Daniel Benitez 20 de julio de 2020
@ElPitazoTV
Desde el 2017 se han presentado retrasos en la emisión
del pasaporte. Mediante consulta realizada en redes por El Pitazo, Runrunes y Tal Cual se detectó
que 34 venezolanos tienen estancados sus trámites del documento de identidad
internacional en la etapa del chequeo dactiloscópico, debido al desconocimiento
de los trabajadores sobre el uso correcto de la plataforma, la falta de
mantenimiento en el sistema y la burocracia
n
2019, Marina Álvarez, fotógrafa y diseñadora gráfica, perdió una oportunidad de
trabajo que le ofreció una empresa de ropa en Uruguay. No pudo salir del país
porque no tiene pasaporte. La falta de su documento de identidad de carácter
internacional no se debe a un descuido, sino a que desde 2017 el proceso para
tramitar por primera vez su pasaporte se quedó estancado en el chequeo de
huella dactilar.
“Llevo
dos años a la espera de mi pasaporte. A finales del año pasado me salió un
trabajo en Uruguay donde iba a ganar muy bien, pero no pude concretar porque no
lo tenía”, dice Álvarez.
En
los últimos tres años obtener un pasaporte se ha convertido en una pesadilla
para los venezolanos. Desde el inicio, los problemas se han achacado a
distintos motivos: escasez de material para elaborarlos, procedimientos
complicados y debilidades en el sistema computarizado. De esa forma, se están
violando derechos humanos y constitucionales como la identidad y el libre
tránsito.
De
acuerdo con tres expertos en sistemas consultados para este reportaje, la
mayoría de las fallas se deben a la falta de mantenimiento e incapacidad de los
trabajadores para manejar la plataforma del Servicio Administrativo de
Identificación, Migración y Extranjería (Saime). Aunado a eso, argumentan los
especialistas, la burocracia se le suma para que las personas se vean en la
necesidad de pagarle a un gestor.
El Pitazo, desde
el 7 de julio, ha intentado contactar al personal del Saime a través de su
número telefónico, correo electrónico, Instagram y Twitter para conocer su
versión, pero hasta la fecha de publicación no se ha obtenido respuesta.
A través de una encuesta por redes sociales, realizada
entre el 15 de marzo y el 25 de mayo, El Pitazo, Runrunes y Tal Cual
compilaron 34 casos de personas que no han podido obtener su pasaporte porque
el proceso está bloqueado en el chequeo dactiloscópico (verificación de huella
dactilar). Según la data recabada el inicio de esta falla se remonta al año
2017 y aún se mantiene. También se observó que no es una falla que ocurre solo
en la capital, sino que también se reporta en distintas partes del país: Apure,
Zulia, Bolívar, Anzoátegui, Distrito Capital, Sucre, Nueva Esparta, Trujillo,
Táchira, Lara.
De ese total, 29 personas tienen su proceso activo,
pero estancado en la fase de datos dactiloscópicos, a cuatro les eliminaron el
trámite y a una se le impide solicitar una nueva cita. Estas son situaciones
que a los encuestados les generan poca confianza sobre el funcionamiento del
sistema automatizado y la capacidad de esta institución para la tramitación y
entrega oportuna de pasaportes.
Otros países con el mismo sistema, pero distintos
resultados
Desde el 2006, la Oficina Nacional de Identificación y
Extranjería (Onidex), antiguo Saime, implementó un nuevo sistema de
identificación nacional que también se utiliza en Polonia, Noruega, Suiza,
Luxemburgo y Alemania.
La nueva plataforma fue el Sistema Automatizado de
Identificación Dactilar (Afis, por sus siglas en inglés) obtenida de la mano de
la empresa francesa especializada en electrónica y seguridad digital Sagem
Defénse Sécurité que desde 2005 pertenece al Grupo Safran, una multinacional
francesa encargada de diseñar y construir automóviles y cohetes espaciales.
En
el portal del Saime indican que su visión es «posicionarse como un organismo de
referencia nacional por la excelencia del servicio que presta y por la rapidez
y profesionalismo para hacer los trámites».
