Emilio Nouel 27 de octubre de 2020
@ENouelV
Entre las últimas barbaridades
que los venezolanos hemos presenciado, está la llamada “Ley antibloqueo” que la
espuria Asamblea Constituyente chavista aprobó recientemente.
Esta aberrante normativa pretende autorizar de manera
formal y expresa a Maduro a actuar por la libre sin restricción alguna de la
ley y de sus exigencias, mucho menos de la Constitución Nacional, y todo,
además, cosa inaudita, bajo una oscura sombra secreta.
Esta “ley” monstruosa, como bien la ha calificado el
jurista venezolano Allan Brewer Carías, tiene un antecedente en el Decreto
para la protección del pueblo y del Estado, puesto en práctica por
los nazis a comienzos de los años 30 del siglo pasado, el cual permitió las
mayores arbitrariedades y violaciones a los derechos humanos a Hitler. Con esa
ley, el Führer hizo lo que le vino en gana y apoyado en ella cometió las
numerosas atrocidades harto conocidas.
Con tal “ley”, que califican, absurdamente, de
constitucional, los jerarcas del régimen venezolano, a su cabeza el tirano
Maduro, pretenden convalidar un conjunto de medidas y actos, cuyo objetivo no
es otro que el de obtener recursos financieros que tienen vedados en las
fuentes usuales y normales.
Tal dispositivo, por su contenido, es un simple acto
de fuerza. Como se ha dicho, ni es ley, ni es constitucional. Es un exabrupto
inconcebible en nuestro tiempo. No hay pudor, ni vergüenza en ese acto
inválido.
Con
él, se sincera y hace explícito, lo que ha venido sucediendo desde hace muchos
años en Venezuela en todos los ámbitos políticos, sociales y económicos. Es el
entierro, ahora de manera formal, abierta y descarada, del Estado de Derecho.
Porque no otra cosa significa que se autorice a
ejercer, sin límite alguno y sin control, actos de disposición del patrimonio
nacional. A firmar tratados y convenios internacionales sin el control
parlamentario. A suscribir contratos públicos obviando las normas sobre
licitaciones.
Es decir, que estará Maduro facultado para desaplicar
cualquier ley cuando convenga, o lo que es lo mismo, el tirano podrá, de facto,
crear derecho, según su interés inmediato.
Y todo lo podrá hacer el régimen, según esta
“ley”, a escondidas, en secreto, echando por la borda la obligación
de cualquier Administración de ser transparente en sus actos. Nada saldrá en
Gaceta Oficial. Podrán vender o comprometer los bienes estatales y no podremos
enterarnos. (“Art 42: …se declaran secretos y reservados los procedimientos,
actos y registros efectuados con ocasión de la implementación de alguna de
las medidas establecidas en capítulo segundo de esta Ley Constitucional, que
supongan la inaplicación de normas de rango legal o sublegal.”)
Con esta “ley”, la locura expropiadora de Chávez sería
revertida, por simple conveniencia. El demonio de la privatización se
trasmutaría en ángel salvador. La basura ideológica que adornó la retórica
chavista, ¡al carajo!
Todo, por supuesto, con el pretexto de un supuesto
bloqueo que estaría sufriendo el país por parte de la Comunidad Internacional,
y en particular de EE.UU. ¡Bulshit!
Sin embargo, tal abominable argucia “legal”, estamos
convencidos, difícilmente alcanzará los objetivos que se propuso. Dinero fresco
no traerá al país, solo los incautos podrían creer que estarían cubiertos sus
intereses con esa normativa.
¿Antibloqueo? De aplicarse, esa “ley”, más bien,
significará un despojo, una rebatiña, de los pocos bienes patrimoniales que van
quedando al otrora Estado poderoso venezolano.
Emilio
Nouel
@ENouelV
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