofreciéndose las misas privadas a través
de los medios de comunicación y las redes sociales, tal como se ha venido
haciendo en estos días. Cuidar de no ser repetitivos, o adelantar lo que es
propio de los días siguientes.
13.- EL MIÉRCOLES
SANTO saldrá, a las 9:00 a.m., desde la Basílica de Santa Teresa, el
traslado en el Papamóvil, de la veneranda imagen del Nazareno de San Pablo. La misma se realizará con las debidas normas
de seguridad e higiene. En archivo adjunto, se da a conocer la ruta que
recorrerá la mayor parte de la ciudad para veneración de sus muchos devotos.
Como es imposible pasar por todas las calles y avenidas, les pido comprensión
con la ruta señalada y manifestarlo así a sus feligreses. Los fieles que
tradicionalmente hacen o pagan promesas al Nazareno, dadas las circunstancias,
ofrézcanlas desde sus hogares. En tiempo oportuno, una vez que pase la
cuarentena tendrán ocasión de ir hasta la Basílica de Santa Teresa o a la
Iglesia de su devoción donde se venere al Nazareno para cumplir las promesas.
14.- Las parroquias que
organicen traslados con la imagen del Nazareno en sus sectores, cumplan
de igual modo con las normas sanitarias para evitar todo tipo de contagio. No
se permite sacar las imágenes a hombros o a pie. Utilicen un vehículo adecuado,
debidamente adornado y seguro; y en otro, el equipo de sonido y el sacerdote y
ayudante para la animación y rezos. Pidan el apoyo de los órganos de seguridad
para evitar percances. Y, de acuerdo con la ruta señalada para el Nazareno de
San Pablo, programar bien para no coincidir, y tratar de llevar las imágenes
parroquiales por rutas alternas a la del Nazareno de San Pablo.
15.- LA MISA CRISMAL,
oído el parecer de muchos de ustedes, se pospone para una fecha posterior, de
ser posible dentro de la Cincuentena Pascual, una vez que pase la cuarentena.
Será una ocasión privilegiada para reencontrarnos en la eucaristía y recibir el
bálsamo de los óleos y compartir como pueblo de Dios resucitado. La fecha se
anunciará oportunamente para que todas las parroquias y vicarías puedan
participar con sus respectivas delegaciones de fieles.
16.- EL JUEVES SANTO
es importante tener presente lo siguiente y pido que se observe estrictamente
esta indicación para evitar confusiones en el pueblo santo de Dios:
16.1.- Invítese a la feligresía a que participe por los
medios de comunicación y por las redes sociales.
16.2.- En la Eucaristía
de la Cena del Señor, realizada en privado y con un número muy reducido de
fieles, se omite el lavatorio de los pies y en la predicación tengan presente
como mensaje central: el amor fraterno, el valor de la Eucaristía y el
sacerdocio santo, en el contexto de la pandemia.
16.3.- Este día no
se hagan traslados (procesiones) con el Santísimo Sacramento por las calles.
Sobre la Adoración Eucarística el Jueves Santo es importante recordar que la
procesión al monumento es totalmente distinta a las otras procesiones
eucarísticas. Como la celebración es vespertina, una procesión en la mañana
desvirtúa la eucaristía de la tarde. Y, hacerla después, a la hora del ocaso
y/o noche, es mejor recogerse en el hogar.
16.4.- El Jueves Santo se realiza el traslado de la reserva eucarística, con la que la Iglesia repite
el éxodo de Jesús del Cenáculo al monte de los Olivos. En silencio. En la
procesión del jueves Santo la Iglesia acompaña a Jesús al monte de los Olivos:
la Iglesia orante desea vivamente velar con Jesús, no dejarlo solo en la noche
del mundo, en la noche de la traición, en la noche de la indiferencia de
muchos. Por ello, la invitación a usar los subsidios litúrgicos para una
oración familiar.
16.5.- En la fiesta
del Corpus Christi se hará la procesión, pero con la alegría de la
Resurrección. El Señor ha resucitado y va delante de nosotros. Debemos, más
bien, en la adoración eucarística del Jueves Santo tener un gesto de recogimiento
que nos haga sentir el hambre del pan eucarístico, que se deja de recibir, por
el bien superior de resguardar la vida del prójimo.
16.6.- Cabe también destacar que, este año, se puede omitir la procesión con el Santísimo
Sacramento y se reserva privadamente en
el Sagrario. Puede hacerse una Hora Santa o un momento de adoración eucarística que puede compartirse y
transmitirse de modo directo por las redes sociales.
