Mensaje
con Destino: Nunca es demasiado tarde pare repensar las vías de solución al
conflicto.
Por Jesús
González Briceño, 6 de junio de 2013.
El
conflicto colombiano desde antes de la década del sesenta y con el surgimiento
de los grupos guerrilleros de las FARC y del ELN, ha sido motivo de honda
preocupación por parte de la comunidad internacional, de los organismos de los
DD.HH y para los presidentes colombianos por sus funestas consecuencias
para sus instituciones y la vida de sus
habitantes, que pareciera llegar a su
fin con el establecimiento de la mesa de
diálogo, en la Habana, Cuba, desde el pasado semestre del 2012, entre los representantes
de la FARC y del Gobierno del presidente Santos en la que el pasado 26 de mayo
se acordaron sobre el tema agrario, pilar fundamental de estas conversaciones
continentes de otros puntos clave para la definición del conflicto. En
artículos anteriores por este medio (Triángulo Castrista-Chavista-FARC, el
17/01/2013, y la Firma de un inminente acuerdo de Paz del Gobierno-FARC,
significaría un peligro de cubanización de Colombia: Santos ¿Héroe o Villano?,
del 23/5/2013, ambos anexos al presente), advierto que la directa participación de Chávez-Maduro y del
régimen castrista, constituye un verdadero y real peligro para la penetración
comunista en la República hermana por la experiencia vivida actualmente en
nuestro país que ni por la vía democrática
ha sido posible desplazar al actual régimen espurio, habiendo perdido las elecciones presidenciales del 14 de abril
pasado con el control total de los poderes públicos, la violación continua e
indiscriminada de los derechos humanos, la criminalización de la oposición
democrática, el derroche y corrupción de
inmensos ingresos petroleros, y con el fraude electoral. Nunca podríamos
comparar la experiencia terrorista de los desalmados guerrilleros colombianos
con la de los golpistas connacionales
que han aprendido la lección del castrismo , cuyos objetivos se concretaron y
consolidaron con el gobierno de Chávez , lo que han pretendido, sin éxito
alguno, allá en las tierras hermanas colombianas, desde las década de los
sesenta hasta hoy, con un saldo de ríos de
lágrimas, terror y muerte, y que ahora
vestidos como corderos mansos tratan de camuflarse portando el pañuelo
de la paz.
Todos
deseamos el cese de este conflicto de nuestro vecino como también el retorno
del nuestro a la constitucionalidad porque no se conciben nuestros países
hermanados en la formación de sendas nacionalidades nutridas de las
migraciones, de la cultura, de la música y de convivencia mutua histórica, lo que
ha conducido al presidente Santos, su equipo ejecutivo, y muchísimas
autoridades, y gran parte de su pueblo, a creer que es posible pactar un arreglo
digno para ambas partes, lo que sería
un acontecimiento histórico para ese país y para el mundo. Pero es posible que
los Castro no estén jugando limpio, un
fair play, cuando sus dos grandes obsesiones han sido la conquista de
Venezuela, ya lograda en gran parte y la de
vuestro lar, recordando lo que le dijo a Chávez, yo hice mi parte, me puedo morir tranquilo, tienes que vivir para conseguir el resto. Y está a punto de
convertir a Colombia en otra pieza de su ajedrez , porque de conseguirlo se
abrirían las compuertas del resto de América Latina, teniendo presente las
debilidades de Honduras, Guatemala, El Salvador, Dominicana, para tejer una
inmensa red roja con otros países como Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Argentina,
Uruguay, y en la mira a Paraguay, México y Panamá.
