20 de septiembre de 2014
Entrevista a
Fernando Mires por Vanessa Davies
Un nuevo fantasma recorre el mundo: el
del neoterrorismo impulsado por grupos que, en nombre de su Dios o de su idea
de Estado, se arrogan el derecho de descabezar (y no en sentido figurado),
matar, ocupar, secuestrar y violar a quienes no comparten su proyecto. La
irrupción del grupo Estado Islámico (EI) en la política internacional llegó a
su clímax con la decapitación de los periodistas estadounidenses James Foley y
Steven Sotloff, filmada y masificada por redes sociales. El verdugo, según
citan las fuentes de inteligencia replicadas por los medios de comunicación,
sería un militante con acento británico.
La pluma de Fernando Mires,
historiador y sociólogo chileno y profesor en la Universidad de Oldenburg
(Alemania), se ha dedicado en las últimas semanas a escribir sobre el EI, sobre
la factura occidental de la decapitación y el peligro de afrontar la acción
contra este movimiento como un enfrentamiento entre Oriente y Occidente; otro
episodio de la “guerra de civilizaciones”.
Esta semana el mandatario de Estados
Unidos, Barack Obama, anunció la guerra contra EI, grupo que se reivindica a sí
mismo como islamista y yihadista. La coalición que está intentando formar Obama
“es la más amplia que ha tenido lugar en los últimos tiempos. George W. Bush
jamás logró ese tipo de coalición”, destaca Mires, en conversación telefónica
con el Correo del Orinoco. El bloque “está formado,
prácticamente, y lo importante es que se agreguen países de la zona islámica,
porque de lo contrario parecería una guerra de Occidente contra Oriente y sería
fatal”.
-¿Debería Venezuela apoyar la alianza
de Obama?
-Por supuesto. Todos los países
latinoamericanos deberían hacerlo, aunque no quieran reconocer su
occidentalidad. Somos occidentales por todos los lados; no alinearse con
Occidente lo veo como una traición cultural, religiosa y política al mismo
tiempo. Somos parte de Occidente: los gustos son occidentales, la cultura es
occidental.
PARALIZARNOS DE MIEDO
-Usted planteó en un artículo de
prensa que la decapitación de dos periodistas por parte de EI fue un acto destinado
a paralizarnos de miedo.
-Quieren sembrar terror y
evidentemente lo han logrado. Pero hay algo más que sembrar miedo. Al analizar
el segundo caso, la segunda decapitación, he llegado a la conclusión de que se
trata de una declaración de guerra. Mediante el acto de terror se quiere
provocar una guerra esperando probablemente que las fuerzas occidentales van a
estar desunidas, en el caso de enfrentar a EI. Eso no ha ocurrido y no va a
ocurrir. Pero no va a ocurrir la división de las fuerzas occidentales porque
tienen el apoyo de Irán, Egipto e, incluso, de Siria.
-¿Por qué lo ve como una declaración
de guerra?
-Si cortan la cabeza de periodistas, y
lo ponen en un video para que todo el mundo lo vea, eso significa no una
hostilidad, sino una provocación. Ellos no están interesados en el dinero del
rescate, sino en los efectos que pueden producir en los países occidentales.
Ellos han declarado lo que podría ser una guerra a muerte.
-¿Por qué eligieron a periodistas?
-El periodismo es la profesión más
peligrosa del mundo. Se supone que los periodistas son fuente de publicidad, y
además como trabajan en diarios más o menos conocidos estos grupos pueden
obtener, si no un buen rescate, una amplia publicidad. Aunque si tuvieran un
político lo habrían hecho igual. Esta acción tiene un objetivo simbólico:
señalar que Gran Bretaña y Estados Unidos son sus enemigos principales. Puede
que haya sido casualidad; podría haber sido un periodista francés o alemán,
pero ellos calculan muy bien sus pasos.
-¿Por qué lo hizo un europeo?
-No sé si será alguien que estudió
allí o es un europeo común y corriente. Hay un potencial fascista en Europa que
encuentra sus objetivos en movimientos de este tipo que luchan por una nación,
por una patria, por un futuro sin enemigos, lleno de pureza y por una religión.
