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domingo, 2 de junio de 2013

Los cambios en Globovisión


Por Mario Villegas, 2/05/2013
Columna de Puño y Letra


Varias veces escuché a Carla Angola decir en “Buenas Noches” que, a diferencia de las televisoras del estado, los canales privados pueden adoptar la línea política que quieran sus propietarios. Si damos por bueno el punto de vista de mi apreciada colega, entonces los nuevos dueños de Globovisión estarían ahora en el pleno derecho de alinear a ese canal en la posición política que les plazca.

Me disculpan, pero nunca he compartido ni compartiré ese criterio. Ni quienes regentaban la televisora tenían el derecho de colocarla al servicio de un proyecto político, ni tampoco los compradores de Globovisión lo tienen, si ese fuese el propósito, de doblegarlo a la “hegemonía comunicacional” que en el país pretende imponer el chavismo.

El espectro radioeléctrico no es propiedad ni del gobierno, ni de los concesionarios privados, incluidos entre estos las estaciones radiales y canales llamados comunitarios. Se trata de un patrimonio de toda la sociedad, que aunque es administrado por el estado, debe reflejar y estar al servicio de la colectividad y no de parcialidad política alguna, bien sea que esté en el ejercicio del gobierno o en la oposición.

Así como Venezolana de Televisión, Radio Nacional de Venezuela y demás componentes radioeléctricos del sistema nacional de medios públicos no tienen base constitucional, ni legal, ni ética ni moral, para excluir a buena parte de la sociedad y erigirse en instrumentos políticos del gobierno de turno o de alguna de sus facciones, tampoco la tienen los particulares que regentan radios y televisoras para favorecer políticamente a una parte de la sociedad en detrimento de otra, o de otras.

Es inaceptable que un señor, por muy presidente, vicepresidente, ministro, gobernador o alcalde que pueda ser ponga los medios al servicio de su parcelita o parcelota partidista, ni que otro señor, por mucha plata que pueda tener, los ponga al servicio de sus mezquinos intereses.

No se objeta que, como cualquier ciudadano, los concesionarios de medios radioeléctricos privados tengan la opinión política que quieran y fijen su línea editorial, pero la programación y la política informativa no deben estar supeditadas a intereses sectarios y excluyentes, por muy disimulados que puedan estar.

Como usuario crítico y defensor que he sido de ese canal, he estado y seguiré atento a los cambios que se vienen dando y seguramente se darán en Globovisión. Así como los señores Zuloaga vendieron el canal para salvar su inversión, amenazada de un cierre seguro en 2015, es razonable que los nuevos propietarios, a quienes no conozco, introduzcan ciertos giros que hagan viable su inversión. No puede pedírsele que se inmolen y pierdan su dinero sosteniendo una línea política y editorial por la cual sus anteriores dueños y autores no estuvieron dispuestos a inmolarse hasta el final.

Hay que seguir atentos y reaccionar si, como ha asegurado mi amigo Kico, Globovisión va camino a ser otra VTV. Hasta ahora no ha sido así y dudo que pueda serlo, ya que eso equivaldría a un indefectible suicidio empresarial, mediático y político.

Por lo demás, se engañan los jerarcas oficialistas si piensan que con una televisora más o una menos van a oxigenar al gobierno. El cambio político que quieren los venezolanos no se va a detener porque un canal tenga tal o cual postura. La clara vocación de cambio de los venezolanos no depende de lo que quieran o no los dueños de Globovisión, sean los de antes o los de ahora.

