Luis Manuel Esculpi 29 de julio de 2020
@lmesculpi
Ha
sido muy difundido un artículo publicado en el diario español El País, firmado
por Joaquin Villalobos, titulado: Venezuela, la intervención consentida, en
referencia a un libro recién publicado con el seudónimo Diego G Maldonado, en
el texto el exguerrillero salvadoreño señala: “No recuerdo semejante
subordinación y pérdida de dignidad en la izquierda”. En otro párrafo resume su
interpretación sobre el contenido del libro: “La invasión consentida es una
extraordinaria investigación periodística que cuenta cómo un país rico se
sometió voluntariamente a un país que el propio Castro definía como
“pobrecito”.
El
Partido Comunista de Venezuela, claro el de otro tiempo, enfrentó a Fidel
Castro y a la dirección cubana, cuando desde la isla se le pretendió imponer la
conducta política a seguir, primero oponiéndose a que el Che Guevara viniera a
dirigir la guerrilla, luego cuando se inició el proceso de rectificación del
gravísimo error que constituyó la lucha armada de la década de los sesenta,
Granma el órgano oficial del Partido Comunista Cubano, dedicó varios
editoriales acusando a los dirigentes del PCV, de “traidores” y
“revisionistas”. De esos episodios hay testimonios documentales, recogidos en
varios libros, entre ellos uno de Pompeyo Marquez titulado: Una Polémica
Necesaria.
Era
otro tiempo y también era otro partido, independientemente de los errores
cometidos aquella vieja organización, donde militaban Pompeyo, Teodoro Petkoff,
Freddy Muñoz, Argelia Laya, Eloy Torres, Manuel Caballero, Carlos Arturo Pardo,
para solo mencionar unos pocos, de quienes fundaron el Movimiento al
Socialismo, incluso quienes no nos acompañaron la ruptura contra los viejos
dogmas y las prácticas stalinistas, como Gustavo Machado, Jesús Faria, Héctor
Mujica y Eduardo Gallegos Mancera, tuvieron un comportamiento digno y una
estatura moral muy distante de quienes ahora dirigen esa organización.
Recientemente
se realizó en nuestro país un acto reseñado por Tal Cual, y organizado por la
Juventud del PCV, realizado de manera virtual donde se homenajeó a Kim Il-Sung
el mismo dictador que inició la dinastía hasta ahora gobernante en Corea del
Norte, durante su mandato estuvo preso durante siete años, en condiciones
inhumanas el poeta Ali Lameda, militante de ese partido, por realizar algunos
comentarios críticos al régimen del país asiático.
Junto
al Secretario General actual del PCV Oscar Figuera, intervino el responsable de
Relaciones Internacionales, haciendo total omisión del caso Ali Lameda que
incluso llegó a instancias internacionales. En una entrevista concedida después
de haber regresado al país -también reseñada en la nota de Tal Cual- Lameda
declara haber sido “víctima indirecta de la decisión del PCV de ir a la
pacificación y renunciar a las armas”, decisión con la cual estuvieron en
desacuerdo Cuba, Corea y Albania, que repitieron las ofensas y calificativos
que desde el periódico de La Habana, y el propio Fidel Castro proferían contra
quienes adoptaron la histórica resolución de rectificar, con una severa
autocrítica, el camino emprendido a inicios de los años sesenta.
Las
nuevas generaciones probablemente desconocen estos episodios de la izquierda
contemporánea, donde los comunistas venezolanos, todavía en la clandestinidad
se enfrentaron al régimen cubano y a su principal líder, en su mayoría era una
colectividad política, no sumisa a los intereses de otras naciones, así resulta
comprensible cómo se produjo en el seno de esa estructura un debate, que duró
cerca de dos años, a raíz de la invasión soviética a Checoslovaquia, abarcando
una gama variada de aspectos que constituían los fundamentos teóricos de la
añeja doctrina comunista.
Esa
intensa polémica dio origen al Movimiento al Socialismo, considerado en su
tiempo por personajes de figuración mundial, como el más serio intento
organizado del pensamiento de la izquierda democrática y moderna. Así como el
PCV, ya no es el mismo que se enfrentó a Fidel, tampoco el MAS es el mismo de
aquellos años luminosos.
Luis
Manuel Esculpi
@lmesculpi
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