Escrito por José Dionisio
Solórzano Jueves, 07 de Marzo de 2013
@jdsolorzano
Por
cuarta vez un Jefe de Estado fallece en el ejercicio de sus funciones. El más
reciente en la historia fue, aunque no ejercía la Presidencia de la República
propiamente dicha, Carlos Delgado Chalbaud, quien fue asesinado el 13 de
noviembre de 1950 creando una crisis en la Junta Militar que él
encabezaba y afectando drásticamente el proceso político que se vivía en esos
días, debido a que era el candidato del Gobierno para las elecciones que se
estaban programando.
Un 17 de diciembre de 1935 deja este mundo el General Juan Vicente Gómez, el último caudillo, el llamado Benemérito, quien gobernó con puño de hierro desde la Presidencia de la República o desde la Jefatura del Ejército, dejando algunos acólitos encargados de cuidarle la silla presidencial, a Venezuela por 27 largos años.
La muerte de Gómez permitió que la nación entrara de “forma atrasada al siglo XX” como alguno de sus oponentes aseveró en aquellos días, su desaparición además fue el inicio del fin del positivismo democrático ideado por Laureano Vallenilla Sanz y basamento filosófico del régimen, el cual se mantuvo por dos períodos presidenciales, los de Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita, hasta el golpe de esta del 18 de octubre de 1945.
Pero el primer mandatario nacional que pereció en el ejercicio de sus responsabilidades presidenciales fue el General Francisco Linares Alcántara, aquel 30 de noviembre de 1878, luego de contraer una afección bronquial en La Guaira que lo obligó a guardar cama y deterioró rápidamente su salud permitiendo mantenerse solamente 9 días con vida.
Hoy el país vuelve a perder a su presidente, esta vez después de algo más de cuatro meses de haber sido reelecto en sus funciones. Chávez cae derrotado por un cáncer que lo doblegó por completo, amén al respeto que le debemos a sus familiares, amigos y seguidores, el ahora ex presidente de la nación al postularse por tercera ocasión a la Primera Magistratura Nacional, ya padeciendo los sinsabores de sus dolencias, le dejó a la patria una gran incertidumbre y un estado de zozobra que no se sentía en el país desde hace más de 63 años.
Pero tanto en los casos de 1878, 1935, 1950 y ahora en el 2013 Venezuela fue y debe ser lo más importante, los mandatarios marcan con sus capacidades y sus decisiones lo que acontece durante un lapso de tiempo en la nación, pero más allá de sus aciertos y errores la patria sigue, no cae, no muere, no se pierde nunca, por eso en este momento los venezolanos debemos ver hacia adelante y trabajar por el presente con ilusiones en el porvenir.
Venezuela está por encima de todo, de cualquier movimiento, de cualquier pensamiento, de cualquier liderazgo temporal, la nación, el concepto de patria es mil veces superior a cualquier posiciones y criterio individual o de grupos que momentáneamente sean una mayoría circunstancial, por ende, la vida continua, el mundo sigue girando en su propio eje y Venezuela prosigue en su existencia con más futuro que pasado.
Un 17 de diciembre de 1935 deja este mundo el General Juan Vicente Gómez, el último caudillo, el llamado Benemérito, quien gobernó con puño de hierro desde la Presidencia de la República o desde la Jefatura del Ejército, dejando algunos acólitos encargados de cuidarle la silla presidencial, a Venezuela por 27 largos años.
La muerte de Gómez permitió que la nación entrara de “forma atrasada al siglo XX” como alguno de sus oponentes aseveró en aquellos días, su desaparición además fue el inicio del fin del positivismo democrático ideado por Laureano Vallenilla Sanz y basamento filosófico del régimen, el cual se mantuvo por dos períodos presidenciales, los de Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita, hasta el golpe de esta del 18 de octubre de 1945.
Pero el primer mandatario nacional que pereció en el ejercicio de sus responsabilidades presidenciales fue el General Francisco Linares Alcántara, aquel 30 de noviembre de 1878, luego de contraer una afección bronquial en La Guaira que lo obligó a guardar cama y deterioró rápidamente su salud permitiendo mantenerse solamente 9 días con vida.
Hoy el país vuelve a perder a su presidente, esta vez después de algo más de cuatro meses de haber sido reelecto en sus funciones. Chávez cae derrotado por un cáncer que lo doblegó por completo, amén al respeto que le debemos a sus familiares, amigos y seguidores, el ahora ex presidente de la nación al postularse por tercera ocasión a la Primera Magistratura Nacional, ya padeciendo los sinsabores de sus dolencias, le dejó a la patria una gran incertidumbre y un estado de zozobra que no se sentía en el país desde hace más de 63 años.
Pero tanto en los casos de 1878, 1935, 1950 y ahora en el 2013 Venezuela fue y debe ser lo más importante, los mandatarios marcan con sus capacidades y sus decisiones lo que acontece durante un lapso de tiempo en la nación, pero más allá de sus aciertos y errores la patria sigue, no cae, no muere, no se pierde nunca, por eso en este momento los venezolanos debemos ver hacia adelante y trabajar por el presente con ilusiones en el porvenir.
Venezuela está por encima de todo, de cualquier movimiento, de cualquier pensamiento, de cualquier liderazgo temporal, la nación, el concepto de patria es mil veces superior a cualquier posiciones y criterio individual o de grupos que momentáneamente sean una mayoría circunstancial, por ende, la vida continua, el mundo sigue girando en su propio eje y Venezuela prosigue en su existencia con más futuro que pasado.
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