Eso calza perfectamente en la mentalidad de sectores fascistas o neofascistas.
El peligro en Europa es bastante grande.
-¿Por qué?
-Coincide con periodos de
enardecimiento al interior del mundo islámico. La guerra de Israel contra
Palestina en Gaza no ha colaborado para pacificar los ánimos en el resto del
mundo islámico. Israel es visto como punta de lanza de Estados Unidos, y pienso
que hay momentos cuando pueden ocurrir este tipo de cosas; incluso gente que
antes no apoyaba estos movimientos ahora los apoya y después puede dejarlos de
apoyar. Todo es reversible en política internacional.
-¿Por qué alguien siente que puede
tomar la vida de otro?
-El ser humano es la única especie que
se asesina entre sí. No hay otra. Los animales luchan contra otras especies, no
contra sí mismos. El ser humano está sujeto a leyes y policías, pero estos
sectores como Estado Islámico no tienen nada que los objete. En Irán existe una
teocracia electoral, y de una manera u otra la gente sigue las reglas que le
son impartidas desde arriba. Esta gente de EI no tiene leyes; entre otras cosas
porque Bush les rompió el Estado. Lo que creó Bush fue algo parecido a los
agujeros negros, que lo succionan todo: Esta es una enorme fuerza de atracción
para muchos países islámicos; sobre todo, para los jóvenes que no tienen ningún
futuro.
MARCA OCCIDENTAL
-Usted afirma que la decapitación
tiene marca occidental.
-Hay gran cantidad de grupos
neofascistas islamofóbicos que tratan de endilgar una gran cantidad de
actitudes negativas a Oriente, olvidando que en Occidente se han cometido
barbaridades del mismo calibre. El fascismo no fue un fenómeno oriental, sino
occidental; el marxismo, o más que el marxismo, la forma cómo se implementó en
la URSS y otros países fue un fenómeno occidental. Occidente no está libre de
culpa. La gente del Medio Oriente ha aprendido bastante de Occidente del arte
de matar y de sembrar el terror.
-¿Por qué nos causa pánico esa
violencia?
-En parte puede ser el fenómeno del
espejo, y en parte porque Occidente, de la mitad del siglo XX hasta ahora, se
ha pacificado o autopacificado. En tal sentido, las nuevas generaciones no
están acostumbradas a este tipo de actos, pero a la gente que vivió la Guerra
Civil Española esto le parece “normal”. Recuerde las crueldades que ocurrieron
en mi país durante la era de Pinochet: no cortaban cabezas pero violaban
mujeres, asesinaban a personas inocentes, lanzaban cuerpos de los aviones. Son
actos de terror. Actos de terror ha habido siempre y Occidente no está libre de
culpa.
-Tal vez se publicitaban menos.
-La publicidad, de hecho, responde a
una estrategia bien calculada de los grupos yihadistas: provocar a Occidente
logra que Occidente se divida y que ellos aparezcan como mártires, y que ellos
obtengan un objetivo victorioso.
-¿Cuál sería el objetivo victorioso?
-Una guerra larga. Parece que Obama
está pensando en una guerra relámpago, bombardear los centros donde se
concentran los grupos yihadistas, pero en la medida en que la guerra se alargue
puede concitar el apoyo de muchos sectores de la población islámica. Ellos
quieren jugar con el tiempo y pueden lograrlo, porque ellos conocen la guerra
de guerrillas. Tenemos el caso de Afganistán, donde no se ha logrado la
pacificación y los talibanes siguen luchando.
EXPANSIÓN
-¿Estado Islámico lanzó una guerra de
expansión religiosa?
-Es política para nosotros, pero ellos
piensan que es religiosa. Piensan que están continuando la obra de Mahoma. El
islam surgió también de la guerra, de guerra de ocupación. Ellos están
reivindicando ese periodo, y tratan de revitalizar las estructuras políticas
que existían en la época de Mahoma, como el califato. Eso es justamente lo que
tiene que evitar Occidente. En la medida en que logre concitar el apoyo de
países del mundo árabe, la guerra no parecerá entre dos religiones, sino entre
un grupo de fanáticos y una coalición internacional de Oriente y Occidente.
