Por Carlos Torrealba
Rangel
Hubo un tiempo que esta
ciudad era mirada desde América Latina con envidia y admiración, porque era
expresión de audaces visiones arquitectónicas y de infraestructuras.
Caracas cumple 453
años. Nace el 25 de julio de 1567. Su nombre oficial es Santiago de León de
Caracas.
Caracas en el siglo
pasado vivió una época de gran pujanza económica debido al auge de la industria
petrolera y ello se reflejó en su desarrollo urbano y arquitectónico.
Hubo un tiempo que esta
ciudad era mirada desde América Latina con envidia y admiración, porque era
expresión de audaces visiones arquitectónicas y de infraestructuras.
Al convertirse Caracas
en un símbolo de estatus y modernidad, muchas ciudades de la región soñaban con
tener el rascacielos más alto, un metro funcional y estético, una ciudad
universitaria con piezas maestras de arquitectura y de artes plásticas, una red
de autopistas y distribuidores, por solo mencionar algunos hitos que hicieron
de la capital de Venezuela una ciudad vanguardista y protagonista de progreso
urbano.
Pero ahora, Caracas
está lejos de ser la moderna urbe que fue entre los años 50 y 70 y desde hace
más de 30 años luce como una ciudad olvidada, además de acosada por múltiples
problemas que afectan severamente su calidad de vida, tales como inseguridad
ciudadana, urbanismo informal, malos servicios públicos, sistema de transporte
caótico, obras públicas deterioradas, ausencia de planificación urbana y
fragmentación en cinco municipios descordinados que impide una gestión y
gerencia global e integral de la ciudad.
No obstante, y pese a
la crisis económica del país, a la falta de recursos para mantener su legado
modernista y a la desidia de sus autoridades, las actuales y las anteriores,
algunas de sus obras siguen siendo referentes arquitectónicos, aunque hayan
perdido parte de su esplendor.
Eso sin duda alguna es
un gran patrimonio que, junto a otros activos y fortalezas indiscutibles de la
ciudad, constituye un poderoso punto de partida para afrontar un proceso de
recuperación y reinvención futura, que permita decir adiós a la parte negativa
de su presente y pasado.
Para que ese desafío
sea posible se requiere satisfacer primero una necesidad estratégica, cual es
definir un proyecto compartido que impulse a sus autoridades y ciudadanos a
trabajar juntos por un objetivo común: hacer de Caracas una ciudad para vivir
bien, hacer empresa y forjar familia, reconocida por su excelente calidad de
vida.
Y con esa idea en la
mente celebremos este nuevo aniversario con la firme convicción respecto al
futuro brillante que ha de construirse para la capital de Venezuela.
¡Feliz cumpleaños,
Caracas!
Secretario Ejecutivo
Fundación Plan
Estratégico de Caracas
1995-2002
25-07-20
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