Por Leoncio Barrios
Ante el descontrol de
la pandemia del coronavirus en todo el mundo, la Organización Mundial de la
Salud (OMS), voceros gubernamentales de varios países y grupos organizados que
defienden intereses económicos, religiosos y políticos, no la salud, han
desarrollado un debate que confunde a la opinión pública ávida de
saber qué hacer ante tan delicada situación.
Los hechos
En algunos sitios,
fundamentalmente de Europa, donde se creía que la situación del coronavirus
estaba cerca del control, han tenido que echar para atrás medidas que
resultaban alentadoras para la vuelta a la “nueva” normalidad. En otras
palabras, que la gente pudiera desplazarse libremente, el sistema económico y
las instituciones educativas se reactivaran, como mínimo.
Pocos meses después,
cuando términos como estado de alarma, toque de queda, alarma roja, medidas
extremas, cuarentena, confinamiento, parecían superados, reaparecen en los
discursos oficiales de muchos países. Alemania, Francia, España, Portugal,
Israel, los retoman. Esas expresiones responden a que las cifras de nuevos
contagios diarios son tan o más altas que en la primera ola de la pandemia
(marzo, abril y mayo). La sanidad y la economía tiemblan ante la amenaza
del confinamiento.
En la diversa y
compleja Latinoamérica, los contagios, en general, tampoco han disminuido
después de 7 meses de cuarentena. Las muertes por Covid-19 no cesan. El
miedo tampoco. Más hacia el norte, Estados Unidos sigue siendo batiendo récord
como el país con más contagios y muertes en el mundo a causa de la pandemia.
A mediados de octubre,
se han producido cerca de 40 millones de infecciones por coronavirus en el
mundo y un poco más de un millón de muertes. En proporción, han disminuido
los fallecidos pero el sufrimiento, susto, costos de atención médica,
disminución de insumos, agotamiento del personal de salud, las crisis
económicas hacen la situación más grave que al comienzo de la epidemia.
Lo dicho por la OMS
Altos funcionarios de
la OMS declararon recientemente sobre lo que está pasando, particularmente en
Europa, con la pandemia. Mencionan confinamiento y otras medidas preventivas y
se forma un alboroto en las redes y algunos medios.
Un asesor de la OMS
encendió la mecha al mencionar los riesgos económicos y para la salud
mental de nuevos confinamientos y lo prudente que se debe ser con esa
decisión, pero reconoce que una de las razones de los rebrotes y pronta segunda
ola que se está dando en Europa se debe a un desconfinamiento prematuro y
acelerado en algunos países. Menciona también la “inmunidad de rebaño” como
medida preventiva.
El director de la OMS
descartó a “la inmunidad de rebaño” como una respuesta adecuada para combatir
la pandemia. Por inmunidad de rebaño se entiende “cuando una
proporción amplia de una población se vuelve inmune a una enfermedad, ya sea a
través de la vacunación o la propagación masiva de la dolencia”, dice. O sea,
que mientras más personas se infecten –y sobrevivan, por
supuesto– más fuerte inmunológicamente se hará la sociedad.
La opción de la
inmunidad del rebaño ha sido considerada una opción por voceros gubernamentales
de algunos países, inclusive por asociaciones científicas, argumentado que
mientras llega una vacuna, debería permitirse que el coronavirus se expanda de
forma natural. Al respecto, el Director de la OMS, concluye: “La
inmunidad de rebaño se alcanza protegiendo a las personas del virus, no
exponiéndolas … dejar que el coronavirus circule sin más significa
permitir que haya más infecciones, sufrimiento y muertes innecesarias”. Muy
claro.
La interpretación de
los negacionistas
Las declaraciones de
los funcionarios del organismo rector de la salud en el mundo dieron pie para
que se activara una campaña para defender la posición de ciertos gobiernos y
grupos negacionistas del peligro del virus, que pregonan la libertad de
empresa: sin trabajo no hay salud, dicen. Atacan a la OMS. Una posición
claramente política, no sanitaria.
Los mal intencionados
mensajes de la campaña negacionista dejaban saber que los gobiernos que han
priorizado la economía ante la salud, cuyos lideres, defendiendo intereses
políticos personales, se han opuesto a las recomendaciones de
confinamiento de la OMS, “tenían razón” y que la estrategia mundial de
prevención había sido equivocada.
Los negacionistas pasan
por alto, en forma olímpica y descarada, los resultados catastróficos y
lamentables en cada uno de los países donde presiden lideres que anteponen la
economía a la salud. Estados Unidos y Brasil, cuyos gobiernos defienden
esta posición, están entre los tres países con más alta cifra de infectados y
muertos en el mundo y son corresponsables de que cada día pareciera mas difícil
salir de esta pandemia.
Pudiera pensarse que
los resultados de la estrategia prevención que ha prevalecido en el mundo no
han sido los esperados en términos de control del virus. Por ello, se pudiera
dudar de las recomendaciones del la OMS, sobre todo la que tiene que ver con el
confinamiento y, ante el temor de un nuevo encierro, alguna gente pudiera
ganarse para los peligrosos planteamientos negacionistas. Solo pensemos en que
los países donde el confinamiento ha sido más radical y duradero, las
infecciones son menos. Hechos matan declaraciones.
La prudencia y
sabiduría dicen que estando el coronavirus por ahí, lo mejor es quedarse en
casa. Ojalá se pudiera, pero lo costoso en términos de equilibrio psicológico y
económico, lo dificulta.
20-10-20
https://efectococuyo.com/opinion/un-fantasma-recorre-al-mundo-el-confinamiento/
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