LUIS UGALDE domingo 28 de septiembre de 2014
El Ministro de Educación Superior dijo
que el Gobierno no autorizó el aumento en las mensualidades de la UCAB. Cierto,
no autorizó sino que obligó a un fuerte incremento, con una inflación de más
del 60% y la reducción del valor real de los sueldos y salarios a menos de la
mitad. La autoridad responsable de la UCAB está obligada a defender el valor
real de los ingresos de todo su personal. La tragedia está en que no es posible
aumentar más de 50% a 17,50 meses (que es lo que la UCAB paga a los educadores
y empleados) con aumentos de sólo 30% en las 10 mensualidades que cobra. A la
universidad no le conviene encarecer la mensualidad estudiantil, pero si no lo
hace no puede pagar y entra en deterioro hacia la quiebra. Eso sin contar el aumento inflacionario (con frecuencia de
más del 100%) en los insumos (tinta, papel, computadoras...) y en los inevitables gastos de mantenimiento e inversiones.
Si el Ministro no entiende esto, debería renunciar; pero seguramente sí lo
entiende y lo celebra, porque arruina a las universidades privadas, cuya
extinción se propone el régimen, junto con la muerte de las universidades
autónomas y plurales. En Cuba no hay ni lo uno ni lo otro y para el Gobierno
venezolano es un objetivo central la educación estatal totalitaria.
En los muchos años en que participé en
el Consejo Universitario de la UCAB como Vicerrector Académico y como Rector,
siempre aprobamos presupuestos deficitarios. Luego buscábamos ayudas y
donaciones para cubrir el déficit inicial. La UCAB, por convicción y estatutos,
es una universidad sin fines de lucro y si en algún año hubiere superávit, se
reinvierte íntegramente. Hace unos diez años este Gobierno eliminó la pequeña
cantidad para becas a estudiantes de menores recursos en la UCAB y la
universidad aumentó sus esfuerzos para compensar esa agresión gubernamental
contra los jóvenes ucabistas de recursos escasos.
No tengo ninguna responsabilidad en la
UCAB, pero sí información de su pasado y presente y de su grande y exitoso
servicio a la nación en la buena formación de los jóvenes con compromiso
social.
El problema no es la UCAB ni la
educación privada; es toda la educación venezolana la que está en ruinas, pues
sus presupuestos son insuficientes y decrecientes. Un profesor de la UCV en
términos reales gana menos de la tercera parte de lo que ganaba hace unas
décadas y en esa proporción es el empobrecimiento de todos los educadores en
primaria y secundaria, pagados por el presupuesto oficial. Al mismo tiempo y
año tras año, se ha obligado a los colegios privados a aumentos por debajo del
20% con inflaciones nacionales del 30% en promedio, lo que lleva al
empobrecimiento educativo, a la desinversión y cierre.
Cuando uno sale a reuniones educativas
latinoamericanas, siente ganas de llorar al comparar la educación venezolana
con la de otros países hermanos; en Ecuador y Colombia, por ejemplo, los
educadores ganan más del triple que aquí y las mensualidades en los colegios
privados son muy superiores a las venezolanas. En Ecuador, un gobierno
emparentado con el nuestro, tiene la calidad educativa y la cobertura escolar
como objetivos estratégicos y para ello mejora y exige a los educadores: en
secundaria un educador recién graduado empieza con un sueldo mensual de USA $
500 y el escalafón asciende hasta 1.300, es decir de Bs. 25.000 a 65.000,
si calculamos el cambio a 50 bolívares, y no a 70 ó 95 a lo que la triste política gubernamental
venezolana ha degradado el bolívar descontrolado. Mientras, aquí, con los
aumentos de este septiembre los sueldos de los docentes en niveles
preuniversitarios oscilan de 5.144,73 (unos $100) del docente I hasta el VII.
En correspondencia con eso, un colegio clasificado por el gobierno ecuatoriano
en categoría B cobra mensualidades entre $300 y $400 (entre Bs. 15.000 y Bs.
20.000); aquí la tercera parte. De esta manera, la carrera de educador en
Venezuela no es una opción atractiva para el mundo profesional y en nuestros
liceos hay una dramática falta de profesores en materias básicas.
La propaganda educativa trata de
ocultar una verdadera ruina en los centros educativos de presupuesto oficial y
también en los que viven de la contribución de las familias. Triste sería que
toda la educación quedara en el lamentable nivel de los egresados de la Misión
Sucre.
Tomado de: http://www.ucab.edu.ve/
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