Luis Manuel Esculpí septiembre de 2014
El gobierno ha venido acentuando cada
vez más su control sobre los medios de comunicación masiva empleando las más
diversas y novedosas formas de dominio de la prensa, radio y televisión. Desde
la aprobación de leyes que limitan la libertad de expresión,con la censura. La
intimidación y las presiones que han generado autocensura. Ahora a través de la
compra de medios impresos y audiovisuales a nivel nacional y regional por medio
de operaciones financieras sumamente dudosas, han conformado un poderoso emporio
con la red de medios públicos y sus aliados de reciente adquisición. En esos
medios la oposición democrática está prácticamente invisibilizada recientemente
sólo ha aparecido de manera destacada las diferencias existentes en el campo
opositor.
Son contados con los dedos de una mano
los periódicos, emisoras de radio y televisión tanto a nivel nacional como
regional, que no operan subrogados a la política del gobierno.
El reconocimiento de esa realidad no
implica despreciar los esfuerzos para lograr presencia en todos los medios
masivos, pero necesariamente hay que promover con audacia la utilización de los
medios alternativos; tanto las redes sociales, los impresos, los audiovisuales
y muy especialmente la comunicación interpersonal.
Para las fuerzas democráticas se trata
de emplear armónicamente todas las formas de comunicación ,sin exclusión de
ningún tipo, el uso de la modernidad como 2.0 no nos puede conducir a descuidar
los medios tradicionales de la propaganda política, entre ellas el "cara a
cara" que ha demostrado su eficacia a plenitud.
Para la definición y proyección de
liderazgos en el presente, habrá que tomar en cuenta necesariamente la nueva
situación para poder así vencer el cerco mediático y avanzar en la construcción
de la nueva mayoría. Dentro de las serias dificultades que hoy se confrontan en
el mundo opositor, es un hecho altamente positivo el que algunas partidos hayan
retomado con mayor fuerza, las iniciativas políticas en la base de la sociedad.
Lo que no sustituye , ni contradice, la necesidad de la presencia unitaria en
acciones conjuntas.
Tanto las organizaciones políticas
tradicionales como las más nuevas ,se habían acostumbrado al ejercicio de la
acción política basada, en la periódica comparecencia en los grandes medios,
especialmente la televisión , hoy tendrán que adaptarse a las realidades
actuales.
La acción organizativa y
comunicacional cotidiana no aparece en los medios masivos, posee poca difusión
en las redes, por lo que tendrá que intensificarse en todo el país, para poder
enfrentar las tareas que impone la coyuntura y trascender al mediano y largo
plazo.
La misión de construir una amplia y
sólida mayoría supone, necesariamente, la actualización de la plataforma
unitaria y de las modalidades del ejercicio político. La ausencia no debe
prolongarse, es urgente modificar la actual situación y resolver con premura
las materias pendientes. No hay tiempo que perder, ya es hora de responder
responsablemente las exigencias planteadas.
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