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viernes, 7 de junio de 2013

Colombia, el ajedrez ideológico y estratégico de Centro y Sudamérica: El Dilema del Presidente Santos


Mensaje con Destino: Nunca es demasiado tarde pare repensar las vías de solución al conflicto.

Por Jesús González Briceño, 6 de junio de 2013.

El conflicto colombiano desde antes de la década del sesenta y con el surgimiento de los grupos guerrilleros de las FARC y del ELN, ha sido motivo de honda preocupación por parte de la comunidad internacional, de los organismos de los DD.HH y para los presidentes colombianos por sus funestas consecuencias para  sus instituciones y la vida de sus habitantes, que  pareciera llegar a su fin con  el establecimiento de la mesa de diálogo, en la Habana, Cuba, desde el pasado semestre del 2012, entre los representantes de la FARC y del Gobierno del presidente Santos en la que el pasado 26 de mayo se acordaron sobre el tema agrario, pilar fundamental de estas conversaciones continentes de otros puntos clave para la definición del conflicto. En artículos anteriores por este medio (Triángulo Castrista-Chavista-FARC, el 17/01/2013, y la Firma de un inminente acuerdo de Paz del Gobierno-FARC, significaría un peligro de cubanización de Colombia: Santos ¿Héroe o Villano?, del 23/5/2013, ambos anexos al presente), advierto que la  directa participación de Chávez-Maduro y del régimen castrista, constituye un verdadero y real peligro para la penetración comunista en la República hermana por la experiencia vivida actualmente en nuestro país que  ni por la vía democrática ha sido posible desplazar al actual régimen espurio, habiendo perdido  las elecciones presidenciales del 14 de abril pasado con el control total de los poderes públicos, la violación continua e indiscriminada de los derechos humanos, la criminalización de la oposición democrática, el derroche y  corrupción de inmensos ingresos petroleros, y con el fraude electoral. Nunca podríamos comparar la experiencia terrorista de los desalmados guerrilleros colombianos con  la de los golpistas connacionales que han aprendido la lección del castrismo , cuyos objetivos se concretaron y consolidaron con el gobierno de Chávez , lo que han pretendido, sin éxito alguno, allá en las tierras hermanas colombianas, desde las década de los sesenta hasta hoy, con un saldo de ríos de  lágrimas, terror y muerte, y que ahora  vestidos como corderos mansos tratan de camuflarse portando el pañuelo de la paz.

Todos deseamos el cese de este conflicto de nuestro vecino como también el retorno del nuestro a la constitucionalidad porque no se conciben nuestros países hermanados en la formación de sendas nacionalidades nutridas de las migraciones, de la cultura, de la música y de convivencia mutua histórica, lo que ha conducido al presidente Santos, su equipo ejecutivo, y muchísimas autoridades, y gran parte de su pueblo, a creer que es posible pactar un arreglo   digno para ambas partes, lo que sería un acontecimiento histórico para ese país y para el mundo. Pero es posible que los Castro no estén jugando limpio, un fair play, cuando sus dos grandes obsesiones han sido la conquista de Venezuela, ya lograda en gran parte y la de  vuestro lar, recordando lo que le dijo a Chávez, yo hice mi parte, me puedo morir tranquilo, tienes que vivir para conseguir el resto. Y está a punto de convertir a Colombia en otra pieza de su ajedrez , porque de conseguirlo se abrirían las compuertas del resto de América Latina, teniendo presente las debilidades de Honduras, Guatemala, El Salvador, Dominicana, para tejer una inmensa red roja con otros países como Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Argentina, Uruguay, y en la mira a Paraguay, México y Panamá.

