Infobae 30 de octubre de 2020
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A pesar de la sensación general, tanto los datos de
las entidades nacionales como de centros de investigación internacionales
concluyen que, en relación con el porcentaje de la población, los migrantes
venezolanos cometen menos delitos que los nacionales colombianos.
Las
recientes declaraciones de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, en las cuales
aseguró: “No quiero estigmatizar a los venezolanos, pero hay unos inmigrantes
metidos en criminalidad que nos están haciendo la vida cuadritos”, generaron
una gran polémica en el país, entre quienes piensan que los extranjeros son los
responsables de las crecientes cifras de inseguridad, particularmente en la
capital, y quienes aseguran que las palabras de la mandataria fueron “xenófobas
y discriminatorias”.
A pesar de la sensación en buena parte de la
población, generada, en parte, por las repetidas menciones en los medios de
extranjeros involucrados en delitos, la gran mayoría de los estudios concluyen
que los migrantes no son responsables del aumento de la criminalidad.
Una investigación llevada a cabo por las
organizaciones estadounidenses Migration Policy Institute (MPI) y Brookings
Institution, concluyó que la idea de que los migrantes venezolanos son
culpables del aumento en la tasa de crímenes en los países donde se refugia
“son en gran parte infundadas”.
El estudio se realizó con base en la información
recolectada en los países de Suramérica con mayor porcentajes de población
venezolana: Colombia, Perú y Chile, y concluyó que, en términos generales, “los
inmigrantes venezolanos cometen sustancialmente menos delitos que la población
nativa con respecto a su proporción dentro de la población en general”, lo que
confirma que las percepciones públicas de que la llegada de migrantes
incrementa la criminalidad, son incorrectas.
En Chile, por ejemplo, solo el 0.7 por ciento de las
personas acusadas de algún crimen en 2019 eran venezolanas, mientras que los
venezolanos representaban el 2.4 por ciento de la población en ese país; en
Perú en el 2019 (basado en datos de encarcelamiento como indicador de tasas de
criminalidad) el 1.3 por ciento de los presos eran extranjeros (incluyendo
venezolanos y otras nacionalidades), mientras que los venezolanos representan
el 2.9 por ciento de la población total del país.
Otro análisis, esta vez realizado por la Fundación
Ideas para la Paz (FIP), confirma que, en general, las tasas de delincuencia en
Colombia no se han incrementado por la llegada masiva de venezolanos, lo cual
significa, asegura la fundación, que la ocurrencia de homicidios, lesiones
personales, delitos sexuales y hurto a personas no pueden justificar por la
migración.
De acuerdo con datos del Inpec, de las 118.769
personas que se encontraban privadas de la libertad el año anterior, 1.254 eran
extranjeros y, de ellos, 753, venezolanos; es decir, el 0,63% de la población
carcelaria de país, cuando, según el Dane, las personas procedentes del vecino
país ya representaban el 3,4% de la población residente en Colombia.
Estas cifras están en la misma línea de las arrojadas
por la investigación de Migration Policy Institute (MPI) y Brookings
Institution, que aseguran que solo el 2.3 por ciento de las personas arrestadas
por delitos violentos en 2019 eran de origen venezolano, a pesar ser más de 3%
de la población.
Sin embargo, si se tienen en cuenta los llamados
delitos menores, la participación de venezolanos aumenta al 5.4 por ciento de
todos los arrestos, lo que significa una tasa más alta que su proporción en la
población. No obstante, las entidades destacan que la mayoría de estos delitos
fueron denunciados en regiones fronterizas, lo que pude significar que son un
reflejo de las redes de tráfico ilícito que operan a través de la frontera
entre Colombia y Venezuela; además, aseguran que las regiones en las que los
venezolanos fueron responsables de una mayor proporción de delitos son las
mismas en las que enfrentan tasas más altas de desempleo, lo cual, afirman las
organizaciones que realizaron el estudio, sostiene la teoría de que otorgar a
los migrantes y refugiados acceso formal al mercado laboral podría reducir la incidencia
del crimen entre la población migrante.
En conclusión, asegura el informe de Migration Policy
Institute (MPI) y Brookings Institution, los inmigrantes venezolanos no generan
un aumento en la criminalidad; por el contrario, sostienen las organizaciones,
“la presencia de inmigrantes venezolanos contribuye a la reducción de las tasas
de crimen, dado que los inmigrantes cometen delitos en una proporción menor a
su porcentaje en la población. Incluso en el único caso en el que los
resultados son más ambiguos, Colombia, los delitos atribuibles a venezolanos
son delitos menores”.
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