Luis Manuel Esculpi 21 de julio de 2020
@lmesculpi
Los
pronósticos de la Academia de Ciencias Físicas, naturales y matemáticas; al
igual que el de prestigiosos médicos venezolanos, acerca de las proyecciones
expansivas de los contagios de Covid-19 parecieran estarse confirmando. Tal
situación no es objeto de complacencia, al contrarío es de extrema
preocupación, obliga necesariamente adoptar todas las precauciones recomendadas
por la OMS para evitar la propagación del virus.
Si
el gobierno de Maduro hubiese atendido esos alertas, no habría incurrido en la
improvisación e incoherencia al experimentar varios modelos de flexibilización,
en la etapa de inicio de expansión de la pandemia. La situación es aún más
grave si se considera el estado del sistema de salud, el solo anuncio de
habilitar el poliedro para atender a los pacientes contagiados, nos da una idea
del cuadro que se podrá presentar en los días sucesivos.
Coincide
el discurso de Maduro, con el del Ministro de Relaciones Interiores, el del
General Comandante de una REDI, hasta un reconocido sacerdote chavista, con
mensajes a través de las redes sociales de organismos pertenecientes a las FAN,
es responsabilizar a los venezolanos que retornan por las denominadas trochas,
con calificativos ofensivos y denigrantes como “irresponsables” y
“bioterroristas”, el ministro les declara la guerra y amenaza aplicar la Ley
contra la delincuencia organizada y financiamiento al terrorismo.
El
Comandante de la REDI de los Andes, anunció que hace gestiones ante el TSJ para
enviar a los venezolanos que regresen por pasos ilegales a la cárcel del
Dorado, además informó de la designación de un General de división para
encargarse de la zona que contiene la mayor cantidad de trochas en el Táchira,
elogió la trayectoria y actividad del denominado “protector” de ese estado.
Es
innegable que loe venezolanos que retornan al país deben cumplir con un
protocolo de prevención y seguridad, el debe realizarse en condiciones de
higiene adecuadas para atender los requerimientos del confinamiento por el
periodo establecido, garantizando la atención médica y alimentaria. Aspectos
sumamente precarios en los refugios existentes, de acuerdo a denuncias de las
personas alojadas en esos establecimientos.
Las
dificultades para transitar por las rutas legales y la incertidumbre del trato
que reciben, explica, en buena medida, el regreso por los pasos ilegales de
quienes retornan al país. La criminilización de los retornados, tal como se ha
venido haciendo tiene que ser rechazada y exigir un trato digno y el respeto a
sus derechos humanos.
En
un reciente discurso Maduro expresó asombro porque los venezolanos recorrían a
pie distancias inmensas, desde Perú, Ecuador y Colombia, no se asombró, al
menos públicamente, cuanto centenares de miles de compatriotas migraron de
igual manera en búsqueda de mejores condiciones de vida, en virtud de la
desastrosa crisis económica y social por la que atravesamos.
Esta
especie de campaña de descalificación en contra de los retornados ha sido
rechazada categóricamente por importantes sectores de la opinión pública,
incluso la Compañía de Jesús lo hizo con las declaraciones de uno de sus
correligionarios. El régimen pretende desviar la atención o evadir su rol en la
política de prevención y atención a la pandemia, atribuyendo una altísima cuota
de responsabilidad en la expansión de los contagiados a los venezolanos que por
circunstancias extraordinarias vividas en los países vecinos, pese a todas las
dificultades del nuestro, han decidido regresarse, a través de las vías legales
e ilegales.
En
junio se dio un paso importante, saludado desde distintas esferas de la
sociedad, como fue la firma del acuerdo entre el ministerio de Salud y el
asesor en esa materia de la Asamblea Nacional, para recibir fondos provenientes
de la Organización Panamericana de la Salud, dirigidos adquirir equipos de
protección para el personal que labora en ese campo, para atender los
diagnósticos y casos clínicos confirmados de contagio. Ahora Maduro califica de
mentira y de oferta engañosa el mencionado acuerdo. No es de extrañar
nuevamente una contradicción, forma parte del comportamiento característico del
régimen.
Luis
Manuel Esculpi
@lmesculpi
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