Por Miguel Velarde, 25/09/2014
Es hora de que aprendamos las lecciones de las elecciones
En Venezuela pasa de todo pero al final no pasa nada. No solamente nos equivocamos, sino que pareciera que nunca aprendemos de nuestros errores. Como consecuencia, caemos una y otra vez en una espiral de continua destrucción.
Un sector de la oposición no es la excepción. En una coyuntura en la que todos los estudios de opinión coinciden en que la situación del país está en su peor momento en 15 años y en la que no están garantizadas las condiciones básicas de una democracia, aparecen nuevamente algunas voces que piden que nuestras fuerzas se concentren en una estrategia tan predecible como fracasada: las próximas elecciones.
Esos mismos que en la última contienda presidencial aseguraron “si ganamos, cobramos” y después dijeron que ganaron, pero no cobraron; los mismos que cuando la gente decidió protestar en la calle a principios de año prefirieron hacerse parte de un “diálogo” que no fue más que un engaño avisado, hoy le dicen a la gente que “todo pasa por las elecciones parlamentarias del próximo año”.
Ellos confían en que con el actual Consejo Nacional Electoral, los circuitos electorales modificados a conveniencia del oficialismo y las mismas condiciones de las últimas elecciones, se puede lograr una “mayoría abrumadora” en la Asamblea Nacional que permita un cambio en el año 2019. Eso solo puede ser consecuencia de una profunda ingenuidad o, incluso, complicidad.
El rol de los líderes es comprender las cosas antes que los demás. En Venezuela ocurre lo contrario. Pareciera que los ciudadanos han entendido lo que enfrentan antes que muchos de quienes pretenden guiarlos, mientras estos últimos continúan divagando en un mar de dudas e indecisión. Los verdaderos líderes no “dejan el pellejo” solo en una campaña electoral, sino en el momento que les toca arriesgar todo por preservar la libertad y la democracia.
La lucha en una coyuntura como la actual debe ser librada en todos los campos y el electoral es uno más de ellos. Sin embargo, hoy, más importante que las elecciones, son las lecciones que éstas han dejado. No podemos aventurarnos en un nuevo proceso repetidamente cuestionado sin antes tomar las previsiones para no caer en la misma trampa.
@MiguelVelarde
mvelarde@guayoyoenletras.com
http://guayoyoenletras.net/index.php/2012-08-06-05-07-46/editorial/1737-editorial-227-elecciones
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