16.7.- Siguiendo lo que dice el Papa Francisco en su
preocupación por la situación vivida, invitar a vivir esta crisis mundial el jueves santo en actitud de oración,
ya que Dios es un Dios cercano (Homilía
en Santa Marta, 18-03-2020, Mensaje del viernes 27-03 y posterior rueda de
prensa del 28-03). Invítese al recogimiento y la oración en el hogar, monumento
real de la presencia del Señor en cada uno de nosotros, creyentes y adoradores
del Señor.
17.- EL VIERNES
SANTO se pueden organizar traslados en vehículo, con una Cruz o el Santo
Sepulcro, haciendo las estaciones del Vía Crucis u otro ejercicio piadoso, en horas de la mañana y del mediodía. Por la tarde, invítese
a la feligresía a seguir la celebración de la Pasión del Señor por los medios de comunicación o por
las redes sociales.
18.- EL SÁBADO SANTO
en horas de la mañana se pueden organizar traslados de imágenes por las calles,
en la forma indicada, con el rezo del Via Crucis u otro acto devocional por
algún sector de la parroquia o vicaría. El párroco o rector de Iglesia celebrará la Vigilia Pascual por la tarde (se sugiere entre las 5pm y
las 9pm a más tardar), en forma privada; omitiendo el fuego, se enciende el
cirio, si se logró adquirir a tiempo o acondicionar el del año pasado, y se
omite la procesión. Se hace el Pregón Pascual y sigue la Liturgia de la Palabra
utilizando por lo menos tres lecturas del Antiguo Testamento, la Epístola y el
Evangelio.
En la Liturgia Bautismal sólo se renuevan las promesas
bautismales. Posteriormente se prosigue la Liturgia Eucarística. En cada hogar
se celebrará la Pascua del Señor, siguiendo las indicaciones que ofrecen los
subsidios facilitados. Si es el caso, trasmítase por las redes sociales la
celebración de la Vigilia Pascual.
19.- EL DOMINGO DE
RESURRECCIÓN pueden organizarse traslados con la imagen de Cristo
Resucitado o alguna otra adecuada a la solemnidad, y durante el recorrido
bendígase el agua a quienes lo soliciten desde sus hogares.
20.- El traslado de
las imágenes, sin gente, en vehículo automotor, en los alrededores de las
parroquias o vicarías, anúnciense con anticipación a los fieles para que puedan
participar, congregados en familia, saliendo con banderas y pañuelos blancos
desde las ventanas, balcones y puertas, para unirse con alegría y esperanza en
esta fecha tan singular que nos llama a ser constructores de la vida.
21.- No llevar fieles, sino los estrictamente necesarios,
ni grupos de cantos ni de otra índole en ninguno de los actos litúrgicos y
recorridos por las calles para evitar contratiempos innecesarios. Debe privar
el sentido común.
22.- Considero que es hora de atrevernos a dar un voto de
confianza a nuestros fieles para que se organicen por sí mismos, dándoles
iniciativas que despierte en ellos la creatividad de la que, a veces, nos
sentimos dueños. Es también oportuno que no obremos por nuestra cuenta sin
tomar en consideración a los hermanos cercanos de la zona o del arciprestazgo.
Es una obra de caridad entre nosotros mismos, porque no falta quien llama para
decir este padre si es bueno y cercano, mientras que el vecino no. No
tengamos iniciativas, laudables y de buena factura, que dañe, sin querer, el sentido comunional y la buena fama de todos.
Es una ocasión propicia para ejercitarnos en el trabajo compartido en equipo y
no solitariamente.
+++++++
REFLEXIÓN FINAL
23.- Vivimos tiempos de discernimiento y de dejarnos guiar
por el Espíritu para ver, en estos momentos, por donde han de discurrir los
caminos pastorales ante un hecho que nos deja a todos descolocados. Se requiere
gran sentido común, consultarnos y enriquecernos mutuamente, e iluminación
interior para responder a estos novedosos desafíos pastorales donde nadie tiene
la varita mágica para actuar individualmente.
24.- Continuemos nuestra Cuaresma más recogidos y en casa,
como dice el evangelio de Mateo, no en las esquinas de las plazas, ni en
aglomeraciones. Es por el bien colectivo. Este año las circunstancias nos
invitan a contemplar al Señor en lo secreto, en lo escondido, y Él que ve en lo
escondido nos recompensará.
25.- Preparémonos con alegría y valentía a celebrar los
días santos de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor. En Él
esperamos y confiamos. Su Pascua renazca en nosotros con toda su fuerza y
vitalidad. Que venga mucha vida en abundancia para nuestra ciudad y nuestra
Patria, para nuestro pueblo creyente y expectante.
Cristo Resucitado,
nuestra Vida y nuestra Paz, les bendiga y acompañe,
†BALTAZAR ENRIQUE, CARDENAL PORRAS CARDOZO
Administrador Apostólico de Caracas
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