Comunicado MUD, 21/11/2014
En una movida sorpresiva e inconsulta aún para sus propios partidarios,
el gobierno a través de la Asamblea Nacional (AN) aprobó en primera discusión
el pasado 18 de noviembre el Proyecto de Reforma de la Ley del Instituto
Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) para refundarlo como Instituto
Venezolano de Ciencia, Tecnología e Innovación (IVECIT).
A juzgar por el comunicado suscrito el 19 de noviembre por los
directivos del IVIC, ni siquiera ellos supieron de la inminente presentación de
tal proyecto de ley, mucho menos la comunidad ivicense o científica nacional, contraviniendo
la supuesta democracia participativa y protagónica que explícitamente se
menciona en el artículo 2 de dicha ley como de obligatorio cumplimiento.
Con mentiras a las que nos tiene acostumbrados, el gobierno a través de
sus voceros en la AN motiva su propuesta de eliminación del IVIC en un supuesto
distanciamiento institucional hacia la sociedad. De nada han valido los casi 56
años de servicios a la comunidad. Desde sus años iniciales, al IVIC han acudido
miles de personas y cientos de instituciones públicas o privadas en busca de
las más variadas asesorías en genética, enfermedades tropicales, contaminación
ambiental, asuntos indígenas y muchísimas más, basando sus análisis en los
métodos más modernos, pioneros en el país.
Hace más de 30 años, del IVIC nacieron INTEVEP como centro de
investigación tecnológica en petróleo a partir de su entonces pionero Centro de
Petróleo y Química, Quimbiotec como institución para la producción y
procesamiento de derivados sanguíneos al sistema de salud, el IDEA, el
Instituto de Ingeniería. Todos ellos como respuesta a las necesidades del país
y apoyo a nuestra sociedad, nunca de espaldas a ella.
Y además, sin descuidar su rol medular de instituto de investigación
científica de la más alta calidad internacional, considerado en su momento como
institución preclara en la geografía latinoamericana; a la vez que cumpliendo
labores docentes en formación de postgrado de cientos de venezolanos y de otros
países que han egresado con títulos de magister y doctor a cumplir funciones
diversas en nuestra sociedad al más alto nivel.
Con esta ley “refundacional”, el gobierno crea ahora una institución
que ignora la estructura académica de cualquier instituto de investigación,
elimina la consulta a la comunidad para la escogencia del director, prescinde de
la comisión clasificadora que hacía posible el ascenso de investigadores y
otros miembros del cuerpo científico sobre la base de méritos académicos, sustituye
la asamblea de investigadores por una asamblea general tumultuaria, guarda
silencio en relación a los derechos laborales adquiridos a lo largo de los años
y como si fuera poco, amenaza al personal científico con remoción si “individual
o colectivamente apoya o participa en actividades o manifestaciones que
lesionen los principios consagrados en la Constitución”, algo que como sabemos,
es interpretado de manera laxa por el gobierno para acallar cualquier
disidencia o protesta.
En resumidas cuentas, una ley arbitraria e inconsulta que acaba con una
digna trayectoria científica de más de medio siglo en beneficio de la nación.
Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Mesa de la Unidad
Democrática.
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