-¿Le parece viable el califato?
-Siempre ha habido califatos. El
Gobierno de Arabia Saudita y los otros principados petrolíferos tiene todas las
características de un califato; reina la ley del Corán, y ese es el elemento
fundamental del califato. El problema no es tanto el califato, en sí, sino las
fuerzas que van a formar el califato. Realmente al ver a EI se trata de grupos
salvajes que no conocen el arte de la política, no saben dialogar; probablemente
no hay ninguna posibilidad de sentarse en una mesa de negociaciones. Incluso
Hamás, en Palestina, se encuentra en condiciones de polemizar.
-¿Por qué sigue existiendo esos grupos
en el siglo XXI?
-El siglo XXI no es tan perfecto como
creemos. Repito un termino de León Trotski, que tiene sentido en esta
situación: la historia no avanza linealmente, sino siguiendo formas de un
desarrollo desigual y combinado, que es genial. Trotski hablaba en términos
económicos, pero yo lo uso en términos políticos. Estructuras que parecían
superadas vuelven a aparecer, y eso calza con los grupos neoterroristas. Las
técnicas que utilizan son exquisitamente occidentales, como videos, internet y
las mismas armas con las que están combatiendo; y al mismo tiempo luchan por
una ideología del año 600.
GUERRA COMO ÚNICO CAMINO
-¿El único modo posible de lucha
contra EI es la guerra? ¿No hay mediación política?
-Por el momento no hay otra
alternativa. Imagínese usted con Al Qaeda: ¿Quién iba a conversar con Bin Laden
después de lo que había hecho? Hay momentos en los que la negociación es
imposible. Cuando Joseph Goebbels (Alemania nazi) declaró la guerra total era
imposible lograr el diálogo. Los yihadistas están siguiendo el ejemplo de
Goebbels: declararon la guerra total y frente a eso no hay otra alternativa que
la guerra total.
-Usted coloca a EI como una
organización supranacional.
-Sí, y trasnacional, porque está en
todos los países. No son solamente iraquíes o sirios; vienen de distintos
lugares del mundo islámico. Son como una legión extranjera altamente
organizada, y por eso es tan importante el apoyo de los países del Medio
Oriente, porque ellos también quieren erradicar el peligro yihadista que tienen
en sus naciones. Hasta Siria podría ser un aliado.
-Es lo que ha dicho Obama.
-Sí, y creo que está obrando bien.
Obama no es un adivino, nadie pensaba que de la noche a la mañana saldría este
tipo de organización. Obama está formando una coalición; sería una locura
lanzarse solo. Necesita el apoyo de Alemania, Inglaterra, Francia. Bush lo hizo
con el apoyo de Gran Bretaña, pero hoy requiere a Francia, Alemania e
Inglaterra y lo ha logrado.
-¿Es como en la Segunda Guerra
Mundial?
-Estamos en un punto similar en cuanto
a que no hay que pedirle credenciales a nadie para convertirle en aliado, así
como Roosevelt no le pidió a Stalin que mostrara su carta de demócrata. Es una
coalición que vale para el momento de la guerra. Distintos enemigos se unen
frente a un enemigo superior. Es brutal, pero así ha sido la historia.
-¿No es una guerra entre Oriente y
Occidente, sino entre una coalición internacional y EI?
-Sí. Creo que Obama está tratando de
rectificar la locura de Bush, quien incluso llegó a hablar de una Cruzada. La
razón principal de estos grupos es la política que llevó a cabo Bush hijo en
Irak. Bush padre tuvo la capacidad de no llegar gasta Bagdad en la Guerra del
Golfo, pero Bush destruyó Irak como nación, y lo que hacen los yihadistas es
crear otra nación sobre la base de las ruinas de Irak que produjo Bush. Irak no
existe como nación. Existe un gobierno sin nación. Lo mismo en Afganistán.
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