En este preciso momento Colombia es el rey de ajedrez político de la región, pero gracias a Dios, las FARC como Maduro han puesto en evidencia sus ambiciones, sus estrategias y su métodos de lucha en las que no importa el cómo, los medios de cualquier índole, sino los resultados. Los guerrilleros colombianos están desencantando al presidente Santos que ve con asombro cómo se destruye la infraestructura petrolera, se matan policías y civiles, se amenaza a los sindicalistas, se activan las minas criminales para destrozar las vidas de los colombianos. A pesar de los descalabros de la disminución y la deserción de efectivos de las FARC y del ELN, el año pasado se incrementaron sus actos terroristas estando en la mesa de negociación de La Habana, lo que evidencia que es harto difícil que estos milicianos del terror y del narcotráfico puedan  desprenderse del atavismo que ha imbuido  su cuerpo y mente. En nuestro país tanto Chávez como  ahora Maduro ( léase los Castro) están arremetiendo en forma descarada contra sus opositores que han adoptado la vía pacífica y constitucional para resolver los desafueros del régimen pero sus repuestas son las amenazas, el maltrato físico y sicológico , la judicialización y el encarcelamiento por la protesta, el control absoluta de los medios comunicacionales, el fortalecimiento del paramilitarismo y  castrense, la castración de todas las instancias legales … para establecer definitivamente una dictadura comunista…

La actitud de los personeros del régimen y en especial de Maduro por la visita reciente  de Enrique Capriles a Colombia y su entrevista con el presidente Santos han desatado los demonios de sus  mentes perversas que han pretendido doblegar la libertad personal , la soberanía y la dignidad de Colombia y que pretende a arrodillarla ante sus designios totalitarios y su chantaje, y en cuanto a su papel de cooperante en la Habana, más que un beneficio, un acompañamiento pernicioso. Por ello en mi artículo anterior expresaba que el presidente Santos tenía una carta  debajo de la manga en las negociaciones con las guerrillas al  anunciar que solicitaría su  adhesión a la Organización al la OTAN este mismo mes de junio, como para enseñarle a  los grupos insurgentes  que al contar también con El Plan Colombia para la Paz,   le está poniendo un BLINDAJE AL PROCESO DE PAZ para garantizar, en caso de ser necesario, la institucionalidad democrática colombiana por la injerencia del Castro y Maduro, a pesar de no cumplir los con los requisitos geográficos para pertenecer  a la Alianza Atlántica, pero que se prepara un acuerdo que “ permitirá el intercambio de información clasificada entre la Alianza y Colombia “en“ actividades especiales conjuntas”.

En las visitas recientes del presidente Obama Chile , en marzo, y a Costa Rica, México y El Salvador, el pasado mes de mayo, tuvo la oportunidad de establecer un diálogo franco con  sus homólogos  centro y suramericanos (incluyendo los de  Panamá, Belice, Nicaragua, Guatemala, Honduras y Dominicana, en San José de Costa Rica), para revisar los problemas más álgidos de interés común, como narcotráfico, migración,´ seguridad, pobreza y cooperación económica y social, rompiendo el silencio de la gestión estadunidense que, desde Bush hijo se había limitado a la firma de tratados de libre comercio, TLC, con estos países; pero que en vista  del impasse con el no reconocimiento del triunfo de Maduro en las elecciones del 14-A,  problemas de los juicios pendientes contra las violaciones de los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad en  Guatemala,  las próximas elecciones presidenciales en Honduras y El Salvador, y las conversaciones de paz gobierno colombiano-FARC, se hace perentorio  un acercamiento y refrescamiento de las relaciones EE.UU-América Latina, para que  estos eventos en plena gestación no vayan a producir un resquebrajamiento del  actual equilibrio político y geoestratégico regional, conociendo las pretensiones expansivas del castrismo, mediante la abierta y colaboración del gobierno venezolano para ganar más espacios ideológicos regionales, con la utilización de las facilidades petroleras y los programas de ayuda económica y con su papel de cooperante para lograr un conveniente acuerdo de paz en Colombia.

El  presidente SANTOS y las instituciones democráticas están en una compleja encrucijada para que la pacificación de Colombia le rinda los frutos deseados de la deposición de las armas y  de las actividades terroristas de los guerrilleros y demás grupos irregulares, de la realización de una reforma agraria sustantiva, de la eliminación del flagelo del narcotráfico, de la restitución de tierras a campesinos e indígenas afectados y desplazados, del resarcimiento de los daños materiales y derechos humanos fundamentales, del castigo de los culpables, y evitar que la desmovilización de las FARC y posiblemente del ELN no constituya una farsa de la estrategia castro-chavista-maduro latente. De ser así serían desastrosos los efectos de la paz colombiana, lo que constituye el más grande DILEMA PARA SANTOS.

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Jesús González Briceño

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