A
pesar de tratarse de un sistema computarizado, la diseñadora gráfica y
fotógrafa Marina Álvarez residenciada en Maracaibo, estado Zulia, donde también
se reportaron otros seis casos para ser el estado con más personas que
presentan esta falla, ha ido tres veces a la sede del Saime en ese estado donde
inició el proceso. “Allí me han dicho cada vez que voy que espere 72 horas. La
tercera vez me mandaron a Caracas con mi cédula y partida de nacimiento. Fui a
la capital y lo único que me dijeron es que debía esperar”.
Al
igual que Álvarez, otras 16 personas encuestadas y residenciadas en distintos
estados también les dicen que deben dirigirse a la oficina central ubicada en
Caracas para hacer el reclamos. “No voy porque sé que no me van a solucionar
nada. De paso no tengo tiempo ni dinero”, dice Aquiles Pérez, un barbero
residenciado en el estado Bolívar, donde también se reportan otras dos personas
con el mismo problema.
Joan
Rivera, experto en informática y exsupervisor de las bases de datos del Saime
hasta el año 2007, asevera: “La plataforma del Saime se utiliza en muchos
países del mundo. En teoría brinda mayor seguridad e integridad al ciudadano y
al Estado con el control de identificación, migración y extranjería”.
Rivera
indica que el Afis vino a reducir en un 60% el tiempo de espera en los
trámites, pero desde hace seis años el país no cuenta con el personal
calificado para manejar el sistema. “Es por eso que no se manifiesta el
rendimiento que teóricamente deberían tener en cuanto a la rapidez de los
trámites”.
En
este lado del continente, podemos comparar nuestro sistema con el de Colombia.
De acuerdo con la Registraduría Nacional del Estado Civil de ese país, se
utiliza un sistema similar al venezolano y la entrega del pasaporte solo se
tarda dos días -48 horas- desde la toma de las imágenes (huellas dactilares,
fotografía y firma) y la entrega.
Yuraima
Rivas, ingeniero en sistemas, explica que los Afis son sistemas computarizados
que permiten la identificación rápida y confiable de personas al contar con una
base de datos que contiene los archivos tradicionales de filiación. “La
identificación de los ciudadanos venezolanos queda registrada en la base de
datos del Saime cuando una persona se saca la cédula por primera vez. Las huellas
dactilares son las únicas legalmente reconocidas como prueba fidedigna de
identidad”.
En
Zulia, el trámite de Royser Delgado fue eliminado del sistema; ha intentado
iniciar uno nuevo pero ha sido imposible. “Quiero iniciar el proceso desde
cero, pero cuando ingreso al programa no me deja hacerlo. No pareciera un
sistema adecuado a estos tiempos”.
No
solo es el caso de Colombia, en otros países de Europa cuentan exactamente con
la misma plataforma que la venezolana y los trámites transcurren sin problemas.
“Aquí pueden afectar distintos factores, pero uno de los más notorios es la
falta de mantenimiento al sistema que hace que el proceso se sature y, además
de eso, el personal cuenta con una deficiente capacitación. Además, le sumas
que un país con necesidades acarrea que algunos funcionarios quieran cobrar por
agilizar el proceso”.
Un
proceso de validación de pocas horas
En
2006, las huellas de todos los venezolanos empezaron a ser digitalizadas, lo
que hacía suponer una mayor rapidez del sistema automatizado. La realidad es
otra. Los usuarios pasan meses y hasta años, y no pueden acceder a su
pasaporte.
La
experta en computación María Forcucci explica que una vez captadas las imágenes
en el Saime, se procede a corroborar y validar la identidad del solicitante. El
procedimiento consiste en comparar automáticamente las impresiones dactilares
captadas en la oficina regional y las almacenadas en la base de datos. En caso
de que las huellas digitalizadas no se encuentren en dicha base de datos, debe
realizarse la validación de forma manual.
Si
las huellas de la persona no se encuentran digitalizadas, éstas son enviadas al
Departamento de Dactiloscopia del Saime, donde la validación es realizada de
forma manual. Las huellas son ordenadas por los especialistas y buscan las
impresiones dactilares en físico del ciudadano en los archivos.
Los
expertos comparan las huellas enviadas por las oficinas regionales con las que
obtienen de los archivos y aprueban si son iguales y si corresponde con los
datos del ciudadano. De ser el caso, las huellas son enviadas al Afis para ser
insertadas en la base de datos. En el mayor de los casos, este proceso de
validación manual tarda dos días como máximo y el tiempo de inserción puede
tardar de un segundo a 25 minutos.
