ÁLEX VÁSQUEZ S. 17 de noviembre de 2014
José
Antonio Viera-Gallo, eviado por la Internacional Socialista, aseguró que la
detención contra el dirigente es arbitraria
José Antonio Viera-Gallo sabe, con
propiedad, de dictaduras y de cómo derrotarlas, pues combatió la de Augusto
Pinochet desde la Concertación de Partidos en Chile. Estuvo en Caracas, enviado
por la Internacional Socialista, para informarse sobre la situación de los
presos políticos, especialmente la de Leopoldo López, a quien intentó visitar
el sábado sin éxito: “Fue una experiencia amarga, chocante”.
El político chileno opinó que la
decisión del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria –que recomendó
liberar a López– es seria: “Quizá no es vinculante, pero una decisión de un
organismo de esa naturaleza debe ser tomada en cuenta como un antecedente muy
importante al momento de resolver la causa. No veo que la jueza haya
fundamentado bien su decisión de mantener a López en una prisión, que es
arbitraria”, señaló.
El jurista aseguró que la acusación
contra López carece de fundamento, porque basa su argumento en que habría una
instigación tácita, en sus discursos, a que las personas que manifestaron en
febrero cometieran actos de violencia. “Eso no resiste ningún análisis serio en
materia de Derecho Penal. Ya la idea de instigar a la violencia es algo
extremadamente vago y, en general, eso no es aceptado como tipificación de una
conducta sancionada penalmente”, señaló.
Que la jueza argumentara que el Grupo
sobre la Detención Arbitraria no está establecido en el Pacto Internacional de
los Derechos Civiles y Políticos, Viera-Gallo lo considera un sofisma, una
argucia. Admitió que quizá el Grupo no emanó directamente de ese pacto, pero ha
sido reconocido por la comunidad internacional.
Advirtió que vendrá un pronunciamiento
sobre Venezuela, esta vez del Comité contra la Tortura, obligado a vigilar la
Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles e Inhumanos, que el
país ratificó: “Si eso llega a salir, la jueza no podrá decir lo mismo”.
Aclaró que no hay razón para que el
juicio se haga con López tras las rejas: “Solo por excepción se puede mantener
al acusado preso: porque es un peligro para la sociedad, porque puede burlar la
acción de la justicia, que no ocurre porque se entregó voluntariamente, o
porque es un peligro para las víctimas. Nada de eso pasa”.
Socialismo
Viera-Gallo conoce de derechos humanos,
pues en el exilio, que lo obligó a vivir en Roma tras el golpe de Pinochet,
perteneció al Sistema de Información y Documentación sobre Derechos Humanos.
Además, su experiencia política –ha sido desde diputado hasta secretario
general de la Presidencia de Michelle Bachelet– lleva el tatuaje del socialismo:
fue subsecretario de justicia en el gobierno de Salvador Allende y miembro del
Partido Socialista.
Consultado sobre la posibilidad de que
el gobierno lo tilde de defensor de la “ultraderecha”, se ríe, al principio,
pero luego su semblante se agrava: “Los derechos humanos tienen que ser
respetados en todas partes. No importa cómo piensen las personas. El cardenal
Raúl Silva Henríquez, en Chile, decía que al amparar a un perseguido no
preguntaba si era comunista, socialista, liberal o conservador. ‘Primero lo
amparo, luego tendrá derecho a opinar a quien quiera’. A los que somos de
izquierda nos duele cuando hay una violación de derechos humanos en un gobierno
que invoca ideas de izquierdas”, sentenció.
Economía y crisis
Opinó que el gobierno debe fijar un
itinerario claro para normalizar el país, especialmente ante la compleja
situación económica, signada por la falta de divisas, la escasez y la
inflación.
“Venezuela ha decrecido económicamente,
en cambio otros países, incluso del ALBA, han tenido un crecimiento importante,
como Bolivia. Las fuerzas del gobierno tienen que ir definiendo un camino de
normalización del país”, expresó.
Advirtió que en países latinoamericanos
las crisis económicas son las que desatan las crisis políticas. Eso fue lo que
ocurrió en Chile en 1982, cuando había una desocupación de casi 40% que
desencadenó las protestas.
“Si los regímenes, aunque sean
dictatoriales, son exitosos económicamente, tienen mayor consenso y apoyo. El
problema es cuando a falta de libertades se suma escasez, falta de empleo,
pérdida de poder adquisitivo, restricción de divisas. Una crisis que nadie sabe
cómo se va a desarrollar”, señaló.
Diálogo
Advirtió sobre la necesidad de que en
Venezuela el diálogo social y político sea fluido, que incentive la convergencia
de opiniones, para que el país pueda caminar al desarrollo.
“La polarización, entre otras cosas, lo
que trae es desconfianza, falta de inversión, de creación de puestos de trabajo
y problemas internacionales. Yo creo que por eso la comunidad internacional ha
llamado a que se abra un diálogo entre la oposición y el gobierno de
Venezuela”, dijo.
Celebró que ese diálogo se busque de
nuevo, como se refleja en declaraciones del secretario general de la Unasur,
Ernesto Samper, o en declaraciones de líderes de oposición.
Aclaró que, aunque no funcionó antes, el
diálogo no debe condenarse: “La política es muy variable, lo que ayer no
resulta puede ser que resulte mañana. Si no es por la vía del diálogo, es muy
difícil que Venezuela solucione sus dificultades económicas, sociales y
políticas. Pero para que sea sincero, debe haber voluntad de ambas partes”.
Medios
El político chileno lamentó que haya
amenazas a medios independientes en el país. Dijo que la libertad de expresión
es una bandera democrática fundamental, pues, donde no existe, la democracia
sufre: “Es el aire que permite que la gente esté informada, participe y
controle al poder”.
Aclaró, sin embargo, que con las redes
sociales impedir la libertad de expresión es casi imposible, porque todo se sabe
de inmediato.
“Cualquier acción de cualquier gobierno
que pretenda limitar la libertad de expresión en un medio tradicional es algo
absurdo, porque en las redes fluye la información y ningún gobierno lo puede
controlar”, agregó.
Unidad, protesta y elección
Tras la visita de José Antonio
Viera-Gallo, la Internacional Socialista manifestó en un comunicado su
preocupación por las violaciones de los derechos humanos y la falta de
independencia judicial.
Intentó reunirse con el gobierno y no
pudo, pero sí con Ramón Guillermo Aveledo, coordinador internacional de la MUD.
El jurista dio un consejo a la
oposición: “La precondición de cualquier estrategia exitosa para una oposición
es la unidad y cualquier divergencia profunda la condena a la esterilidad. En
nuestra lucha contra el régimen de Pinochet hubo momentos en que fue muy
importante la movilización social, a través de protestas, pero hubo un momento
muy significativo en que usamos los métodos electorales, el plebiscito creado
por el propio dictador y triunfamos. ¿Se habría triunfado sin protesta?
Seguramente no. ¿Habríamos tenido éxito solo en protesta? Tal vez no”.
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