ENTREVISTA

Carlos Sicilia, periodista y humorista

“En 1998 voté por Chávez por complacera mi papá que era perezjimenista”

-¿A qué políticos vivos admira?
-A ninguno, porque casi todos los políticos vivos son unos “vivos.” Es más, si un político no es “vivo,” es un mal político, y podrían considerarlo un “político bobo” como un caso muy reciente que no voy nombrar ni loco! Lo que sí te voy a nombrar es mi noticiero de Twitter, en la cuenta @ElTwitticiero, todas las noches en vivo a las 10. Se lo recomiendo a lectores “vivos” como ustedes.
-¿En que se parecen el “Cállate, Sicilia” y el “¿Chávez, por qué no te callas?”
-En su inutilidad. Mandar a callar a Chávez era inútil porque hablar era su destreza mayor, y, como le gustaba tanto, la practicaba todo el día. Y lo mismo pasa conmigo. También soy del club de los que hablan demasiado y además repitiendo las cosas. Sí, hablo demasiado y repito mucho. Repito bastante, pues. Es más, los que me conocen muy bien le tienen miedo: Primero al SENIAT, segundo a la muerte y tercero a que yo les diga “Ya va, pero ven un momentico para explicarte rapidito”.
-¿A quienes delataría y qué confesaría si tuviera que grabar un informe ante el G-2 cubano?
-A los técnicos de televisión de Master que le suben el volumen a las propagandas. Y eso pasa no solamente en los canales de televisión buenos sino también en Venezolana de Televisión.
-¿Es un mero complejo el deslinde entre lo cómico y lo humorístico?
-Ya va, déjame buscar un momento en Google qué significa “deslinde” y enseguida te digo.
-¿Hay mucha envidia e intrigas en el mundo del espectáculo?
Para nada! El mundo del espectáculo en Venezuela está totalmente libre de envidias. Además, ¿Qué le voy a envidiar yo al ridículo ese de Chataing, por ejemplo? ¿Que su programa de TV es un éxito? ¿Que es el rey de la radio? ¿Que hace unos stand up excelentes el payaso ese? ¡Por favor! Yo no tengo nada que envidiarle! (Jajaja! Abrazos, Luís!).
-¿Le remuerde haber votado por Chávez?
-Para nada. Yo voté por Chávez porque sabía que era el mejor boxeador en ese momento. Si tu revisas la historia de México nunca conseguirás otro púgil como Julio César Chávez. Pero claro, después me tuve que regresar de México y ya no pude seguir siendo árbitro allá y empecé a votar aquí por Fulgencio Obelmejías. Pero no, hablando en serio, si voté por Hugo la primera vez, por complacer a mi papá (QEPD, que era perezjimenista y creyó que Chávez iba a servir para algo.
-¿Sigue considerándose ni-ni o terminó cuadrándose con alguno de los lados?
-Yo soy de ese grupo de “ni-nis” que nunca seremos “ni” galanes como Juan Carlos García, “ni” vainas raras como Ismael García. Y en cuanto a si me cuadré o no con alguno de los bandos, ¡Para nada! Yo simplemente veo los toros desde la barrera, esperando a ver cuándo tomará posesión mi presidente Capriles Radonski.
-¿Henrique Capriles es a la oposición lo que Hugo Chávez fue al oficialismo?
-Yes, of course! Y con la ventaja de que no me puedo imaginar a Henrique gritando jamás: “Váaayaanse al caraajoooo, yankees de mierdaaaa!”.
-¿Qué ocupación pública o privada le gustaría agregar a su currículo profesional?
-De todo corazón, me gustaría ser “El Símbolo Sexual de Venezuela”. Pero, lamentablemente, ya Elías Jaua se me adelantó. (Y además, Nadia me mataría!)
-¿Le quitaría y le agregaría algo al periodismo venezolano?
-Le quitaría comodidad a la hora de investigar a fondo y le agregaría un poco más de amor por la exquisitez del castellano escrito.
-¿Cuál debe ser el aporte de los comunicadores y los medios para contribuir a bajar los índices de violencia en el país?
-Mantener la calma. O acaso quieres que salgamos afuera y te dé cuatro cachetadas? (jajaja!)
-¿Ha pensado ponerse un piercing en sus diminutas orejas?
-Seguridad!!!! Seguridad, por favor, vengan rápido y llévense a este insolente! 

Mario Villegas
Twitter: @mario_villegas

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