Por Xabier Coscojuela
Editorial
Indigna, causa una
enorme arrechera, pero no sorprende. El chavismo, en su variante madurista,
sigue dando muestras de su bajeza en cualquier parte, a cualquier hora, ante
cualquier circunstancia. Estos videos en los que unos sujetos, no sabemos si
funcionarios policiales o colectivos paramilitarizados -tampoco está claro que
haya diferencias entre ellos-, golpean y torturan con un bate a unos ciudadanos
que cometieron el «pecado» de circular por una calle de la ciudad a horas «prohibidas»,
lo demuestran.
Estos sujetos simplemente hacen lo que es normal en la mayoría,
sino todas, las dependencias policiales y militares del país. Hay unos cuantos
ejemplos al respecto, siendo el más emblemático de ellos el del capitán Rafael
Acosta Arévalo, quien murió como consecuencia de las torturas aplicadas en la
Dirección de Contra Inteligencia Militar (Dgcim).
Los responsables de
esta muerte fueron acusados por el ilegal fiscal nombrado por la
inconstitucional Constituyente, Tarek William Saab, pero lo hizo de tal manera,
que el juez pudiera determinar que la muerte no se produjo por las torturas,
sino por una enfermedad preexistente. La pena es menor, la impunidad ganó otra
vez.
En esta ocasión, y
contra su costumbre, Tarek William Saab no miró para otro lado, ni se hizo el
loco. Seguramente le llegó la orden de Miraflores y la acató. Informó en su
Twitter que designó dos fiscales «con competencia en materia de Derechos
Humanos para investigar y #sancionar estos hechos vinculados a tratos crueles
inhumanos y degradantes contra ciudadanos en plena vía pública». No dio más
detalles.
Quienes blanden el bate
en plena calle no son figuras importantes de la nomeclatura chavista. Del
defensor del Pueblo Alfredo Ruíz, hasta el momento de escribir esta nota, no
hemos visto ni leído ningún pronunciamiento, pero suele coincidir con el fiscal
de facto.
Ambos funcionarios en
el pasado fungieron como defensores de los derechos humanos, pero ahora, cuando
tienen que optar entre ser coherentes con su trayectoria o validar cualquier
acción que se tome para que Maduro mantenga el poder, optan por lo segundo.
Veremos hasta dónde llegan en esta ocasión.
En los videos no se
dice en qué zona de Caracas ocurre esta aberración, nos dicen que es una calle
en Catia, Agua Salud, en un sector conocido como Los Robles. Los que dan los
batazos, se solazan en lo que hacen. Se divierten torturando y golpeando a
estos ciudadanos. Hacen mofa con frases como «se prepara el bateador…», cual
juego de béisbol.
El poder corrompe, de
eso no hay duda, esta es otra prueba. El chavismo, en su versión madurista,
está cada vez más lejos de lo que ofrecieron en 1998. Se acelera su
deterioro moral, se les corrompió el alma.
22-07-20
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