De
los encuestados: siete están a la espera desde hace un año, 24 desde hace dos
años y tres de ellos llevan más de tres años por un proceso de validación
dactiloscópico que no debería pasar más de dos días. Maigualida Pino no ha
podido cambiar su tarjeta de débito del Banco de Venezuela porque desde el 2018
su huella dactilar no está en el sistema. “En el banco me dicen que debo arreglar
mi problema de la huella en el Saime porque la base de datos del banco está
vinculada a la del Saime. Todo ocurrió porque intenté sacarme el pasaporte y
después de insistir tanto me dijeron que debía sacarme una nueva cédula. Ahora
no tengo pasaporte y no puedo hacer trámites bancarios”.
Forcucci
agrega que, en caso de que el sistema no pueda dar respuesta a una comparación,
se cuenta con un centro que se encarga de hacer las verificaciones
correspondientes. Este centro está integrado por especialistas en el área de
reconocimiento de huellas. El tiempo que tarda el sistema Afis en dar respuesta
a la comparación va desde un segundo hasta 15 minutos. “El proceso queda
detenido hasta que no se resuelva la causa por la cual se tuvo el problema en
la validación. Pueden ser dos: usurpación de identidad o doble cedulación”.
No
obstante, en ocasiones el proceso no solo se detiene, sino que es eliminado del
sistema como le pasó a Héctor Torres, quien estuvo dos años esperando por su
pasaporte hasta que sacaron su trámite de la plataforma. “En el Saime me dicen
que vuelva a pagar el pasaporte, eso es injusto porque ya había pagado. Mis
amigos me dicen que debería pagarle a un gestor para solucionar eso de una
vez”.
Doble
violación a los derechos ciudadanos
En
el sitio web del Saime, se muestra el marco legal en el que está enmarcado la
emisión del pasaporte a cualquier ciudadano. Por un lado, no se cumple con el
artículo 56 de la Constitución, el cual estipula que “toda persona tiene
derecho a obtener documentos públicos que comprueben su identidad”.
En
este sentido, también se viola la Ley Orgánica de Identificación en su artículo
26, donde se expone que el pasaporte es el documento de viaje expedido por el
Estado, mediante el cual se identifican los venezolanos y venezolanas en el
extranjero.
La
abogada experta en temas de migración Caroll Palma dice que ese artículo
asegura el derecho que tiene todo venezolano a obtener de forma oportuna una
partida de nacimiento, cédula de identidad y, en este caso, pasaporte. “La
realidad es que los organismos del Estado no están garantizando su obtención”.
Palma
agrega que no solo se trata del derecho a la identidad el que se está
violentando, sino también el derecho a la libre circulación. “Se está
vulnerando el ejercicio del artículo 50 de nuestra Constitución. Ese artículo
dice que toda persona puede irse del país y luego puede volver. Estás
limitando, de forma intencional o no, la libre circulación y movimiento de los
ciudadanos. Eso atenta contra la propia Constitución”.
Esto
también ha impactado en el estatus migratorio de personas que viven en el
exterior, ya que el pasaporte es un documento obligatorio para permisos,
solicitudes y renovación de visas. Hasta para obtener los servicios básicos.
Uno
de esos casos es el de Shirley Álvarez, quien migró a Chile, pero el año
pasado, antes de dejar Venezuela, ya había hecho el trámite para pedir un
pasaporte nuevo. Sin embargo, estando en Chile su pasaporte caducó y el trámite
que hizo está detenido en el requisito de la huella dactilar. No ha podido
adquirir una línea telefónica en el país austral porque no tiene el documento
de viaje.
“Este
un problema en otros países porque pones en situaciones de riesgo a esas
personas. Corren el peligro de caer en redes criminales, ya que están en un
país desconocido y sin documentos vigentes. Por este problema, distintos países
de la región como Colombia o Perú han aceptado los ya caducos”, explica Palma.
Algunos
ciudadanos venezolanos no pueden realizar trámites bancarios, otros no pueden hacer
trámites para adquirir servicios públicos en otros países y otros como Marina
Álvarez se ven obligados a rechazar ofertas de trabajo porque el Saime, desde
hace tres años, no soluciona el problema de las huellas para la emisión del
pasaporte. “Se llenan la boca diciendo que tienen sistemas modernos, pero son
incapaces de verificar una huella. Me tienen atrapada aquí”.
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