Por Carlos Vilchez Navamuel, 18/09/2014
El título de este comentario, es parte de algo que leí en una de
las redes sociales, lo publicó en su muro
un empresario inteligente que sabe lo que hace y lo que dice, el
pensamiento completo decía “Mi gran enemigo es el Estado en todas sus
formas, y los partidos políticos no son más que extensiones engañosas de ese
Estado que tanto detesto”. Estamos
seguros que el empresario al que nos referimos estaba consciente de lo que
señalaba, su larga experiencia le ha dado conocimiento y le permite opinar
sobre este asunto.
Revisando en Internet sobre el tema me encontré con un libro
titulado “Our Enemy, the State” (Nuestro Enemigo el Estado), el libro escrito
por Albert J. Nock, en 1935, el escritor que se dice inspiró a autores como, Frank
Chodorov, Murray Rothbard, Leonard Read y Ayn Rand. El libro fue reimpreso
varias veces y traducido al español en el 2013 y editado por la EDITORIAL INNISFREE LTD. En esta
edición aparece una introducción escrita en 2009 por
Butler Shaffer donde nos habla
del autor y nos dice que “Nock fue un hábil orador sobre el liberalismo
clásico; defensor del libre mercado, la propiedad privada y receloso frente al
poder. Éste escribió en una época en la que el concepto de
"liberalismo" estaba siendo política e intelectualmente corrompido
para transformarlo en su antítesis de una sociedad dirigida por el Estado; a
Nock le preocupó en especial el efecto negativo que tal transformación habría
de tener tanto en el individuo como en la cultura en general cuando la
corrupción del nuevo carácter humano se hiciera la norma social. El libro lo
pueden bajar en el formato de pdf en este enlace: https://bibliolibertaria.org/libros/nuestro-enemigo-el-estado/
En otro sitio leímos algunos pensamientos lapidarios de este gran escritor
y pensador norteamericano, Nock afirmaba entre otras cosas que: “El estado actual de los asuntos públicos
muestra con suficiente claridad que el Estado es el instrumento más pobre que
se pueda imaginar para mejorar la sociedad humana y que la confianza en las
instituciones políticas y las panaceas políticas es absurda y está fuera de
lugar. El Estado no es la entidad
adecuada para el bienestar humano”.
¿Es en verdad el Estado enemigo de la empresa privada? La
respuesta dependerá de cómo esté conformado el Estado, porque éste puede ser benefactor
o posibilitador, y como veremos a continuación las diferencias son muy grandes.
La historia está ahí para estudiarla, entre más estatista sea un gobierno, más enemigo será de la empresa
privada, Cuba ha sido un ejemplo de ello en los últimos 50 años, el
Estado cubano dirigido por los hermanos Castro destrozó el aparato empresarial
privado y con ello la pobreza se generalizó, en Venezuela mucho más rico y poderoso que
Cuba, el Estado, con este gobierno Chavista se ha ido convirtiendo poco a poco
en el gran enemigo de la empresa privada, en noviembre del año pasado
Fedecámaras aseguró que 4.000 empresas habían desaparecido en los últimos diez
años en Venezuela y lo atribuyó directamente a las políticas, que calificó de
"pésimas", de los gobiernos de Hugo Chávez (1999-2013) y Nicolás
Maduro. http://eltiempo.com.ve/venezuela/economia/fedecamaras-cuatro-mil-empresas-han-cerrado-en-ultima-decada/116521
Entre más pequeño sea el Estado y más libertades existan, más
amigable es el Estado con la empresa privada. En países como Costa Rica, hay
más libertades económicas que en los países mencionados anteriormente, sin
embargo las políticas de tipo socialista que siguen privando son asfixiantes para
la empresa privada, las personas que quieren convertirse en empresarios deben
de comprender que una vez inicien una empresa, el Estado sin llamarlo se
convertirá de forma automática en un socio suyo, un mal socio y en muchos caso
como dijo el empresario, su peor enemigo.
El Estado costarricense como socio nos ofrece impuestos muy altos,
exceso de regulaciones, monopolios
nefastos, desidia y negligencia burocrática, servicios mediocres y caros,
infraestructura pésima, gollerías y un sinfín de etcéteras.
Mauricio Rojas, un chileno que estuvo radicado en Suecia desde
1974 escribió un libro titulado “Suecia después del modelo sueco” del estado
benefactor al estado posibilitador, (Fundación Cadal, Buenos Aires, Argentina
2005) en él nos comenta con lujo de detalles la crisis de los noventa de ese
país escandinavo y como el Estado Benefactor que tenían casi colapsa, nos habla
de la transición y del cómo lo hicieron,
nos dice también por qué el Estado debe de pasar de ser un Estado benefactor a
un Estado posibilitador donde los gobiernos deben facilitar la productividad y
trabajar conjuntamente con la empresa privada en toda su dimensión.
Un Estado posibilitador permitirá a los gobiernos concentrarse en
fiscalizar y generar legislatura para hacer sociedades más justas y equitativas
y deberá facilitar a las empresas privadas para que ejecuten sus proyectos de forma ágil y productiva en busca
de mejorar de forma global y sustantiva, Nueva Zelanda al igual que Suecia
ejecutaron grandes cambios y los resultados están a la vista.
Carlos Vilchez Navamuel
@carlosvilchezn
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