Por Froilán Barrios
La pandemia se ha
tornado en un quebradero de cabeza al régimen, le aparece por todos lados, por
donde menos le espera, resalta su improvisación y piratería al momento de
afrontar la macabra realidad, como lo es el peligro latente para todos los
habitantes del país, otrora tierra de gracia hoy de desgracias, siendo lo más
notorio que evidencia a nivel nacional e internacional la oprobiosa fábrica de
mentiras de la vocería gubernamental en torno al control de la expansión del
virus.
Es tan impactante la
presencia nacional del covid-19 en todo el tejido social, que no respeta
categorías sociales, infecta y mata al que se le atraviese, a oficialistas, a
opositores, a los ciudadanos en general que son la vasta mayoría, que no se
arropa en ninguno de los bandos en pugna, pero que sufre diariamente la inmensa
desidia gubernamental.
El saldo lamentable del
personal sanitario fallecido ya es significativo, con las cifras más altas del
planeta, a nivel global han fallecido aproximadamente 8.000 profesionales de la
salud que representa 17%, entretanto en Venezuela la cifra cercana a los 150
alcanza el porcentaje de 30% del total de fallecidos en el país, que ya
sobrepasa los 450.
Estas cifras alarman a
la comunidad internacional con los denominados Héroes de la Salud entregando
abnegadamente sus vidas, demostrando ante el mundo la cruenta realidad de
la infraestructura sanitaria nacional y regional, que no suministra los equipos,
uniformes, medicinas necesarias al personal sanitario para su labor.
Por otra parte, resalta
la crueldad de una tiranía que despilfarra recursos en armamentos militares, en
apoyo logístico a otros países, en el pago de deudas a potencias imperiales que
saquean nuestra riqueza nacional y en el mantenimiento de una inmensa
burocracia estatal.
Hoy la pandemia es el
tema central que debiera ocupar la atención de todos los sectores democráticos:
trabajadores, empresarios, universidades, partidos políticos, jóvenes, todos
unidos frente a un régimen que oculta la realidad trágica que aniquila a un
país, entregando datos opacos referentes a contagiados, fallecidos, con la
precaria existencia de equipos médicos y de camas en hospitales del destruido
sistema nacional de salud. Tanto es así que el gobierno nacional señala el
total de fallecidos en 436 y el Instituto Nacional de Higiene indica que han
muerto 965 personas, 529 más que la cifra oficial. Entre tanto, los recluidos
en estos centros sanitarios huyen por la pobre alimentación que reciben.
Ante este drama
nacional no son salidas factibles en el corto plazo, las fraudulentas
elecciones legislativas del 6 de diciembre, ni la añoranza de una intervención
militar llámese eufemísticamente de paz o humanitaria, ni la convocatoria a una
insípida consulta popular desubicada de contexto, ni la insurrección de
caudillos de unas FANB secuestradas al régimen, siendo lamentable que los jefes
opositores no exploren alguna estrategia común de lucha ante lo que definen como
dictadura.
Lamentablemente,
tenemos una oposición desenfocada de la principal preocupación que afecta a los
venezolanos como es el derecho a la vida. Hoy la pandemia es una realidad y
argumento fundamental para exigir la suspensión inmediata de las elecciones del
6 de diciembre, a partir de una vasta campaña nacional e internacional que
pondría en evidencia a una tiranía que en función de mantenerse en el poder,
desprecia la vida de millones de venezolanos disponiéndose a perpetrar un nuevo
fraude electoral, cuyo resultado derivará en más sufrimiento por la ferocidad
de la pandemia y más confrontación política a un país agobiado por la miseria y
la pobreza. La tarea inmediata es que el Estado y todos los sectores políticos,
sociales, económicos y académicos deben abocarse a enfrentar la pandemia.
La vivencia de cada
venezolano es que cada día se muere gente, sus vecinos, amigos, familiares,
inermes ante el covid-19, entre tanto le ofrecen o elecciones o consultas,
cuando las circunstancias exigen que no haya aglomeraciones, mítines,
movilizaciones, en un contexto donde un dólar diario es el salario mínimo.
09-09-20
https://www.elnacional.com/opinion/el-covid-19-es-la-verdadera-oposicion-al-regimen/
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