En este
preciso momento Colombia es el rey de ajedrez político de la región, pero
gracias a Dios, las FARC como Maduro han puesto en evidencia sus ambiciones,
sus estrategias y su métodos de lucha en las que no importa el cómo, los medios
de cualquier índole, sino los resultados. Los guerrilleros colombianos están desencantando
al presidente Santos que ve con asombro cómo se destruye la infraestructura
petrolera, se matan policías y civiles, se amenaza a los sindicalistas, se
activan las minas criminales para destrozar las vidas de los colombianos. A pesar
de los descalabros de la disminución y la deserción de efectivos de las FARC y
del ELN, el año pasado se incrementaron sus actos terroristas estando en la
mesa de negociación de La Habana, lo que evidencia que es harto difícil que
estos milicianos del terror y del narcotráfico puedan desprenderse del atavismo que ha imbuido su cuerpo y mente. En nuestro país tanto
Chávez como ahora Maduro ( léase los
Castro) están arremetiendo en forma descarada contra sus opositores que han
adoptado la vía pacífica y constitucional para resolver los desafueros del
régimen pero sus repuestas son las amenazas, el maltrato físico y sicológico ,
la judicialización y el encarcelamiento por la protesta, el control absoluta de
los medios comunicacionales, el fortalecimiento del paramilitarismo y castrense, la castración de todas las instancias
legales … para establecer definitivamente una dictadura comunista…
La
actitud de los personeros del régimen y en especial de Maduro por la visita
reciente de Enrique Capriles a Colombia
y su entrevista con el presidente Santos han desatado los demonios de sus mentes perversas que han pretendido doblegar
la libertad personal , la soberanía y la dignidad de Colombia y que pretende a
arrodillarla ante sus designios totalitarios y su chantaje, y en cuanto a su papel
de cooperante en la Habana, más que un beneficio, un acompañamiento pernicioso.
Por ello en mi artículo anterior expresaba que el presidente Santos tenía una
carta debajo de la manga en las
negociaciones con las guerrillas al
anunciar que solicitaría su adhesión a la Organización al la OTAN este
mismo mes de junio, como para enseñarle a
los grupos insurgentes que al
contar también con El Plan Colombia para la Paz, le está poniendo un BLINDAJE AL PROCESO DE
PAZ para garantizar, en caso de ser necesario, la institucionalidad democrática
colombiana por la injerencia del Castro y Maduro, a pesar de no cumplir los con
los requisitos geográficos para pertenecer
a la Alianza Atlántica, pero que se prepara un acuerdo que “ permitirá
el intercambio de información clasificada entre la Alianza y Colombia “en“
actividades especiales conjuntas”.
En las
visitas recientes del presidente Obama Chile , en marzo, y a Costa Rica, México
y El Salvador, el pasado mes de mayo, tuvo la oportunidad de establecer un
diálogo franco con sus homólogos centro y suramericanos (incluyendo los
de Panamá, Belice, Nicaragua, Guatemala,
Honduras y Dominicana, en San José de Costa Rica), para revisar los problemas
más álgidos de interés común, como narcotráfico, migración,´ seguridad, pobreza
y cooperación económica y social, rompiendo el silencio de la gestión estadunidense
que, desde Bush hijo se había limitado a la firma de tratados de libre
comercio, TLC, con estos países; pero que en vista del impasse con el no reconocimiento del
triunfo de Maduro en las elecciones del 14-A,
problemas de los juicios pendientes contra las violaciones de los
derechos humanos y crímenes de lesa humanidad en Guatemala, las próximas elecciones presidenciales en
Honduras y El Salvador, y las conversaciones de paz gobierno colombiano-FARC,
se hace perentorio un acercamiento y
refrescamiento de las relaciones EE.UU-América Latina, para que estos eventos en plena gestación no vayan a
producir un resquebrajamiento del actual
equilibrio político y geoestratégico regional, conociendo las pretensiones
expansivas del castrismo, mediante la abierta y colaboración del gobierno
venezolano para ganar más espacios ideológicos regionales, con la utilización
de las facilidades petroleras y los programas de ayuda económica y con su papel
de cooperante para lograr un conveniente
acuerdo de paz en Colombia.
El presidente SANTOS y las instituciones
democráticas están en una compleja encrucijada para que la pacificación de
Colombia le rinda los frutos deseados de la deposición de las armas y de las actividades terroristas de los
guerrilleros y demás grupos irregulares, de la realización de una reforma
agraria sustantiva, de la eliminación del flagelo del narcotráfico, de la
restitución de tierras a campesinos e indígenas afectados y desplazados, del
resarcimiento de los daños materiales y derechos humanos fundamentales, del
castigo de los culpables, y evitar que la desmovilización de las FARC y
posiblemente del ELN no constituya una farsa de la estrategia
castro-chavista-maduro latente. De ser así serían desastrosos los efectos de la
paz colombiana, lo que constituye el más grande DILEMA PARA SANTOS.
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